martes, 17 de abril de 2007

CHAT CON UNA AMIGA RELIGIOSA


Hace algún tiempo tuve una interesante conversación de chat con una amiga religiosa. Como me impactó tanto lo que nos dijimos, no pude sustraerme a la tentación de conservarlo. Aquí lo pongo a la consideración de los lectores.

Yo: hola
Ella: hi
Yo: ¿qué tal por tu vida hoy?
Ella: nada mucho trabajo...
Ella: y tu?
Yo: ¿oye, conoces al poeta mexicano Juan de Dios Peza?
Yo: ¿tienes mucho trabajo?
Ella: si
Ella: si.. he escuchado..
Ella: pero no leo nada de estos temas..
Yo: ¿no lees novelas?
Ella: no
Yo: ¿qué lees?
Ella: nunca... casi nunca...
Ella: administración
Ella: marketing!
Ella: business
Ella: eso me encanta!
Ella: ah
Ella: y leía mucho sobre teología...
Yo: vaya, Dios y el Diablo
Ella: jaja. no, para nada
Yo: Dios y el Dinero
Ella: la administración no esta peleada con la teología
Ella: en absoluto
Yo: No se puede tener dos dioses
Yo: explícame
Ella: Dios no esta peleado con las riquezas! por eso Salomón fue el rey que ha sido el mas rico del mundo y de la historia...
Ella: ve a los judíos!
Ella: no, el dinero es un siervo.
Ella: el Señor es Dios!
Ella: punto!
Yo: Jesús dijo en el Sermón del Monte que no se puede tener dos dioses, que no se puede amar a Dios y a la riqueza, y que primero entraría un camello por el ojo de una aguja que un rico en el reino de Dios
Ella: AAY MI AMIGO...
Ella: creo que te falta leer mucho de la Biblia
Yo: Salomón recibió riquezas de Dios, pero él no las deseaba, él sólo pidió sabiduría
Ella: "Un texto, sacado de contexto, es puro pretexto"
Ella: he ahí la clave!
Ella: Dios no se pelea con el dinero. si fuera así no le hubiera dado a Salomón dinero... estas de acuerdo????
Yo: me llama la atención que me digas que Dios no está peleado con la riqueza, yo no he sacado el texto de contexto, pues las palabras de Jesús son máximas, y no las dice dentro de contexto alguno
Ella: mira... creo que debes ubicarte al leer la Biblia y tu más como historiador.. y entonces entenderás muchas cosas.. así.. aunque te explique no coincidiríamos en nada....
Ella: claro que sí. EXISTE UN CONTEXTO HISTÓRICO, TEOLOGICO, DE AMOR, ETC...
Ella: así que no me vengas con que no hay contexto! Historiador!
Yo: no, la palabra de Jesús no está atada al tiempo, en la mayoría de los casos, son parábolas que se cumplen para el alma humana, para el alma inmortal que es la misma en su época como lo es hoy.
Yo: por eso las enseñanzas de la Iglesia son un dogma
Ella: cierto, pero recuerda que eso fue escrito en un tiempo también
Ella: no, una cosa es lo que enseñan algunos "pendejos" que dicen saber.. y manipulan..y otra cuando te enfrentas a la Verdad!
Yo: pero porque haya pasado el tiempo, la división entre Dios y la riqueza seguirá inamovible, es una de las bases de la fe
Ella: claro que no!
Ella: para nada! estimado.. creo que no
Yo: si quieres puedes decirme cómo el amor al dinero te lleva a Dios
Ella: NO, ESE NO ES MI PLANTEAMIENTO!
Yo: o dónde dice en la Biblia algo que lo justifique
Yo: Que Dios ama la riqueza
Ella: YO NO DIJE ESO
Ella: OJO!
Yo: dime qué has dicho?
Ella: que Dios no está peleado con la Administración, porque él mismo dice que somos mayordomos de su Reino
Ella: y su Reino es todo lo que nos ha dado
Ella: administrar bien!
Ella: ok?
Ella: eso
Yo: me encantaría que me dijeras en qué sitio de la Biblia dice eso
Ella: uu en varios lugares...
Ella: muchos textos...
Yo: y seguramente que ahí sí tendrás una frase fuera de contexto
Ella: pero volvemos a lo mismo... si no entiendes los versos por su contexto.. no llegaras a nada...
Ella: claro que no!
Yo: el reino de Dios es un reino espiritual
Ella: no precisamente
Ella: no porque Dios sea Espíritu quiere decir que no conoceré a Dios!
Ella: o si?
Yo: no te entiendo
Yo: yo digo que cuando Jesús hablaba del Reino, se refería a un reino que nada tenía que ver con el mundo físico, con el mundo material
Ella: si, amigo. pero ahora no podría explicarte TOOOODO!
Ella: OK?
Ella: tengo mucho trabajo.. y no puedo terminar y no terminaría si te explico, punto.
Ella: ok
Ella: mejor ponte a orar y abre tu corazón y dile a Dios que te ayude y te de sabiduría...
Ella: ok?
Ella: y ya veras...
Ella: todo lo que aprenderás...
Ella: y luego hablamos!
Ella: ¿estás de acuerdo?
Yo: Jesús decía: "Lo que entra por la boca del hombre no es lo que le hace daño al hombre, sino lo que sale de la boca del hombre, porque lo que sale de la boca del hombre al corazón de los hombres va. Si Jesús decía que lo que entra por la boca del hombre no hace daño al hombre, eso te da la medida de lo despreocupado que estaba él incluso por el cuerpo físico, como para preocuparse del mundo material. Jesús vino a salvar las almas y no los cuerpos, y dijo también: "Al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios. Ahí tienes la separación que siempre hacía entre ambas cosas
Ella: claro que no
Ella: creo que no tienes idea de los textos
Ella: en fin...
Yo: esto que te explico es parte de la sabiduría que Dios me ha dado, luego de haber orado y de haber mantenido mi alma limpia y libre de toda cosa que no fuera las cosas del espíritu
Ella: no seas necio...
Ella: okis?
Ella: pls!
Yo: no sé por qué dices que no tengo idea de los textos, si lo único que he hecho es citarlos
Ella: por eso.. pero no los entiendes
Yo: ah, ya, es Bush quien los entiende bien y por eso ha matado en Irak a 150 000 personas
Ella: nooooo
Ella: nadaaaa que ver...
Ella: ok?
Ella: dejémoslo así
Ella: vale??
Yo: vale
Yo: pero me gustaría que me explicaras los textos
Ella: hoy no
Ella: tengo trabajo
Yo: porque se ve que tú si los entiendes bien
Yo: bueno, te dejo
Yo: chao
Yo: a currar
Ella: ok
Ella: ok?
Yo: ok
Ella: claro que sí, será un placer.. pero en otro momento
Yo: bye
Ella: bye

TADEO

viernes, 13 de abril de 2007

NAMI, LA JAPONESA



Siempre le he prestado especial atención a los sueños. Sobre todo a esos en los que veo personajes y lugares que nada tienen que ver con mi realidad presente. Todos estos sueños raros los guardo en mi memoria como auténticos tesoros de sabiduría y de conocimiento personal.
En uno de ellos me vi caminando por las calles de una ciudad japonesa, del Japón feudal. Mi aspecto físico no era el actual. Me veía a mí mismo como una persona europea, alta, delgada y vestida con ropas elegantes, como si fuese una persona distinguida.
Me paseaba por aquel sitio admirando las rarezas de aquella cultura milenaria. Entré a un bar y bebí algo. Luego seguí mi camino. Atravesando un pequeño puente de madera dos mujeres allí apostadas me pidieron limosna. Les di dinero de mi país y ellas sonrieron agradecidas. Una de ellas me regaló una moneda autóctona. Me resultó curiosa. Se trataba de una moneda hueca. Mientras la contemplaba meditabundo, me desperté.
Sabía que aquel sueño era una revelación, porque me había visto a mí mismo metido en un cuerpo diferente al mío, ese cuerpo con que siempre me veo en los sueños relacionados con mi última encarnación, pero no entendía el significado de lo que acababa de experimentar, así que decidí archivarlo en mi memoria y no le di más vueltas.
Un día, poco tiempo después, arribaba a la facultad de Filosofía e Historia de la Universidad de la Habana cuando se me acercó un chico de piel oscura, bajo y delgado. Me preguntó si era estudiante de Historia y le dije que sí. Entonces me dijo que con él andaba una chica extranjera que estaba interesada en hablar con un estudiante de Historia porque deseaba hacerle algunas preguntas sobre la Historia de Cuba. Me preguntó si podía ayudarlo y le dije que sí.
Caminé tras él hasta el banco donde se encontraba su amiga. Se trataba de una chica de unos 25 años, de rasgos asiáticos. Nos presentamos amigablemente y nos sentamos a conversar. Era una chica japonesa llamada Nami . Quería saberlo todo sobre la historia del país. Por suerte entendía el castellano. Lo había aprendido en México, y de hecho lo hablaba con frases de aquel país y hasta un poco del acento de los mexicanos.
Yo comencé a contarle la historia de Cuba desde el principio. No acostumbro a tener delante a personas que me pidan algo así, pero como ella estaba interesada y yo no tenía nada mejor que hacer, no me limité en mi explicación y fui lo más exhaustivo posible.
Su acompañante cubano, se quedó dormido como a la media hora. Pero aún tenía historia para rato. Despertó una hora después, y al ver que lo nuestro era para largo, decidió marcharse. Lo hizo sin dar explicaciones y con cara de aburrido. Cuando se hubo ido, hice un paréntesis en mi explicación para advertir a Nami que aquel chico era un jinetero, un gigoló, un cazador de turistas. Al parecer, ella ya lo sospechaba.
El tiempo pasó deprisa y la chica japonesa debía marcharse. Sin embargo, me pidió una nueva cita. Quedamos para vernos al día siguiente a las 10 de la mañana en el mismo lugar. Allí estuvimos ambos puntuales y risueños. Conversamos otra vez largo y tendido. Al mediodía, Lalo, un amigo paraguayo, me vio allí sentado en los jardines de la facultad y se acercó para invitarme a almorzar. Yo le dije que no podía porque me encontraba acompañado de mi amiga asiática. Él dijo que la invitación se hacía extensiva a mi amiga también. Ella aceptó y nos fuimos los tres juntos para la casa de éste.
Lalo vivía en el famoso edificio FOCSA, (federación Obrera de Cuba Sociedad Anónima), tal vez el edificio más emblemático de todo el barrio del Vedado. Allí desde el piso octavo o noveno, no lo recuerdo bien, pudimos disfrutar Nami y yo de una vista privilegiada de la Habana.
En aquel apartamento había varias personas, todas extranjeras, una chica paraguaya, otra de Argentina, un chico paraguayo, la japonesa, Lalo y yo. Almorzamos todos juntos, escuchamos música, conversamos de muchísimas cosas, nos divertimos, nos hicimos fotos. Bueno, ellos, los que tenían con qué hacerlas, le hicieron fotos a los demás. Recuerdo que Nami asombró a todos cuando de su bolso sacó una cámara fotográfica impresionante.
Siempre recordaré aquella tarde porque, a pesar de que apenas nos conocíamos, se creó un ambiente de complicidad y de amistad entre todos verdaderamente raro y hermoso. Nos fuimos de allí sobre las 6 de la tarde. Llevé a Nami hasta la casa donde estaba parando en la Habana. Quedamos para vernos nuevamente al día siguiente.
No había dudas de que le caía bien a la japonesa. Nos volvimos a citar en la universidad. Ese día fuimos a una manifestación de las tantas que se convocaban en la Habana. No me pregunten por qué nos manifestábamos porque no sería capaz de recordarlo. Sólo sé que una vez finalizado el desfile, fuimos a tomar helado a Coppelia, la heladería más famosa de la Habana y también de toda Cuba. Luego paseamos durante largo rato y conversamos mucho.
Ella me contó que estaba en Cuba porque en México se enamoró de un chico argentino. Este chico era un enamorado del Ché Guevara y siempre le decía que algún día se iría como el Ché a vivir a Cuba. Nami perdió la pista a este chico, pero no perdía la esperanza de encontrarlo.
Sin embargo, en aquellos días en los que compartimos tantas cosas lindas, al parecer, sus ojos comenzaron a mirarme de manera especial. Al parecer, su cabeza se preguntaba si era yo un hombre con quien poder compartir algo más que aquella extraña amistad. Yo no lo sabía y ella jamás lo dio a entender claramente. Pero me pidió que le echara las cartas, y en medio de aquella consulta aparecía yo. Entonces me di cuenta de que esta chica tenía sus ojos puestos en mí.
Tengo que confesar que Nami, si bien me atraía por ser una mujer de una cultura muy diferente a la mía, no me había llamado la atención como mujer. De hecho le dije que yo no era el hombre de su vida, y que tampoco encontraría al chico argentino. Le dije que ella se casaría en su país con un chico que ya conocía, un amigo que le había insistido para que no hiciera aquel viaje.

