jueves, 13 de diciembre de 2007

LA TEOSOFÍA


LA TEOSOFÍA

Cuando me piden que defina mi concepción filosófica del mundo, a veces me atrevo a responder que soy un teósofo, es decir, una persona que tiene un pensamiento afín a las doctrinas teosóficas. Luego me toca explicar qué es la Teosofía, y eso es un rollo, así que he encontrado en la red, una definición que me satisface bastante, aparte de ser bastante didáctica, así que la copio y la pego aquí para aclarar las posibles dudas sobre este particular.

TEOSOFIA [Del griego Theosophía]Teosofía - Doctrina religiosa que tiene por objeto el conocimiento de Dios, revelado por la naturaleza, y la elevación del espíritu hasta alcanzar la unión con la divinidad. La teosofía, afín en cierto modo a las tendencias sincretistas de los antiguos gnósticos, gozó del favor de algunos eruditos de los ss. XV, XVI y XVII (Paracelso, Weigel, Swedenborg) y reapareció a fines del s. XIX como síntesis científica de las religiones, estructurada en dos ramas principales: la americana, dirigida por A. Besant, quien acusó la influencia del hinduismo, y la germánica, dominada por R. Steiner, quien se inclinó hacia el cristianismo y situó a Cristo en la amplia serie de los «grandes iniciados».
Movimiento religioso esotérico y sincretista que aúna ciertas filosofías y religiones orientales consideradas con una mentalidad occidental.Sinónimos: Iluminismo, ocultismo.La palabra "teosofía" deriva etimológicamente de los términos griegos sophía ("sabiduría") y Theos ("Dios"), y significa "sabiduría de Dios". En la historia de la filosofía, según José Ferrater Mora, el término "teosofía" fue usado sobre todo por algunos platónicos y a lo largo de la Edad Media; el término "teósofo" tuvo a veces el significado de "autor inspirado por Dios" (Pseudo-Grosseteste); y el término "teosófico" aparece en dos obras de Jakob Boehme (Seis puntos teosóficos o sobre seis puntos teosóficos, de 1620, y Cuestiones teosóficas, o consideración de la revelación divina, de 1624). A partir de estos textos, la teosofía puede distinguirse de la teología. Mientras que la primera tiene un carácter "místico" e "intuitivo", con un carácter esotérico donde se integran saberes que provienen del ocultismo (hermetismo) y del orientalismo, la segunda cuenta con un carácter eminentemente racional y argumentativo. En este sentido, la teosofía como sabiduría inspirada directamente por Dios estaría cercana de la llamada "teología mística". Históricamente se han considerado "teósofos" a Agripa de Nettesheim, Paracelso, Schelling y Louis-Claude de Saint-Martin.Pero la teosofía se conoce sobre todo por la llamada "Sociedad Teosófica", institución fundada en 1875 en Nueva York por William Q. Judge, Henry Steel Olcott y Madame Blavatsky. Los objetivos de la Sociedad Teosófica fueron tan amplios como los siguientes: mantener vivo en el hombre el sentido de la espiritualidad; establecer un núcleo de fraternidad universal en la humanidad sin que interfieran distinciones de raza, sexo, religión, cultura o clase social; oponerse a la beatería; promover la fraternidad entre las naciones; conocer todas las leyes de la Naturaleza; estudiar el folclore y la cultura popular; formar una biblioteca y traducir y difundir textos filosóficos; fomentar el estudio comparado de las religiones, sobre todo basándolo en la comunidad de mitos; investigar las leyes de naturaleza inexplicadas o insuficientemente atendidas por las distintas ciencias particulares, así como los poderes psíquicos (magia, ocultismo, etc.) latentes en el hombre; y, por último, promover la educación y la valorización de los conocimientos individuales con fines altruistas. En este cuadro, Blavatsky se comprometió, de modo particular, a divulgar en Occidente la antigua sabiduría india y los conocimientos esotéricos que podían emanar de ella. Helena Petrovna [Hahn] Blavatsky (Yekaterinoslav, 1831 - Londres, 1891), fue la auténtica inspiradora y propulsora de la "Sociedad teosófica". Descrita por su biógrafo como un temperamento inquieto desde la infancia y dotada de poderes de médium innatos, en 1851 se trasladó a Canadá para estudiar a los "pieles