Terminada la sesión de cartas, la llevé a visitar a mi tía Aleida en la Habana Vieja porque tenía interés en que conociera a algún familiar mío con evidentes facciones asiáticas, pues le había contado que mi tatarabuelo por parte de padre era chino cantonés. Aleida nos dio a probar un poco de arroz con leche que había hecho y estuvimos conversando un rato sobre ella y sobre nuestros familiares chinos.
Salimos de allí y pudimos comprobar que ya se había hecho de noche. Nami estaba cansada y debía regresar a su casa de alquiler. La llevé nuevamente hasta allí y me preparaba a despedirme, esa vez para siempre, cuando recordé que aquel día al despertarme, mientras me preparaba para ir a su encuentro, sentí una voz que me dijo:
“Regálale una moneda a la japonesa”.
En Cuba acostumbramos a regalar la moneda de 40 centavos, y dicen que es una manera de regalar la suerte a otra persona. Estas monedas ya no circulan, pero yo tenía guardadas unas cuantas para regalarlas en casos como éste.
Saqué la moneda de mi cartera y se la di, explicándole lo que significaba. Ella la tomó en sus manos haciendo un gesto de agradecimiento. Pero mientras la miraba, vino de golpe a mi mente aquel sueño en el que una japonesa me regalaba una moneda. Me quedé sorprendido. La historia se estaba repitiendo en sentido inverso.
No perdí tiempo en contarle a Nami lo que había soñado. Le recalqué que la moneda que me habían dado en el sueño era una moneda hueca. A ella le pareció natural, y me dijo que sabía cual era la moneda, que se trataba de una moneda que ya no circulaba en su país, una moneda de 5 yens, y que existía la tradición de regalarla.
Nos despedimos casi seguros de que no nos volveríamos a ver. Ella se marchaba tal vez para siempre a su Osaka natal, y yo me quedaba en la isla convencido de que jamás viajaría a Japón. Sólo me quedaba la ilusión de que nos carteáramos, pero tenía amargas experiencias con las personas extranjeras que conocía, pues luego casi ninguna escribía, y si alguna lo hacía alguna vez, luego no era capaz de mantener la correspondencia por mucho tiempo. Al final siempre se imponía el silencio y la distancia.
Nada más supe de Nami. No me escribió nunca, sin embargo, su historia se había grabado con fuego en mi memoria. Sabía que jamás la olvidaría. Aquel sueño me enseñó una escena de mi pasado, la cual volvió a repetirse en el presente.
Tiempo después fui al salto del Caburní en Topes de Collante con Lalo y su amiga paraguaya Erika. Aquella noche inolvidable en medio de aquel paraje natural único, le conté a Érika toda aquella historia de la moneda. Le dije: “¿Te acuerdas de aquella japonesa que andaba conmigo el día que nos conocimos? Ese fue el comienzo de mi historia. Al terminar mi relato Érika me sorprendió diciendo: “Yo tengo en mi poder una de esas monedas”. Me la regaló un marino amigo de mi padre, quien estuvo en Japón en uno de sus viajes. Curioso, ¿verdad?
Este bien podría ser el final de esta historia, pero no es así. Muchos años pasaron desde que dejé en el portal de aquel edificio habanero a Nami, mi amiga japonesa. De ella sólo me había quedado su dirección y su teléfono larguísimo con un millón de números. Me casé, me vine a vivir a España y su dirección cruzó el Atlántico conmigo. Un buen día, estando en el gabinete astrológico en el que trabajaba, me vino a la mente mi amiga de Japón, y decidí escribirle una carta para ver si por esas casualidades de la vida, la recibía y me respondía.
Un mes después recibía un correo electrónico de su parte. Me decía que había recibido mi carta y que se había alegrado de saber de mí después de tanto tiempo. Dijo que estaba asombrada de que estuviera en España, y en Bilbao, y que casualmente ella pensaba visitar esa ciudad dentro de 20 días. Me dijo que estaba trabajando y viviendo en el PIECEBOUT, o barco de la paz. En él había recorrido el planeta en varias ocasiones, y me dijo que tal vez podríamos vernos una vez llegara ella a la capital vizcaína. Me dijo además, que de Bilbao viajarían a La Habana.
Estaba sorprendido y emocionado. Me imaginaba cómo iba a ser aquel encuentro con Nami después de tanto tiempo. En la tele dieron la noticia de la llegada a Bilbao del Barco de la Paz, así que no fue difícil seguirles la pista. Me presenté con mi mujer y mi hija pequeña en el puerto de Santurze y luego de buscar un poco ya me encontraba frente al barco.
De él bajaban muchísimos extranjeros, asiáticos casi todos. Debí desempolvar mi mal inglés para preguntarles por mi amiga Nami. Algunos me dijeron que la conocían, pero que no podían decirme a ciencia cierta dónde estaba. No sabían si a esa hora estaba todavía en el barco, o si como la mayoría, se había marchado a pasarse el día en la ciudad de Bilbao.
Al ver que no dábamos con la chica, decidimos tirar la toalla. De aquel viaje lo único agradable fue que muchas de las chicas japonesas con las que me tropecé, les cayó en gracia mi hija, al notar en ella las evidentes facciones asiáticas, los ojos rasgados, etc.
Nos fuimos a casa a comer. Estaba decepcionado y cierta angustia recorría mi mente.
Por la tarde, en cambio, pensé que metido en casa sí que no encontraría a la chica. Sabía que los milagros y las casualidades existen y que pueden ocurrir cuando uno menos lo espera, así que decidí irme a Bilbao para ver si se daba la casualidad del reencuentro con mi amiga de ojos razgados. Ella tenía mis teléfonos, pero no me había llamado, y en mi casa no encontré mensajes suyos en el contestador.
Al llegar a Bilbao pude comprobar que la ciudad estaba llena de asiáticos por todos lados, quienes a las claras eran pasajeros del Barco de la Paz. Mis esperanzas volvieron a florecer. Le preguntaba a todo aquel que se me ponía a tiro. Al fin un japonés me dijo que mi amiga Nami era una de las coordinadoras de todo el grupo, y me dio un teléfono del barco, un teléfono de uno de los puestos de mando, y me dijo que tal vez con él podría averiguar algo. Llamé desde el móvil y comencé a hacer las preguntas pertinentes. Ellos conocían a Nami y quedaron en localizarla para que se pusiera al teléfono, y luego de unos minutos angustiosos conseguí volver a escuchar su voz.
Sus palabras me dejaron helado. Ella no quería verme. No estaba interesada en despertar aquellos fantasmas. Al fin y al cabo ella me recordaba como un chico que la rechazó en plena Habana. Al parecer, me guardaba rencor por aquello, o tal vez pensaría que mi situación en Bilbao era irregular y que mi interés por verla sería para pedirle ayuda. No lo sé. Me dijo que había pasado mucho tiempo y que ella estaba muy ocupada. Le pedí que nos viésemos al día siguiente, antes de que zarparan, pero ella me dijo que no.
No insistí más. Antes de colgar el teléfono le recordé que tenía mis señas para si en algún momento deseaba contactarme. En aquel caso, era evidente que no habría un segundo encuentro. Ese día aprendí de la frialdad nipona, de la frialdad asiática, de la frialdad del sol naciente, que poco calienta el alma de sus gentes.

TADEO

MI CARTA ASTRAL




ANÁLISIS ASTROLÓGICO DE MI PERSONALIDAD.

Los 36 Decanatos y cómo puntúa en ellos mi personalidad.