rojas" y a Nueva Orleans para conocer los ritos vudúes. Posteriormente, en 1852, viajó a la India a Bombay, y a Tíbet en 1856. En estos años emprendió el estudio de la religión y del pensamiento hindú y budista. En 1871 estuvo en Egipto y después, durante seis años, en Norte América, entre 1873 y 1879. Aquí encontró un ambiente cultural favorable a sus programas de revalorización del budismo, del gnosticismo, del cristianismo primitivo y de los cultos heréticos medievales. A quien la acusaba de practicar el espiritismo, Blavatsky respondía: "Hemos fundado nuestra Sociedad para combatir bajo la bandera de la Verdad y de la Ciencia cualquier tipo de superstición y de prejuicio. Queremos luchar contra las ideas preconcebidas de los escépticos, así como contra los abusos de poder de los falsos profetas, antiguos y modernos; queremos derribar a los grandes Sacerdotes, los Calcantes con sus falsos rayos a lo Júpiter y mostrar ciertos errores de los espiritistas. Si somos algo, somos más bien Espiritualistas".En 1879, Blavatsky viajó a la India con Henry Steel Olcott (1832-1907) y allí crearon la revista The Theosophist, a la vez que cristalizaba la afinidad que mantenían con el movimiento del Arya Samaj, cuya labor de difusión se plasmó en un centenar de centros. Mas tarde, en 1882, ambas sociedades se separaron y la "Sociedad Teosófica" se instaló en Adyar (Madras). Aún cuando en 1884 Blavatsky se vio envuelta en una violenta polémica por la denuncia del Christian College Magazine, órgano de los misioneros cristianos de Madrás, su éxito continuó; así lo prueba, por ejemplo, el testimonio del joven Gandhi, estudiante en Londres en 1890, que escribió en su autobiografía: "Mis amigos me llevaron una vez a la Logia Teosófica Blavatsky y me presentaron a la Sra. Blavatsky y a Anna Bessant. Esta última se había unido hacía poco a la Sociedad Teosófica y yo escuchaba con mucho interés las discusiones sobre su conversión [...] Recuerdo haber leído, siempre por sugerencia de mis amigos teosóficos, La clave de la Teosofía de la señora Blavatsky. Este libro estimuló en mí el deseo de leer más sobre la religión hindú y me demostró cuán injusta era la tesis de los misioneros que consideraban que esta religión estaba llena de supersticiones". Blavatsky escribió en 1877 Isis sin velo, una obra de más de 1.200 páginas, que resumía sus estudios de filosofía y de religión oriental, una sabiduría simbolizada por la figura de la diosa Isis. En 1885 fundó en Londres el Blavatsky Lodge y la revista mensual teórica Lucifer, a la par que escribía obras como La doctrina secreta (1888), en seis tomos, La clave de la Teosofía (1889) y el Glosario teosófico (ed. 1892). Aunque oficialmente era rechazada por el mundo académico, la doctrina teosófica de Blavatsky tuvo una notable difusión al término del siglo XIX y en los primeros decenios del XX, ya que muchos intelectuales y artistas como Lawrence, Maeterlinck, Yeats, Kandinsky, Mondrian y Conan Doyle encontraron inspiración y estímulo en ella. A la muerte de Madame Blavatsky, en Londres en 1891, Olcott ocupó la presidencia de la "Sociedad Teosófica" hasta 1907, año en que también éste falleció. Fue entonces sustituido por Annie Bessant (1847-1933), que se distinguió como librepensadora y adscrita al socialismo fabiano. Bessant trató de extender su obra con sus continuos viajes entre la India y Europa. Su doctrina se halla expuesta en su libro Cristianismo esotérico, donde atribuye al Evangelio un sentido secreto y místico, con afinidades en el tipo de hinduismo que defendía Krishnamurti. Las orientaciones de Annie Bessant provocaron reacciones encontradas en diversos medios. La más virulenta tuvo lugar en Alemania y estuvo encabezada por Rudolf Steiner, creador de un movimiento disidente llamado antroposofía, y caracterizado por sus profecías sobre la Naturaleza y la historia, y tesis para la reorganización jerárquica de la sociedad.En España se creó en el año 1889 la sección española de la "Sociedad Teosófica" por obra de Francisco Montoliu y Togores y Jose Xifre y Hamer, a quienes Madame Blavatsky había puesto en contacto entre sí. Montoliu publicó en Barcelona la