Capricornio.
1- Primer Decanato (270º a 280º) Decanato de la Organización. (0)
2- Segundo Decanato (280º a 290º) Decanato de la Perseverancia. (0)
3- Tercer Decanato (290º a 300º) Decanato del Valor (0)

Acuario.
4- Primer Dec. (300º a 310º) Dec. De la Originalidad. (0)
5- Segundo Dec. (310º a 320º) Dec. De las Inspiraciones. (4)
6- Tercer Dec. (320º a 330º) Dec. De las Utopías. (2)

Piscis.
7- Primer Dec. (330º a 340º) Dec. De la Clarividencia. (0)
8- Segundo Dec. (340º a 350º) Dec. De la Grandeza. (0)
9- Tercer Dec. ( 350º a 360º) Dec. De la Receptividad. (0)

Aries.
10- Primer Dec. (0º a 10º) Dec. Del Ardor. (0)
11- Segundo Dec. (10º a 20º) Dec. Del Carisma. (0)
12- Tercer Dec. (20º a 30º) Dec. De las pasiones. (0)

Tauro.
13- Primer Dec. (30º a 40º) Del Sentido Común. (0)
14- Segundo Dec. (40º a 50º) de la Fertilidad. (0)
15- Tercer Dec. (50º a 60º) Del Realismo. (0)

Géminis.
16- Primer Dec. (60º a 70º) De las Intuiciones. (3)
17- Segundo Dec. (70º a 80º) Del Idealismo. (0)
18- Tercer Dec. (80º a 90º) Del Discernimiento. (0)

Cáncer.
19- Primer Dec. (90º a 100º) De las Emociones. (0)
20- Segundo Dec. (100º a 110º) De las Revelaciones. (0)
21- Tercer Dec. (110º a 120º) De la Sensibilidad. (0)

Leo.
22- Primer Dec. (120º a 130º) Del Extremismo. (0)
23- Segundo Dec. (130º a 140º) Del Orgullo. (0)
24- Tercer Dec. (140º a 150º) Del Poder. (0)

Virgo.
25- Primer Dec. (150º a 160º) De la Habilidad. (0)
26- Segundo Dec. (160º a 170º) De la Diplomacia. (0)
27- Tercer Dec. (170º a 180º) Del Altruismo. (2)


Libra.
28- Primer Dec. (180º a 190º) De la Sociabilidad. (2)
29- Segundo Dec. (190º a 200º) Del Libre Albedrío. (1)
30- Tercer Dec. (200º a 210º) De la Justicia. (0)

Escorpio.
31- Primer Dec. (210º a 220º) De las Pulsiones. (0)
32- Segundo Dec. (220º a 230º) Del Inconformismo. (3)
33- Tercer Dec. (230º a 240º) De la Fuerza Psíquica. (3)

Sagitario.
34- Primer Dec. (240º a 250º) De la Sabiduría. (5)
35- Segundo Dec. (250º a 260º) De las Aventuras. (0)
36- Tercer Dec. (260º a 270º) Del Conocimiento. (0)

Como resumen de este análisis tenemos que las características predominantes de mi personalidad, y por tanto las que más debo explotar son:
1- La Sabiduría (5)
2- Las Inspiraciones (4)
3- La Fuerza Psíquica (3)
4- El Inconformismo (3)
5- Las Intuiciones (3)
6- El Altruismo (2)
7- La Sociabilidad (2)
8- Las Utopías (2)
9- El Libre Albedrío (1)


ASPECTOS EN EQUILIBRIO Y ASPECTOS EN TENSIÓN

Se encuentra en equilibrio y armonía en mí:
1-El altruismo y la Sabiduría
2-La Sabiduría y las Inspiraciones.
3- La Fuerza Psíquica y El Poder de Transformación.
4- La Alegría de Vivir y La Sensibilidad.
5- La Razón y la Fuerza Psíquica.
6- La Inteligencia y el Yo Emocional.
7- El Altruismo y las Intuiciones.
8- El Libre Albedrío y Las Inspiraciones.

Se encuentra en tensión y en oposición en mí:
1- El Inconformismo y Las Inspiraciones.
2- El Inconformismo y las Utopías.
3- La Sabiduría y las Utopías.
4- Las Intuiciones y la Sabiduría.
5- La Inteligencia y las Inspiraciones.
6- El Yo Emocional y Las Inspiraciones.
7- El Yo Emocional y La Capacidad de Acción
8- El Poder de Transformación y la Capacidad de Acción.
9- El Poder de Transformación y La Razón.
10- La Alegría de Vivir y la Razón.


Interpretación de mi Carta Astral.

Signo Zodiacal: ESCORPIO.

Escorpio: signo de agua, fijo, femenino. Regido por Marte y Plutón. Sus nativos se caracterizan por tener un temperamento intuitivo, impulsivo, agresivo pero con mucha sangre fría. Intensa curiosidad estimulada por la voluntad de indagar en la realidad hasta sus raíces más insospechadas. Gusto acentuado por los misterios, los secretos, los enigmas sin resolver, los estudios, los análisis profundos.

Vida psíquica muy intensa, como un hervidero que le otorga un sexto sentido, una resistencia pasiva indestructible, una voluntad tenaz y agresiva para obtener sus objetivos, aceptando riesgos calculados. Carácter apasionado, exigente, intransigente, rencoroso, salvaje, que no soporta los términos medios ni los compromisos, siempre muy determinado a ir hasta el final, incluso sacrificándose él mismo.

Espíritu penetrante, provocador, crítico, agresivo, maquiavélico. Le gusta acorralar a su interlocutor, maniobrar, intrigar, emplear ardides, dominar intelectualmente sin que lo parezca. Reacciones violentas o brutales cuando se trata de sentimientos o cuando le traicionan, le hieren o le rechazan. Ambición poco aparente, interiorizada pero esencial e incluso a veces, obsesiva. Para le nativo de Escorpio el amor es visceral, absoluto, apasionado, complejo, místico y misterioso. Aspira a ser seducido por los sentidos y el espíritu, a poseer el cuerpo y el alma del otro del que se nutre.

Ascendente Leo:
Sed y deseo constante de dominación. Grandes aptitudes para dirigir y tener éxito, pero con el riesgo de caer en el autoritarismo, intransigencia u orgullo llevado al extremo. El orgullo y el deseo de ser admirado y aceptado lo incita a menudo a jugar al gran Señor, a mostrarse pródigo, dispendioso y a vivir por encima de sus posibilidades.

Nodo Lunar Sur en Leo:
Defectos a superar: Todos los referentes a Leo. (Orgullo, vanidad, autoritarismo, intransigencia extrema, deseo de poder).

CARACTERIZACIÓN A PARTIR DE LOS DECANATOS.

Intuiciones: Carácter intuitivo, imaginativo, inspirado. Las ideas se elevan, el sentido crítico es muy agudo y aumenta la actividad mental. El poder de deducción, las especulaciones intelectuales y el gusto por el arte están siempre presentes.

Altruismo: Se favorece la dadivocidad, la inteligencia, la autocrítica, el poder de concentración sobre los detalles prácticos de la vida material. No obstante son principalmente la necesidad de sentirse útil, la abnegación y el altruismo los valores que predominan.

Sociabilidad: Tendencia a buscar una armonía en sus relaciones y un refinamiento extremo. La necesidad de unión, equilibrio afectivo, perfeccionismo, sociabilidad natural, apego a los valores formales, son aquí preponderantes.

Libre Albedrío: La noción de elección es esencial, vital e ineludible. El libre albedrío jugará un destacado papel en la vida del individuo correspondiente a esta configuración.

Inconformismo: Fuerte reivindicación de la independencia, el inconformismo, el salirse del camino habitual, lanzarse hacia experiencias inéditas o extrañas. Los impulsos son a veces peligrosos. Posee un gran magnetismo. La vida amorosa es siempre apasionada o pasional. Se rige por la sensualidad intensa y por el poder de seducción mágica.

Impulsos: tengo el sol en este decanato. Esto refuerza en mí estas características. El sol indica la voluntad instintiva de un individuo y sobre su personalidad en curso de realización. El individuo se distingue por su riqueza de recursos psíquicos y vitales. Los impulsos son vivos, esenciales, las fuerzas instintivas predominan. La capacidad de acción es secreta, lúcida, tenaz y resistente. Existe un gran potencial de creatividad.

Inspiraciones: Su imaginación es a menudo desbordante. Pasa sin transición del sueño a la realidad. Sus inspiraciones son muy vivas. Tengo en este decanato la luna negra que es el regente del decanato en cuestión. Esa coincidencia refuerza en mí las características del decanato. Y quiere decir que estos elementos forman parte de las bases de mi personalidad, lo más intrínseco, la parte de la personalidad de la que no podemos escapar.

Originalidad: tengo el Nodo Norte de la Luna en este decanato y eso significa que debo explotar las cualidades positivas que este decanato me ofrece. Aquí está mi camino al éxito, en la originalidad. Lucidez y seriedad por un lado, y comprensión e indulgencia por otro. El comportamiento amoroso siempre es original y las motivaciones, vitales, pero a veces cambiantes.

Utopías: Curiosidad del individuo. Le abre todos los campos de investigación y búsqueda posibles. Lo arrastra hacia planes y proyectos utópicos, vanguardistas y a veces, geniales.

El Sol en Escorpio: La voluntad instintiva del individuo nace en las profundidades de su personalidad estimulando así su psiquismo, sus impulsos y sus fuerzas generadoras. A la vez apasionado y capaz de mostrar sangre fría, se expresa con pasión, provocación, a través de una búsqueda inconformista del absoluto, es decir, de Dios, un deseo patente de llegar al fondo de las cosas y hasta el final de las situaciones. Existe en estos individuos un rico potencial de creatividad. Cada cual hará luego buen o mal uso de ello. Es un experimentador, mucho más ambicioso y orgulloso de lo quiere parecer. Es permisivo, lo que no impide que se muestre ávido de ejercer un poder o una influencia sutil sobre su entorno. Inconformismo, espíritu crítico, agresivo o defensivo, lucidez instintiva, inclinación por el riesgo calculado y por la provocación, gran curiosidad, astucia, rencor, celos, manipulación, cierta perversidad.

La Luna en Acuario:
Desarrollo de la sensibilidad introduciéndola en todos los aspectos de la vida. Así la sensibilidad es controlada por la razón y sometida a impulsos que la liberan de sus cadenas. Flexible, comprensivo, tolerante, permisivo gracias a su sentido innato de lo relativo y a su facultad de inmiscuirse en el meollo de las cosas. Es también sensible a las ideas, pensamientos y convicciones de los demás. Sin embargo, mientras dichas facultades hacen que sea sociable y comunicativo, al mismo tiempo es influenciable.