revista Estudios teosóficos y Xifre fundó al año siguiente en Madrid la revista Sophía (1893-1914), cuya dirección confió a José Melian. Después de la muerte de Montoliu en 1892, la Sociedad Teosófica Española se escindió en dos ramas, Madrid y Barcelona, y aparecieron la de Valencia y Alicante. En 1908 se funda la rama barcelonesa "Arjuna". En 1911 surgieron nuevos grupos en Barcelona, Lérida, Sevilla, Pontevedra y Madrid. En Andalucía, el centro de la teosofía fue Sevilla, donde se establecieron las ramas Fraternidad y Janoni; en 1919 se fundó un Centro de Estudios Teosóficos y en 1922 la Revista Teosófica. En Morón se estableció la rama Blavatsky, en Málaga la Matreya en 1925, y en Almería, la Morya en 1926. El principal representante español de la teosofía fue Mario Roso de Luna (Logrosán (Cáceres), 1872 - Madrid, 1931). Roso de Luna fundó en 1921 en Madrid, junto con otros diez teósofos, la rama "Hesperia", y se vinculó con la casa central en Adyar (India) y después con la Sociedad Teosófica de Port Loma (California). En 1931, un poco antes de morir, fundó el Ateneo Teosófico, con el fin de mantener su independencia y autonomía. Entre sus obras destacan su conferencia "Significación filosófica de la Teosofía" (21 de diciembre de 1923), donde expone lo sustancial de su pensamiento, y Hacia la Gnosis (1921), En el umbral del misterio (1921), Conferencias teosóficas en América del Sur (1911), La Humanidad y los Cesares (1916), La ciencia hierática de los mayas (1911), Wagner, mitólogo y ocultista (1917), Por las grutas y selvas del Indostán (1918), De Sevilla al Yucatán (1918), Por el reino encantado de Maya (1924) y Del árbol de las Hespérides (1923). La ideas teosóficas de Roso de Luna se desarrollaron a partir de una profundización de sus ideas astronómicas, históricas y literarias, en las que estaba preparado por sus licenciaturas en las facultades de ciencias Físico-Químicas, Derecho y Filosofía y Letras, y en las que hizo aportaciones muy importantes, como, por ejemplo, el descubrimiento el 5 de julio de 1893 de un cometa y dos estrellas que llevan su nombre en todas las cartas astronómicas del mundo. Roso pasó de la astronomía a la astrología con la afirmación de una ley común que pretendía ligar tanto a los astros como a los hombres, y con su método de la intuición analógica, que implica una ley de armonía basada en el orden numérico. Según Roso, la analogía es el único método que posibilita la comprensión de la realidad como totalidad, y su fundamentación se encuentra en tres principios básicos: 1º) El principio: "Lo que está arriba es como lo que está abajo en el conjunto de la armonía cósmica, manifestación de la unidad del universo en su multiplicidad". En otras palabras: lo uno se manifiesta en lo múltiple (Hermes Trimegisto). 2º) El axioma: "Si quieres ver lo invisible, abre los ojos a su proyección en lo visible" (Cábala). 3º) Ley de la numeración: "Toda realidad manifestada no es sino unidad integradora de un orden superior, que se reproduce numéricamente hasta el infinito". Las ideas de Roso de Luna pretendieron corregir la unilateralidad de la cultura occidental, donde se había instalado ya entonces un dualismo irreconciliable entre espíritu y materia, y alma y cuerpo. Su solución a este enfrentamiento consiste en el reencuentro mediante la teosofía con verdades nunca olvidadas en la cultura oriental a través de la búsqueda de lo que todas las religiones tienen en común: la búsqueda de Dios como garante de la armonía universal y de la fraternidad entre los hombres. El único dogma de la teosofía tal como la entiende Roso de Luna es la ley de la armonía o la Ley del Amor, la integración suprema del hombre que piensa y del hombre que ama.De un modo general, y teniendo en cuenta las expresiones contemporáneas por las cuales algunos rasgos del movimiento teosófico tradicional se han institucionalizado o modernizado, puede decirse con Méndez Bejarano que la teosofía "es de por sí una filosofía crítica y ecléctica que busca en la comparación de los diversos mitos religiosos aquella unidad de sentido que da vida a todas las confesiones particulares. Su procedimiento