Mercurio en Escorpio:
Inteligencia instintiva que permite que exista su curiosidad, su sed de conocer y de saber, de reflexionar y profundizar, experimentar e indagar en la realidad hasta sus raíces. Da muestras de un espíritu básicamente inconformista, a veces provocador o lioso, y le gusta decir mentira para sacar verdad. Puede ser un agudo estratega y llegar a dividir para reinar mediante su inteligencia, ejerciendo así una sutil influencia en su entorno. Es un destructor de ilusiones, que aspiraa ir más allá de los falsos pretextos, traspasar el mundo de las apariencias, llegar hasta el fondo de las cosas. De ahí que manifieste un espíritu rebelde o se muestre desconfiado y agresivo, al menos, verbalmente. Inteligencia instintiva, espíritu penetrante, inconformismo, curiosidad despierta, búsqueda de lo desconocido, don de la premonición, gusto por la estrategia, la exploración, criticismo destructor, rechazo de toda concesión.

Venus en Escorpio:
Sentimientos intensos y atormentados por los impulsos y las repulsiones viscerales, instintivas, incontrolables. Es la clase de persona que ama, quiere o no quiere, acepta todo del otro, o lo rechaza todo en su conjunto sin poderlo explicar. La permisividad amorosa sigue paradójicamente a la posesividad extrema. El individuo en cuestión ama sin prejuzgar. Hace uso de su poder de seducción, quizás a su pesar, pues los sentimientos apasionados y sus relaciones pasionales no carecen de cierta ingenuidad. Su sensualidad provocadora lo hace muy atractivo, su necesidad de fusión carnal y de posesión hacen de él un ser exclusivo y excesivo en el amor.

A veces carece de serenidad en su vida amorosa, que es incapaz de cuestionarse enteramente de un día para otro. Relaciones apasionadas, sensualidad intensa y provocativa, gusto por la seducción e ingenuidad en el amor, celos, rencor, venganza.

Marte en Acuario:
Energías activas del individuo controladas por la razón, organizadas dominadas. Habilidad manual o técnica inventiva a través de la cual expresa su capacidad de acción. Es fundamentalmente enérgico, pero su fuerza es más nerviosa que muscular. Es muy móvil, capaz de llevar bien y a la vez varias actividades al mismo tiempo, de tomar decisiones rápidas, de actuar inmediata y oportunamente, hacer lo debido en el momento adecuado.

Posee a menudo excelentes reflejos. Sin embargo, puede mostrarse indisciplinado, inestable, impulsivo e imprudente, ferozmente hostil a toda autoridad, o bien puede presentar opiniones intolerantes.

Júpiter en Sagitario:
La alegría de vivir es en él su segunda naturaleza. Se muestra siempre bajo un ángulo positivo, jovial, simpático, expansivo. Es optimista y se distingue por su buena voluntad natural y su generosidad espontánea. Se acostumbra a decir que quienes tienen a Júpiter en este signo son buenos. Carácter tranquilo, buena voluntad fundamental, lealtad, errores de juicio, imprevisión.

Saturno en Géminis:
Asistimos a una suerte de desdoblamiento de la personalidad. El individuo siente una profunda dualidad, como si otra persona lúcida, crítica, y fatalista se introdujese en él para ocupar el lugar de su verdadera personalidad. Desdoblamiento de personalidad, reflexión y lucidez, o dispersión mental. Concentración exaltada excesiva o inexistente.

Urano en Libra:
La persona se muestra dubitativa. Espera el mejor momento para reaccionar. Aspira a ser independiente, pero su lucidez le perturba o le frena hasta que por fin toma partido radicalmente e impone su criterio y decisiones. Pero vive a menudo bajo la influencia de su entorno y de sus circunstancias, y le cuesta adquirir o ejercer totalmente su libre albedrío. A veces se rebela intransigente y parcial. Capacidad de decisión lúcida, rigurosa, dubitativa, pero a veces implacable, capacidad de captar lo bello, intransigencia.

Neptuno en Sagitario:
Este individuo aspira a transformarse a sí mismo, a evolucionar espiritualmente, o bien a ampliar considerablemente su campo de acción o su espacio vital. De ahí que pueda tener, sino una vocación religiosa, al menos un gran interés por la religión, o bien un gusto no menos pronunciado por los viajes, las exploraciones, el extranjero. En efecto, su necesidad de expansión puede convertirse en el motor de su vida, o bien puede pasarse la vida corriendo tras sueños imposibles. Capacidad de transformación expansiva, generoso, espiritual o material, espíritu moralista e idealista, espíritu soñador.

El Sol en la Casa IV:
Se integra con naturalidad a su ambiente familiar. Se muestra hogareño, conformista, nostálgico o bien sus relaciones familiares ocupan un espacio demasiado grande en su vida. El interés por su casa, sus orígenes, su patria, su hogar, está más o menos pronunciado.

La Luna en la Casa VII:
La sensibilidad se orienta hacia el exterior y en general hacia los demás. Se favorece la capacidad del individuo de adaptarse a las situaciones y las circunstancias consecuencia de su vida social y política. Su necesidad de asociarse puede convertirlo en una persona muy influenciable. Una mujer jugará un papel muy importante en su vida y tendrá tendencia a apoyarse en ella, quien lo respaldará en cualquier circunstancia.

Mercurio en la Casa IV:
Su inteligencia se manifiesta primeramente en su medio familiar y seguidamente en su hogar. Ha estado rodeado de un contexto familiar inteligente, o bien donde la inteligencia ocupaba un lugar importante. Aspira a vivir en un hábitat alegre, animado, agradable, incluso a cambiar con frecuencia, ya que tiene mucha necesidad de cambiar de aires justamente en su marco de vida.

Las relaciones con sus padres y hermanos pueden jugar un papel importante a lo largo de su vida. Nunca se alejará de ellos totalmente y le perseguirán a menudo en forma de preocupaciones a lo largo de su existencia.

Venus en la Casa IV:
Dependencia a su entorno familiar. De niño intentó ser el polo de atracción de los padres, o lo fue espontáneamente. De adulto aspira a conformar un hogar confortable y seguir siendo el centro de las atenciones afectivas de sus allegados. El mínimo disgusto puede provocarle sentimientos truculentos y enfermizos. es susceptible y vulnerable.

Marte en la Casa VII:
En el contacto con los demás el individuo exterioriza su capacidad de acción, impone su fuerza, se afirma. Por eso busca siempre establecer relaciones estimulantes con su entorno, o bien le gusta ejercer un ascendente sobre sus parejas. Aspira a asociarse con un ser fuerte que lo estimule y apoye físicamente en toda circunstancia. Siempre corre el riesgo de establecer relaciones de fuerza, luchas, conflictos con sus parejas y asociados.

Júpiter en la Casa V:
Individuo de vitalidad expansiva, desbordante, generosa, cálida, aunque a veces invasora o exuberante. Las alegrías y los placeres de la vida son en él preocupaciones constantes, hasta el punto de que se desarrolla o se realiza a veces en una actividad relacionada con los placeres o con le ocio. Sabe contagiar su alegría de vivir a los demás. Es cordial, optimista, didáctico, muy afectuoso con los niños. No obstante llega a veces a adoptar un comportamiento egocéntrico, un modo de vida hedonista o epicúreo, a anteponer su comodidad y su necesidad de disfrutar de la vida a cualquier otra consideración. También puede revelarse bulímico o perpetuamente insatisfecho.

Saturno en al Casa XI:
Individuo razonable cimentado en su espíritu lógico y racional para sacar partido de sus experiencias vividas y adquirir con los años cierta filosofía de vida. No carece de cierta sabiduría, al menos potencialmente, o sentirá cierto interés por las reflexiones, pensamientos y aforismos de los sabios o los filósofos. Es particularmente selectivo y exigente en la elección de sus relaciones y amigos, que escoge escrupulosamente. Le encanta mantener intercambios profundos, serios, duraderos, con seres fiables.

A veces hace gala de su severidad crítica intratable hacia ellos, que corre el riesgo de aislarle. Sólo contempla o concibe planes y proyectos a largo plazo. Le horrorizan las visiones a corto plazo. De cara al futuro, por ejemplo, adopta una de estas dos actitudes extremas: o bien encara el asunto y lo estudia metódica y lógicamente, hasta el punto que deviene casi en clarividente, o bien rechaza sistemáticamente toda perspectiva y se desinteresa.

Urano en la Casa III:
Revela un individuo muy dotado para los contactos humanos, los intercambios. Tiene la capacidad de captar las ideas que están en el aire, de apropiarse de ellas, transmitirlas y posee un espíritu inconformista, de gran curiosidad intelectual. Tiene gusto por la innovación, por el concepto original y vanguardista, pero a veces se pone nervioso, es extravagante y rechaza todo compromiso.

Neptuno en la Casa V:
El individuo aspira al amor sublime, ideal. Se complace en cambiar o transformar al ser que ama a través de los sentimientos que le invaden o que siente hacia él. Va a la búsqueda de placeres extraños, sutiles, profundos, intensos. Sus sentimientos y sensaciones están hasta tal punto llenos de una carga emocional y una sed de absoluto, que le invaden, le sumergen, le ofuscan, haciendo que tienda a veces a los grandes amores románticos, excesivos y sucesivos. Su tono vital es confuso, inestable, en movimiento, frágil. Más que otra cosa tiende a psicosomatizar sus estados, sobre todo cuando es víctima de una decepción afectiva.

Plutón en la Casa III:
A menudo, a través de sus contactos e intercambios en el marco de sus relaciones sociales, el individuo intenta ejercer una influencia inefable pero constante en su entorno, seducir, convencer, dominar. A la vez siente la necesidad de tener relaciones estimulantes, enriquecedoras con los demás y se ve atraído por los seres extraños, las experiencias que se salen de lo común, las aventuras intelectuales un poco raras o francamente subversivas. Puede poseer también una mentalidad maquiavélica o perversa, o ser víctima de una proliferación de ideas que perturba su equilibrio.

Nodo Norte en la Casa VII (La parte negativa de mi personalidad):
Falta de capacidad para hacer una abstracción de sí mismo y le falta objetividad en sus relaciones con los demás. Siempre necesita imponerse a los demás, dominar las situaciones, actuar, intervenir en todo lo que sucede a su alrededor. Se ocupa y se mete en todo, está convencido en el fondo de que no se puede hacer nada sin él. Desborda energía. Le gustan las relaciones de fuerza. No conoce sus límites y a menudo abusa de sus fuerzas. Ansioso, impaciente, corre el riesgo de lanzarse o de crearse él mismo situaciones insalvables.

Nodo Sur en la casa I: (La parte positiva de mi personalidad):
Capacidad de moderarse, ser más justo, más tranquilo, más abierto, más selectivo y también refinado. Por ejemplo, si pone su audacia y su entusiasmo al servicio de la justicia o de la distribución justa de lo que por derecho le corresponde a cada uno, o implica lo mejor de sí mismo al servicio de un ideal, un arte o una obra colectiva o social, se realizará con plenitud siendo naturalmente el jefe de una empresa realizada en común.

La Luna Negra en la Casa VII:
Busca casi siempre una revelación en el otro, en su pareja o alter ego. Pone su mirada en un ser con carácter intenso, marcado y fuerte con el que vivirá una relación personal. Al mismo tiempo sucede a menudo que rehusa vivir la unión, la vida en pareja, así como la asociación dentro de unas normas. Hay en él una tendencia al rechazo de toda perspectiva de dependencia, deseándola al mismo tiempo. Escogerá una compañía o compañero, el cual resultará opuesto hasta el punto de que pondrá en una situación totalmente reveladora su rechazo visceral del otro. De ahí que su vida de pareja y sus relaciones con los demás casi siempre estén en general llenas de crisis o rupturas, hasta que toma conciencia de que el otro, sea quien sea, es el instrumento de la reconciliación consigo mismo.

La Fortuna en la casa V:
De una forma u otra, y tarde o temprano el individuo tendrá algo que crear. Es en el acto de creación donde tiene más posibilidades de realizarse y ser feliz. Sin embargo, al ser la creación en esencia un acto de amor puro, espontáneo y desinteresado, a veces le costará decidirse, o sucumbirá a la tentación de identificarse con sus obras y ya no vivir más que a través de ellas. Así es como casi siempre el nativo vive con la angustia de ser estéril, de ver como se seca su fuente de creatividad, o de no estar ya a la altura de sus sueños hechos realidad. Poder amar o crear sin identificarse con el ser amado o con la obra creada, sin apropiárselos, será la clave de su éxito.

Horóscopo Chino:

Jabalí- Escorpio:
Es muy atractivo, aunque no muy tratable. Nos dirigimos a él porque sabemos que siente cosas que escapan a los demás, y que cuando está decidido, obtiene lo que quiere gracias a su valentía o a su lucidez penetrante e infalible. Para satisfacer sus deseos o fantasmas se entrega a todos los excesos, y te arrastra con él. No está orgulloso de ser así, pero no puede contener su sensualidad intensa y magnética.

viernes, 6 de abril de 2007

PARA QUE NADIE DE MI ACTUAR SE OFENDA




I

Ahogado en un mar de cavilaciones, veía escurrirse lenta la noche aquel anciano de 75 años. El día debió haberle parecido larguísimo a pesar de lo cotidiano y rutinario de sus actividades domésticas. A lo lejos, un pedazo de luna dejaba caer como al descuido su incierta claridad sobre el pasillo y los techos de aquella casona trinitaria de rasgos arquitectónicos que denunciaban a las claras la presencia morisca.

De la habitación más próxima a la calle se escuchaba a veces la tos seca y pesada de su esposa quien, con la mano en los labios, hacía el mayor esfuerzo por no despertar a su compañera de lecho, una niña de rostro suave y apenas 6 años de edad. En una camita contigua yacía otra niña de algo más de un año, que a ratos daba vueltas como sólo una criatura de su edad sabe hacerlo.

Aquella noche del 27 de octubre de 1971 pudo haber sido una más para cualquiera, sin embargo, el viejo Juan Bautista esperaba la llegada del amanecer con esa mezcla extraña de alegría y dolor con que todo hombre entrado en años espera la aparición de un nuevo aniversario del día en que vio la luz por vez primera. Permanecía prácticamente inmóvil, en el mismo lugar donde tantas veces lo había sorprendido ese sueño reparador y bendito que esta vez se resistía caprichosamente a hacer su entrada. Su camastro pequeño abarcaba un tercio justo del espacio de aquella reducida pieza, que más bien parecía la continuación de una habitación mayor. Era un recinto sin ventanas, aunque sus tres puertas venían a hacer, en buena medida, las funciones de éstas. Cada una de ellas tenía sus características y su historia particular. La mayor de todas era, paradójicamente, la más insignificante. Daba paso al comedor de la casa y permanecía abierta casi siempre, a pesar de estar provista de una cortina de tela oscura la cual impedía la irrupción indiscreta de la luz.

La mediana, por el contrario, era una puerta sin cortinas, también abierta de manera permanente. Parecía más bien un pasadizo, pues al transgredirla aparecía ante nuestros ojos otra habitación, en este caso con ventanas. Se trataba del dormitorio de su esposa. En otros tiempos esa puerta fue testigo de las incursiones silenciosas del marido, presa del deseo de dormir junto al calor del cuerpo tibio de su mujer. El paso de los años las fueron haciendo cada vez más esporádicas hasta que terminaron por desaparecer.

Los años hacen cambiar a las personas y con ellas, sus hábitos. Por aquel entonces era habitual encontrársela a ella, a altas horas de la noche, releyendo un libro o adelantando costuras que por entonces sólo realizaba para sus nietas, al tiempo que sumergía su mente en el recuerdo de los días espléndidos en que era reconocida por todos en el pueblo como la mejor costurera de aquel lugar. Su esposo, por el contrario, no compartía tales hábitos. Él dormía toda la noche y se levantaba temprano para llevarle a ella el desayuno a la cama, el cual pasaba a ser un puntual intermedio de su sueño, el cual no concluía hasta bien entrada la mañana.

La puerta más pequeña podía perfectamente no estar. Permanecía cerrada todo el tiempo y daba al cuarto de la menor de sus hijas, mi madre. A nadie más que a ella le había tocado en suerte habitar con su prole aquella casona enclavada en la parte vieja de la ciudad.

Aquella noche, del cuarto matrimonial no salían los ruidos acostumbrados. Nadie dormía en él. Las horas transcurrían con una lentitud no acostumbrada, a pesar del frescor que convertía a aquella en una madrugada perfecta para el descanso en medio del calor del trópico.

El viejo Juan Bautista apenas había podido pensar en lo rutinario que podía llegar a ser el viejo y repasado acto de cumplir años. Sus ideas volaban en otra dirección y aquellos pensamientos eran de preocupación, como quien advierte algún peligro y trata de romperlo con un golpe de mente. Su vista fija en la imagen de San Judas Tadeo imploraba al santo su bendición y su apoyo para lo que se avecinaba. Pronto serían las seis de la mañana y saldría por fin de aquella incertidumbre.


II

No hay como la tranquilidad de la madrugada en los pueblos del interior de la isla. Sólo resulta interrumpido rara vez por autos esporádicos, la voz de algún trovador entregado a los placeres del alcohol y la nostalgia o el ladrido hiriente de los perros callejeros o de aquellos, guardianes de las propiedades de sus respectivos dueños.

Sin embargo, hay lugares de la ciudad en los que la madrugada no transcurre tan callada y solitaria, y uno de ellos es el hospital. Allí pasaban la madrugada padre e hijo, ambos preocupados por una causa común que paradójicamente les traería destinos diferentes. El hijo estaba a punto de volver a ser padre, y el padre, a punto de volver a ser abuelo. A ratos miraban por la ventana buscando alguna noticia de la parturienta. Querían saber cómo estaba de ánimos y si los dolores, en su ir y venir, anunciaban o no el deseado alumbramiento.

Eran mi padre y mi abuelo paterno. Devorados por la incertidumbre veían transcurrir las horas más largas de sus vidas. Estaban visiblemente preocupados y no sin razón. Hasta ese momento mi madre había alternado en sus partos el sexo de sus hijos, y éste que estaba a punto de venir debía ser por tanto un nuevo varón. Precisamente en este punto radicaba el problema, pues si bien las dos hijas hembras habían nacido sin contratiempos, los dos varones habían muerto de forma inesperada. El primero de ellos sólo vivió unos pocos días. Apareció muerto en su pequeña cunita una mañana sin que mis padres pudieran entender con claridad el motivo del fallecimiento. El segundo sólo alcanzó a vivir seis meses en el vientre de mi madre. Un aborto inesperado puso fin a las esperanzas de traerlo al mundo.

Otra vez se encontraban ante el peligro de perder una criatura. Mi padre, aunque no lo había comentado con nadie, recordaba muy bien las palabras de despedida de aquella santera de su pueblo el día en que pusieron punto final al romance que durante algún tiempo sostuvieron: "Si el hijo varón con que sueñas no lo tienes conmigo, yo me encargaré de que no lo tengas con ninguna otra mujer en este mundo".

Aquellas palabras que mi padre escuchara entonces con desdén e indiferencia, volvían ahora a su mente dejándolo preso esta vez del temor y las dudas. Siempre había sido un hombre incrédulo pero ya no tenía tan claras sus ideas. Para colmo, una semana antes, mientras tomaba el fresco de la tarde sentado en uno de los parques de la ciudad, una extraña señora salida sabe Dios de dónde, se le sentó al lado y le comentó en voz baja: "Señor, su esposa no va a poder parir. Le han hecho brujería para amarrarle la barriga". ¿Sería posible realmente que algo así tuviera cabida en este mundo? ¿Estaría envuelto de veras en una pesadilla de esta magnitud?

Mi padre decidió caminar para intentar apartarse por un momento de aquellas ideas tormentosas que no hacían otra cosa que amargarle su existencia. Pronto amanecería y, al parecer, mi madre no daría a luz a esas horas. Sus pasos lo encaminaron a casa. Allí sus dos pequeñas hijas dormían ajenas y felices. Recostó su cuerpo durante un rato para tomar fuerzas y luego de un café preparado a la carrera, regresó al hospital. Era la mañana del 28 de octubre. Al llegar al centro asistencial le avisaron que ya su esposa había dado a luz y que el parto transcurrió inmejorablemente.

Su hijo era un varón sano y lleno de vida, el cual se había ganado el nombre de Camilo, en honor del legendario Comandante de la Revolución desaparecido un día como aquel, pero de 1959. El primero en saludarlo fue su abuelo paterno, quien no se había movido de allí ni un instante. Lo miró fijamente un instante con sus ojos de viejo espiritista y luego dijo a mi madre: "Mi nieto tiene un espíritu africano a su lado que le está poniendo sus collares en señal de bendición"

La noticia del alumbramiento llegó rápidamente a oídos de los abuelos maternos, quienes gozosos daban gracias a San Judas Tadeo por la buena nueva, al tiempo que enviaban a la madre la recomendación de que por el bien de la criatura se le respetara el nombre de su santo patrón, el nombre de Tadeo.