es analítico y comparativo". José Luis Abellán ha subrayado especialmente el carácter ecléctico como típico de la teosofía, al escribir que la teosofía reinterpreta las tradiciones religiosas fundamentales, originando un triple esoterismo de carácter cristiano, budista o islámico, y procura asimilar conocimientos provenientes de muy distintas disciplinas, como la Alquimia, la Teología, la Metafísica, la Medicina, etc. Su punto de partida es casi siempre un panteísmo emanatista, que aplican a fines distintos como a la indagación científica en los arcanos de la Naturaleza, o a satisfacer los anhelos de felicidad y salvación del ser humano, o a dar explicación a los fenómenos de magia y espiritismo.RESUMIENDO: Es la Religión de la Sabiduría o “Sabiduría divina”. El substrato y base de todas las religiones y filosofías del mundo, enseñadas y practicadas por unos pocos elegidos desde que el hombre se convirtió en un ser pensador. Considerada desde el punto de vista práctico, la Teosofía es puramente ética divina. Las definiciones de la misma que encontramos en los diccionarios son puros desatinos, basados en prejuicios religiosos y en la ignorancia del verdadero espíritu de los primitivos rosacruces y filósofos medievales que se titulaban teósofos. [La palabra Teosofía no significa Sabiduría de Dios, sino Sabiduría de los Dioses o Sabiduría univesal. Esta Sabiduría es la verdad interna, oculta y espiritual que sostiene todas las formas externas de la religión, y su pensamiento fundamental es la creencia de que el Universo es, en su esencia, espiritual; que el hombre es un ser espiritual en estado de evolución y desarrollo, y que la humanidad puede progresar en la vía de la evolución por medio de un ejercicio físico, mental y espiritual adecuado, haciéndole desarrollar facultades y poderes que la harán capaz de traspasar el velo externo de lo que se llama materia, y entrar en relaciones conscientes con la Realidad fundamental. La gran idea que sirve de fundamento a la Teosofía es la Fraternidad univesal, y ésta se halla basada en la unidad espiritual del hombre. La Teosofía es a la vez una ciencia, una filosofía y una religión, y su expresión externa es la Sociedad Teosófica. (Pequeño Glosario de términos teosóficos de A. Besant y H. Burrows.) Opuestamente a lo que muchos pueden creer, la Teosofía no es una religión nueva; es, por decirlo así, la síntesis de todas las religiones, el cuerpo de verdades que constituye el fondo de todas ellas. La Teosofía, en su actual modalidad, apareció en el mundo en el año 1875, pero la Teosofía en sí misma es tan antigua como la humanidad civilizada y pensadora. Se la ha conocido con diversos nombres que tienen igual significado, tales como Brahma-vidyâ (Sabiduría divina), Para-vidyâ (Saliduría suprema), etc. El especial motivo de su nueva proclamación en nuestros días fueron los rápidos y perniciosos progresos del materialismo en las naciones propulsoras de la civilización mundial. Por esta razón los venerandos Guardianes de la Humanidad creyeron oportuno proclamar las antiguas verdades en una forma adaptada a la actitud y desarrollo mental de los hombres de la época, y así como antes fueron reveladas una tras otra las religiones, de conformidad con el tránsito de uno a otro desenvolvimiento nacional, así en nuestros días se volvieron a proclamar las bases fundamentales de todas las religiones, de suerte que sin privar a ningun país de las especiales ventajas que su fe peculiar le proporciona, se echará de ver que todas las religiones tienen el mismo significado y que son ramas de un mismo árbol. La Teosofía se presenta además como base de filosofía de la vida, porque posee vastísimos conocimientos acerca de las grandes Jerarquías que llenan el espacio; de los agentes visibles e invisibles que nos rodean; de la evolución o reencarnación, por cuya virtud progresa el mundo; de la ley de causalidad, o de acción y reacción, llamada Karma; de los diversos mundos en que el hombre vive, siembra y cosecha, etc., etc., conocimientos que resuelven del modo más racional y satisfactorio los arduos enigmas de la vida que siempre conturbaron el cerebro de los