Mi padre sonreía feliz con su mente libre de temores. No era cierto que el vientre de su esposa hubiese sido hechizado, todo había sido una preocupación tonta e innecesaria. Mi madre, sin embargo, había empezado a creer por primera vez que algo bien extraño y casi mágico le había sucedido. Además tenía firmes razones para pensarlo.




III

Cuenta mi madre que en cuanto la familia supo de su nuevo embarazo, el temor ante la presencia en su vientre de un nuevo varón y la posibilidad de la muerte de éste, como ya había sucedido en dos oportunidades anteriores, se hizo manifiesto de una manera más que evidente. Todos se empeñaban en amontonar razones para que desistiera de la idea de volver a intentar traer al mundo un hijo varón. La familia no se sentía preparada para resistir el dolor de una nueva pérdida que ya todos de antemano presentían.

Ante tal situación mi madre decidió visitar al famoso doctor Carlos Abel Ponce y Suárez del Villar, más conocido por Piro Ponce, para que pusiera fin al dilema familiar interrumpiendo aquel fatídico embarazo. Una vez en la mesa ginecológica el galeno reconoció a la paciente. El feto, es decir, yo mismo, me encontraba al parecer en el sitio más profundo del útero de mi madre como si presintiera de alguna manera el tremendo peligro que me acechaba. Piro Ponce, luego de pensarlo bien, se aventuró a decir: "Yo no te veo con cara de quererte sacar este hijo". Mi madre respondió con su silencio y su cara de tristeza. "Pues entonces párelo y que no se hable más del asunto". Desde entonces, a pesar de los miedos que todos albergaban, nadie se atrevió a pasar por encima de la autoridad del afamado médico.

La vida transcurría sin muchos contratiempos y la fecha del parto se acercaba. Mi madre ya tenía sobrada experiencia en esos menesteres así que pudo identificar perfectamente el momento en que se puso de parto y se marchó inmediatamente al hospital.

Una vez ingresada, esperaba entre risas la hora del alumbramiento pues la compañera de la cama contigua, barrigona también, la hacía reír con sus ocurrencias y sus historias, como son de conversadoras nuestras mujeres de campo.

Era la tarde del 27 de octubre y el horario de visitas había comenzado. Toda una avalancha de pueblo, armada de cuanta cosa pudiese facilitar la estancia en el hospital a sus familiares y amigos enfermos se podía advertir en los bultos de los recién llegados. Mi madre buscaba entre ellos alguna cara conocida pero no veía aparecer a nadie. Sospechaba que no tendría muchas visitas pues a nadie había puesto al tanto de su ingreso. Sus ojos se habían quedado momentáneamente cerrados cuando advirtió a su lado una vocecita desconocida que la hizo abrir nuevamente los ojos. Se trataba de una pequeña niña de apenas tres o cuatro años. Detrás había salido su abuela a darle alcance. Al atraparla, justo a los pies de mi madre, las miradas de ambas mujeres se cruzaron y en el rostro de la recién llegada se dibujó momentáneamente la sorpresa y luego la compasión.

Era una mujer de unos 60 años, de piel bronceada y rostro tierno. Sin perder mucho tiempo se acercó a mi madre y con voz compasiva le dijo: "Hija mía, así como tú estás no vas a poder parir". Mi madre no entendía ni una sola palabra. Entonces la señora, tratando de ser más clara aún le preguntó: "¿Tú no me conoces?, ¿De verdad que no sabes quién soy?. Yo soy Juana Marín".

Mi madre no podía salir de su asombro. En su vida había visto a aquella mujer legendaria, pero su nombre sí que lo había escuchado bien, unido a un montón de historias que hablaban de un poder en ella casi sobrenatural. Estaba tal vez ante la mujer más milagrosa de toda la región, y que estuviera allí hablándole, era para ella casi como un sueño. Sin pensarlo dos veces se puso en manos de la santa. Ella la ayudó a ponerse en pie y le dijo: "Acompáñame y no tengas miedo, que yo voy a salvar a tu hijo".

Se encaminaron al baño más cercano y aprovechando la soledad del momento, Juana Marín descubrió el abultado vientre, y a la vez que pasaba sus manos por él, casi tocándome a través de la piel de mi madre, pronunció una serie de frases que mi madre no llegó a entender. Cuando hubo concluido su trabajo, puso su mirada en el rostro de mi madre y le dijo: "Ahora puedes irte en paz que pronto estarás pariendo". Al día siguiente por la mañana vine al mundo como ya he contado pero nadie, solamente Juana Marín y mi madre, conocían de lo sucedido.

Muchos años han pasado desde entonces. El río del tiempo hizo de mí esto que soy, un hombre empecinado en contar historias y ésta es una de las que no podía dejar dentro de mí. Ahora trato de imaginar aquellas manos santas en el vientre de mi madre; manos que, al parecer, me salvaron la vida. Ya otros vendrán a explicarlo todo; yo sólo he dicho lo que sé y lo que he visto, para que nadie de mi actuar se ofenda.

TADEO

HISTORIAS QUE MATAN





La emisora de radio local del pueblo sorprendió a todos aquel día con una inesperada noticia. Un par de investigadores del Centro de Conservación y Desarrollo del Patrimonio Intangible, estaban buscando a personas que tuvieran alguna información sobre el espíritu de Don Mariano Borrell.
A pesar de encontrarnos en una ciudad cubana, resultaba raro un anuncio de estas características. ¿Un par de investigadores recavaban información para seguirle la pista a un espíritu?


Sin embargo, en Trinidad, mi ciudad natal, nadie se extrañó de esta petición de ayuda.
Se trataba de uno de los muertos ilustres del pueblo. Mucha gente allí juraba haberse topado alguna vez con este espíritu, el cual, al parecer, vagaba desesperado a caballo entre el mundo de los vivos y el de los muertos sin encontrar el tan deseado descanso eterno.

Atner Cadalso, mi compañero de trabajo entonces, y yo, éramos los investigadores responsables de la idea de levantar el revuelo en el pueblo con nuestra investigación histórica, la cual no era más que una versión oficial y seria de las muchas investigaciones particulares que sobre la vida de Don Mariano Borrell, se habían llegado a hacer.

Borrell, según se dijo siempre, había dejado enterrada buena parte de su fortuna en algún punto desconocido de la geografía del municipio de Trinidad, y desde que tengo uso de razón, muchas personas se dedicaron en serio a recopilar la mayor cantidad de información posible sobre este señor con el fin de iniciar la búsqueda de este dinero extraviado de manera más objetiva. Llegaron incluso a fabricar artefactos detectores de metales para rastrear sobre todo los terrenos de las incontables propiedades de este potentado hacendado, por demás, el más rico de toda la región.

Muchos deseaban averiguar sobre la historia de este señor, pero casi nadie tenía acceso a los archivos donde se guardaban minuciosamente los documentos de la familia Borrell. Casi nadie tenía acceso, pero nosotros sí. Desde el momento en que dimos la noticia por la radio nos sentimos en el punto de mira, mirados, vigilados por un ojo invisible e inidentificable. Cualquiera de los que nos pasaba por al lado podía estarnos vigilando. Cualquiera de esos que se cruzaba con nosotros por la calle podía ser un espía.

Vale decir que por estar en Cuba, en nuestro caso podíamos tener detrás a dos tipos de espía: primero, estos buscadores de tesoros interesados en arrebatarnos antes que nadie el fruto de nuestras investigaciones, y por qué no, las fuentes secretas de las fuerzas de Seguridad del Estado, siempre al tanto de todo lo que se mueve en el país, y más si se trataba de dinero, de mucho dinero, de un dinero que podía ser para el Estado, como un chorro de agua en la boca de su sedienta economía, como ya sabemos, bloqueada y maniatada por la política exterior de Estados Unidos.

En la calle la gente nos preguntaba por nuestra investigación. Como es lógico, aquella preocupación ajena por nuestro trabajo la recibíamos Atner y yo con satisfacción, pero en el fondo de nuestras almas se había instalado ya la preocupación, la tensión, en una palabra, el miedo. Todos sabemos que la gente por dinero es capaz de cualquier cosa, y mucho más por una suma de dinero que el imaginario popular, no sé por qué cifraba en unos 25 millones de dólares en doblones de oro de la época.

A menudo se nos acercaba gente para contarnos historias vividas o relatadas por familiares, sobre la manifestación ocasional de este espíritu del difunto Don Mariano Borrell. Todas las historias se parecían mucho. La gente ante la presencia de aquel espectro, huían lo más rápido posible, pues a esa hora no les daba tiempo a pensar en si Don Mariano les quería decir o no algo importante. En la mayoría de los casos, los contactados prefirieron no averiguarlo. Sin embargo, hubo quien sí habló con el espíritu de Don Mariano, y por esas casualidades de la vida, dicha información llegó hasta mí.

Una tarde, una mujer a quien había conocido en circunstancias bastante intrascendentes y con quien mantenía amistad desde hacía un par de años, me llamó por teléfono y me dijo que había escuchado por boca de alguien sobre la investigación que estaba realizando y que quería hablar conmigo sobre el tema.

A la noche siguiente me presenté en su casa. Ella me estaba esperando y había dispuesto todo para poder cerrarse a hablar conmigo en medio de una privacidad absoluta. Yo no sabía bien de qué se trataba, pues aquella mujer ya se había encerrado alguna vez conmigo para que le echara las cartas o para confesarme algunas de las penas de su corazón buscando ayuda espiritual o mágica en mí o en mi familia.

Aquella noche en cambio, se trataba de otro asunto. Antes de hablar miró para todas partes para estar segura de que nadie más escucharía sus palabras. Entonces, antes de comenzar su relato, me advirtió que las cosas que iba a decirme parecían imposibles, más propias de una invención que de la vida real, pero que aún así debía confiar en su seriedad.

-Tú me conoces, y sabes que soy una persona de fiar. De más está decirte que no te llamaría para contarte una mentira. Eso sí, quiero que no le hables a nadie de lo que voy a contarte. No quiero que para nada se vea mi nombre involucrado en esta historia.

Puedes estar tranquila, le dije yo. Tu secreto se irá conmigo a la tumba. Una vez le hube dado mi palabra de mantener su nombre en el anonimato, comenzó ella su interesante relato.

Mi amiga trabajaba entonces como profesional de la salud en uno de los pequeños hospitales enclavados en cierta localidad de la región, de la que no daré el nombre para que nadie pueda dar con ella siguiendo las pistas lógicas de este relato. Aquel lugar correspondía con uno de los territorios que alguna vez pertenecieron a Don Mariano Borrell.

Una tarde, un campesino de la región, paciente suyo, le dijo, casi le susurró, que pasara después del trabajo por su casa, que tenía que hablar con ella. Finalizada la jornada laboral fue donde él, y éste, en la más absoluta confidencialidad le relató lo siguiente:

Un día este campesino se encontró con que una de sus pocas vacas se había escapado del cercado donde la tenía pastando, así que partió en su busca campo a través. Iba caminando sin rumbo fijo cuando de repente se encontró con un hombre sentado tranquilamente sobre una roca. El campesino le dirigió un saludo cordial como es típico que ocurra cuando se encuentran dos personas perdidas en medio del monte.

El señor que estaba sentado en la roca insistió en llamar al otro, que sequía camino con la desesperación y el deseo de encontrar a su vaca perdida. Le dijo: “Ven acá, que necesito hablarte”. Su interlocutor le respondió que no tenía tiempo, que necesitaba dar con su vaca antes de que cayera la noche, y el señor que permanecía sentado le dijo:

- “Créeme que lo que yo tengo para ti vale mucho más que la mejor de tus vacas. ¿No sabes quien soy? Yo soy el señor Borrell. Don Mariano Borrell y ando buscando una persona que me ayude a elevarme para poder marcharme de la tierra. Para ello necesito rezos, que se me hagan misas en la iglesia, y yo a cambio ofrezco una buena suma de dinero que tengo enterrado no lejos de aquí. Estoy dispuesto a darte el dinero si me ayudas”.

Nuestro hombre no daba crédito a lo que escuchaba. Quien le hablaba era un espíritu, pero no un espíritu cualquiera. Se trataba del espectro de quien había sido un siglo y medio antes, el amo y señor de todas aquellas tierras. El muerto continuó con su explicación:

-“Quiero que mi dinero, por ser una cantidad considerable, sea repartido entre tres personas. Si decides ayudarme, una de ellas serás tú. La elección de la segunda persona la dejaré en tus manos, y la restante, la elegiré yo. Ya te diré en su debido momento quien es. Junto con el dinero hay unas joyas que pertenecieron a una de mis hijas. Ella ha vuelto a la tierra, ha reencarnado nuevamente y me haría mucha ilusión que dichas joyas regresaran a su poder”.

El campesino miró fijamente a mi amiga y le dijo: “Tú eres la elección de Don Mariano”. Estas palabras la dejaron atónita. Regresó a su casa con el peso sobre los hombros de un secreto inconfesable. El campesino por su parte, buscó a un amigo de confianza para que lo secundara en esta aventura. Varias veces se reunieron los tres implicados para trazar con la mayor discreción posible un plan de acción para hacerlo todo de la manera más discreta posible.

El primer paso era hacerle al espíritu de Don Mariano las 9 misas que había pedido para la elevación de su alma. Luego debían hacer un ritual de acceso al sitio donde estaba el dinero, pues se encontraba custodiado por varios espíritus africanos, los cuales habían muerto envenenados por su amo el día que les pidió que cavaran un gran hueco para enterrar el dinero. Al morir estos negros esclavos, sus almas se quedaron para siempre unidas a este tesoro, y de hecho llevaban un siglo y medio custodiando el botín que les causó la muerte.

Don Mariano había explicado al campesino todos los pasos del ritual que era necesario hacer para no poner en peligro sus vidas durante el desenterramiento del tesoro. Aunque mi amiga me contó con lujo de detalles este extraño y peligroso ritual, a estas alturas de mi vida debo confesar que apenas lo recuerdo con claridad. Se que era necesario una botella de agua bendita, ramas de ciertas plantas mágicas, un animal de cuatro patas para ser sacrificado, posiblemente una cabra, aguardiente, velas, etc. De todos modos creo que este ritual lo hacen los africanos siempre que van a desenterrar dinero. Esto no es algo tan raro en ciudades antiguas como Trinidad, donde muchas veces aparece dinero enterrado en los sitios más inverosímiles.

Cuando todo estuvo listo, los dos campesinos y mi amiga esperaron a la llegada de la noche para internarse en el monte sin levantar sospechas y realizar allí el extraño ritual para contentar a los espíritus de los negros esclavos muertos y así poder desenterrar el tesoro de Don Mariano, una vez que se derramara sobre el hueco abierto, la sangre y también el cuerpo del animal de cuatro patas sacrificado para la ocasión.

Comenzaron la arriesgada caminata hasta el punto donde se encontraba el botín. La luz de la luna tal vez los ayudaría a orientarse mejor dentro de la maleza. Iban cargados con picos y palas y otros utensilios necesarios para romper aquel suelo maldito por la presencia en sus entrañas de aquel dinero fruto de la explotación despiadada de miles y miles de negros esclavos.

El cielo empezó a encapotarse y cuando llegaron por fin al sitio indicado, la lluvia había empezado a hacer acto de presencia. Las velas no se prendían y las cerillas se habían mojado. No sabían si seguir adelante con el ritual. Ellos no eran para nada expertos en ese tipo de práctica ritual, y no habían podido pedir ayuda ni información por las características de dicha empresa. Lo que sí tenían claro era lo que en el pueblo siempre se había dicho: “Si se va a sacar dinero, la ceremonia religiosa a los espíritus custodios del dinero hay que hacerla bien porque de lo contrario, los osados terminarán muertos”.


De todos era bien conocida las desgracias acaecidas a la mayoría de las personas que se habían atrevido a desenterrar tesoros. De hecho mucha gente en Trinidad sabe que tiene grandes tesoros enterrados en sus casas, pero sus espíritus guardianes han dicho que si lo sacan, morirá algún integrante de la familia, y por eso no se han atrevido a tocarlo. Al final, presos del miedo y calados por la lluvia, decidieron regresar y esperar un día más propicio, pues a las claras ese día ya se les había torcido.

Algunas semanas más tarde ya estaban los tres nuevamente animados para acometer la gran tarea que cambiaría para siempre sus vidas. Nuevamente esperaron a la caída de la noche y esta vez sí contaban con una noche despejada. La luna brillaba en el cielo como sólo es posible advertirla en el Trópico, y las constelaciones marcadas por un montón de estrellas, indicaban que al parecer, aquel sí sería un día propicio.

Nueva caminata hasta el lugar indicado por el espíritu de Don Mariano. Comenzaron el ritual, las plegarias ,los cantos y las ofrendas. Luego comenzaron a cavar y a cavar. El espíritu habló de la necesidad de hacer un hoyo de unos 3 metros aproximadamente. Cavaban con ritmo y con prisa. El corazón se les quería salir del pecho. Estaban verdaderamente asustados y excitados. Mientras separaban la tierra de la fosa, deseaban más que nada en el mundo escuchar el sonido de sus hierros chocar con el metal del inmenso cofre prometido.

De pronto comenzaron a escucharse los ladridos de varios perros .El sonido cada vez se tornaba más cercano y junto con el ruido de los perros comenzaron a verse luces y el eco de las voces de varias personas. Se miraron sorprendidos y dijeron en voz baja: “La Policía”. No era extraño encontrarlos a esas horas por allí. En los campos cubanos, sobre todo después del comienzo de la crisis económica, luego de la caída del Comunismo en los países del Este, mucha gente se estaba dedicando al hurto y sacrificio de ganado mayor, y los propios campesinos habían solicitado la acción policial para detectar y apresar a todos aquellos ladrones que amenazaban con diezmar la producción ganadera de la región.

Dejaron de cavar, y sin pensarlo dos veces comenzaron a realizar justo la operación contraria, es decir, comenzaron a tapar el hueco que habían estado cavando. Disimularon el lugar lo mejor que pudieron y en silencio se marcharon por donde habían venido. Todas estas cosas me contó mi amiga en la intimidad de su habitación. Yo la escuchaba sin poder dar crédito a sus palabras. Pero esto era sólo el preámbulo de su confesión.

Nuestros tres protagonistas decidieron esperar unas semanas hasta que la furia de la búsqueda policial de los cuatreros pasara. Evidentemente era un suicidio seguir adelante con aquella descabellada empresa, la cual, en caso de ser descubiertos por la policía, sonaría en sus oídos de agentes del orden, como una monumental excusa para ocultar sus verdaderos fines, que sería sin dudas la de sacrificar ganado mayor para la consumición propia y la venta ilegal en la ciudad de Trinidad. Decidieron mantenerse alejados los unos de los otros hasta nuevo aviso.

Aprovechando este receso necesario, mi amiga se pidió unas vacaciones en el trabajo y se marchó a la Habana, pues necesitaba descansar, y por demás, una de sus hermanas le había pedido que estuviera presente en su ceremonia de asentamiento de Santo. En otras palabras, su hermana iba a ser objeto de la ceremonia más importante dentro de la Santería, la ceremonia mediante la cual al creyente en cuestión se le coloca en la cabeza a su santo patrón, la ceremonia en la que el creyente entrega su cabeza a determinada deidad africana y esto le da la posibilidad al creyente de tener el honor de ser poseído por la energía divina de la deidad.

Este tipo de ceremonias es muy común en Cuba. La gente dice: “Fulana se va a hacer Yabó”. Para el ojo ajeno, en cambio, puede resultar muy complejo entender todo lo relativo a este tipo de ceremonias. Para no alejarnos del tema que nos ocupa, sólo téngase en cuenta que este tipo de ritual es para todo creyente el acontecimiento más importante de su vida religiosa. Es como nacer en la religión. De hecho, durante los 7 días que dura, al neófito se le trata como a un bebé. Por esta razón, esta chica quiso que su hermana, es decir, mi amiga, estuviera presente y participara de esos siete días de ritual mágico a su lado.

Mi amiga en su día ya había pasado por este ritual, y eso le daba potestad para participar activamente de éste que se le estaba haciendo a su hermana, porque de más está decir que buena parte de esta ceremonia se realiza en privado, y los no iniciados no pueden participar de ella. Allí, entre santeros mayores se le bajó el Itá a su hermana, es decir, se le hizo la consulta de su vida. Se trata de un acto de adivinación en el que la deidad habla única y exclusivamente para la persona que se inicia y le da una serie de consejos y recomendaciones que el creyente debe cumplir a lo largo de su vida.