pensadores con quebranto de su corazón. En el campo de la ciencia abre nuevos caminos al conocimiento. La Teosofía explica la vida, justifica las diferencias sociales entre los hombres e indica el medio de entresacar nuevos hechos del inagotable almacén de la Naturaleza. También la Teosofía da fundamentales normas de conducta aplicables a la vida humana y levanta grandes ideales que conmueven el pensamiento y el sentimiento, para redimir poco a poco la humanidad de la miseria, la aflicción y el pecado, que son frutos de la ignorancia, causa de todo mal. El dolor y la miseria desaparecerán de nuestra vida cuando sepamos trocar la ignorancia en conocimiento. Ante la Sabiduría se desvanecerán nuestras tribulaciones, porque el gozo es peculiar e inherente a la íntima naturaleza de que todos procedemos y a la que todos hemos de volver. La Teosofía, por último, no impone dogma alguno, ni fuerza a nadie a creer ciegamente las verdades que enseña; pero hace otra cosa inmensamente mejor: pone al hombre que está dispuesto para ello en estado de percibir directamente por sí mismo tales verdades mediante el desenvolvimiento de su naturaleza espiritual, y con ella el desarrollo de ciertas facultades internas latentes en la generalidad de la especie humana, que le permiten conocer el mundo espiritual y las relaciones del hombre con la Divinidad. Por el conocimiento íntimo de sí mismo el hombre se vuelve capaz de conocer la Vida universal y suprema, puesto que el Espíritu humano es una parte del Espíritu universal (Dios). –Terminaremos esta artículo con la descripción del SELLO DE LA SOCIEDAD TEOSOFICA. El doble triángulo que contiene el Tau o cruz egipcia es el símbolo del Universo o Macrocosmo, la manifestación de la Divinidad en el tiempo y en el espacio, el Uno desdoblándose a sí mismo en la dualidad de Espíritu y Materia. Los triángulos están entrelazados para denotar la unidad inseparable, y son dos para significar el Espíritu y la Materia, Padre y Madre. El triángulo que tiene un vértice hacia arriba es el del fuego o Espíritu, y el que lo tiene hacia abajo es el del agua o Materia. Cada triángulo, además, con sus tres lados y sus tres ángulos, simboliza la trina naturaleza de lo que representa. La triplicidad del triángulo de fuego significa: Exitencia, Conocimiento y Felicidad, o Actividad, Sabiduría y Voluntad, o Creación, Conservación y Liberación. Los lados son iguales porque “en esta trinidad ninguno es superior ni inferior, mayor ni menor que otro”, porque todos son igualmente inmanentes en su naturaleza y por igual omnipresentes. La triplicidad del triángulo del agua simboliza las tres cualidades características esenciales de la materia: Inercia, Movilidad y Ritmo (o Vibración). Los doce lados iguales formados por el cruzamiento de las líneas de la figura consideradas en conjunto, representan los “doce grandes dioses” de Caldea y de otras religiones antiguas, los doce signos del Zodíaco, los doce meses del año. Mucho más se podría decir de la significación del emblema. La cruz ansata ha descendido en la Materia y está crucificado en ella, pero que ha resucitado de la muerte y permanece triunfante en los brazos del victimario ya vencido, y por esto se llama la “Cruz de Vida”, y es símbolo de la Resurrección. En las pinturas egipcias se puede ver que esta cruz se aplicaba sobre los labios de la momia cuando el Alma volvía al cuerpo. La cruz ígnea, acodada o Svastika, es el símbolo de la energía vertiginosa que crea un Universo “abriendo huecos en el espacio”, o dicho en forma menos poética, formando los torbellinos o átomos para la construcción de los mundos. La serpiente que se muerde la cola es el antiguo emblema de la Eternidad, el círculo sin principio ni fin, en el cual crecen y mueren, aparecen y desaparecen todos los universos. Tal es, en breves palabras, el simbolismo del Sello de la Sociedad Teosófica; en ingeniosa combinación resume las verdades de la Teosofía. Coronando este Sello figura en caracteres sánscritos el sagrado monosílabo OM o AUM, y alrededor del mismo, el lema del Maharâja de Benarés: Satyât nâsti paro Dharma. “No hay religión más elevada que la Verdad.”

TADEO