Una vez terminada esta parte de la ceremonia, un santero se le acercó a mi amiga y mirándola con ese poder que tienen allí los videntes le dijo casi en el oído: “Hija mía, tú estás intentando desenterrar un dinero muy grande. Pero debes saber que uno de las dos personas que están contigo en eso, está pensando en matarte y dejarte allí enterrada. Dejarte allí como ofrenda a los espíritus para proteger su vida y tener más dinero para repartir. Cuídate mucho, que ese dinero está maldito y sacarlo te puede traer más cosas malas que buenas”.

Aparte de decirle esto, le describió físicamente a la persona que planeaba en secreto su muerte, para darle prueba de que le estaba diciendo la verdad. Ella, ante la evidente veracidad de aquellas palabras, decidió alejarse para siempre de esa idea alocada de hacerse rica con la fortuna de este difunto memorable.

A partir de entonces, el campesino que estaba al frente de esta secreta operación, intentaba ponerse en contacto con mi amiga para realizar un nuevo intento de desenterrar el dinero, pero ella buscaba siempre la manera de excusarse. De hecho, pensó que tal vez la solución sería decirle al señor toda la verdad. Hacerle saber todo lo que le habían revelado en la Habana. Recalcarle además, que ella no accedería a sacar el dinero si él no alejaba del proyecto y sustituía por otra gente de confianza a aquel hombre peligroso para su vida. era el momento de exigirle un hombre de confianza, sobre todo de su confianza. Aquel día en el que me hice partícipe de esta confesión, se me invitó a participar de esta Odisea. -¿Quisieras ser tú el tercer hombre?

Al escuchar tan delicada proposición, no lo pensé ni un solo instante y rechacé tajantemente formar parte de esta historia, que cada vez se parecía más a una novela de terror. Ella de todos modos insistió en ponerme en contacto con este campesino amigo suyo, y aunque me vi tentado a entrevistarlo, decidí seguir con mi investigación obviando todo lo que había escuchado esa noche.


Nuestro trabajo dio frutos y fue llevado a feliz término. Convertimos toda la información acopiada en un texto con verdadero valor historiográfico, y así se nos reconoció en cuanto evento científico lo presentamos. Dentro de poco estará saliendo de la editorial y tal vez más de un oculto buscador de tesoros ocultos, se dedique a buscar en él alguna clave que le permita acercarse de manera más precisa al tesoro mejor guardado de la ciudad. Tal vez leerlo pueda servir para algo, no lo sé con certeza. En todo caso, ya eso no es asunto nuestro.
TADEO

LOS MUERTOS HABLAN


He vuelto a pararme ante el portón de la literatura con la oscura tentación de poner sobre el papel esta nube de ideas que han hecho de mi vida un aguacero de reflexiones, salidas del temporal de mi vivencia única y singular. Y así, de pie ante esta puerta imaginaria, he vuelto a sentir el miedo de estar siendo guiado por los demonios que hay en mí, más que por mis dioses y lo mejor de mi conciencia.

Otra vez la duda insondable, escribir o no, y permanezco días y meses enteros ante la página en blanco. No quiero equivocarme. Tal vez en esta decisión me vaya la vida. Si avanzo, la literatura podría hacerme suyo para siempre. Luego sería imposible echarme atrás. Pero hacerlo pudiera ser sólo un acto de vanidad, tonterías sin sentido. Palabras lanzadas al oído de nadie. Voces que tal vez a nadie le interese escuchar. No entro, retrocedo a mi vida diaria y fin de la historia.

Pero estos extraños pensamientos siguen ahí. Todo un arsenal de ideas y de historias increíbles, casi literarias, que salen de mi boca cada vez que me siento a contarle a alguien sucesos cotidianos de mi vida. Siguen existiendo y agrandándose con cada capricho que el destino se ha propuesto almacenar alrededor de mi vida. Y siempre aparece quien te dice: “tu vida es una novela, deberías escribir sobre ella”. Y para colmo, la voz interior que me dice “escribe” sigue atacándome con su letanía interminable.

Mientras tanto he buscado en la obra de otros escritores los motivos que los impulsaron a dedicar sus vidas a esta tarea. He procurado apropiarme de alguna motivación que pueda justificar en mí este posible cambio drástico de actitud ante la vida. A menudo casi todos sentían dentro de ellos una vocación irrefrenable que los llevaba a la pluma. No es este mi caso.

Tampoco he sentido nunca el más mínimo deseo de inmortalizarme dejando un legado escrito a mis predecesores, por el contrario. Estoy más cerca de la idea orientalista que explica la vida como un ciclo larguísimo de reencarnaciones en el que nuestra alma se va purificando lentamente hasta compatibilizarse y fundirse en el alma de Dios, con el alma del Todo, del Absoluto, del Espíritu Puro. Y para ascender lo más velozmente posible en este camino, no es nada buena la fama, ni siquiera aquella que pueda llevarnos a la santificación. Los orientalistas siempre han transmitido a sus discípulos la idea de que es preferible el anonimato antes que un reconocimiento social que nos condene para siempre a quedarnos atados al destino de la tierra. ¡Eso sí que no! ¡Qué horror!

Otra razón de peso que me encuentro a menudo es la de comunicar conocimientos importantes para alguien. Esta es una idea que a veces me anima a escribir, pero como no estoy seguro de que algún día habrá personas interesadas en leer lo que escribo, esta razón no es siempre lo suficientemente fuerte como para que le dedique mi tiempo a la literatura.

También he encontrado a otros que han dicho que como no se sentían a gusto en el mundo real, fabricaron un mundo imaginario en el cual poderse sentir a gusto. Este tampoco es mi caso. Me gusta el mundo en el que vivo, al menos lo suficiente como para que no escape de él para refugiarme en un mundo de palabras. Además, yo por suerte, no he necesitado fabricar un mundo lleno de cosas increíbles y mágicas, pues el mío lo ha sido. Muchas veces he sentido la sensación de estar viviendo dentro de un cuento.

Por otro lado, cada vez que pregunto a los espíritus que me acompañan sobre si debo escribir o no, ellos me dicen que no escriba. Esto lo entiendo, pues ellos también piensan que uno debe intentar pasar por la tierra dejando la menor huella posible. Así que debo seguir buscando una justificación que me convenza y borre de mi mente la sensación de estar perdiendo el tiempo sentado ante mi ordenador escribe que te escribe.

También he pensado en escribir para mis hijos, pero esto tampoco me anima del todo, pues no tengo la seguridad de que a ellos les vaya a interesar estas reflexiones. En fin, que no encuentro todavía un motivo real para escribir. Si me sorprendo a mí mismo escribiendo estas reflexiones es porque ahora mismo no tengo otra cosa mejor que hacer. Pues bien, sigamos adelante.

Siempre me ha interesado mucho el universo de las casualidades, de lo paranormal, de lo oculto. Cada vez que ocurre ante mis ojos algún suceso fuera de lo común, hace que me pregunte cosas sobre el orden del universo y sobre los misterios de la vida, quiénes somos, de dónde venimos, si hay vida después de la muerte, si existe o no el destino, en fin.

Todos, en mayor o menor medida a lo largo nuestra existencia, hemos sido testigos o partícipes de sucesos de este carácter, y unos le hemos dado mayor o menor importancia, pero en mi caso, han sido tantos y tan sorprendentes, que han llegado a convencerme de que en este mundo tiene que existir algo más allá de lo que la ciencia común acepta.

He visto cosas inexplicables ocurrir delante de mí. Hablar de esto resulta complejo, pero debo admitir que estos sucesos sin explicación aparente los guardo en mi mente como un gran tesoro, como la historia mágica de mi vida, y de alguna manera doy gracias a Dios o a quien sea que esté detrás de todo esto, de haber llenado mi vida de estas historias increíbles que han hecho de mi existencia algo verdaderamente divertido y excitante.

Mis experiencias paranormales, han moldeado poco a poco mi filosofía de vida. Les contaré algunas de estas historias para que mediten ustedes también sobre ellas. Tal vez en muchos casos se encuentren identificados o tal vez terminen detectando en mí un caso de falta de lucidez evidente. A eso me arriesgo, ya lo sé, mostrándoles sin pudor mi vida mágica.

Aquí, ahora mismo, acorralado por las circunstancias de la vida, esa fuerza oculta que vive en mí me lleva a transgredir la puesta de la escritura. Me decido a entrar. Tal vez sea la voluntad de los muertos. Ellos, desde su morada de ultratumba tal vez empujen mi mano y mi cerebro, seguramente habrán escogido también las historias, las suyas, las historias de sus vidas, en las que se vean reflejados discretamente, desde su segundo plano, como su manera particular de jugar al espejismo de la vida. Los muertos hablarán a través de mí. Sí, definitivamente son los muertos los que a través de mí, van a contar su historia.

Silencio, estas cosas se dicen bajito y en la más absoluta intimidad.


TADEO

EL EVANGELIO DE MARÍA MAGDALENA




Es por todos conocido que la Biblia recoge 4 evangelios conocidos como canónicos, que son los evangelios de Mateo, Lucas, Marcos y Juan. Dos de ellos fueron discípulos de Jesús: Mateo y Juan, y los otros dos, no lo fueron. Incluso, algunos han dicho que estos evangelios no fueron escritos por los ya citados evangelistas, sino por discípulos de estos.

Lo cierto es que 200 años después de la muerte de Jesús, era posible encontrarse con muchos evangelios (más de 50) y que por diversas razones fueron siendo destruidos por la Iglesia, y los que se salvaron, se consideraron apócrifos, que entonces era lo mismo que decir, heréticos.

Hoy por hoy, existen libros que se han dedicado a “despellejar” los evangelios canónicos y en ellos han encontrado errores del tipo de, por ejemplo: Dice que Jesús estaba tal día en tal ciudad, y al día siguiente se trasladó a más cual ciudad, y los investigadores demuestran que era imposible que en 12 horas Jesús hubiera recorrido los 300 km que separaba una ciudad de la otra. También se han dedicado a demostrar que en determinado pasaje, Juan dijo una cosa y Marcos lo desdice.

No es a esto a lo que quiero referirme en este texto. Si lo cito, es para que se entienda por qué tengo razones para cuestionarme esos evangelios como algo inspirado por Dios, y por tanto, incuestionable.

Digo de antemano que he leído varios de los evangelios apócrifos y gnósticos, y de su lectura, no he encontrado nada que me haya parecido inaceptable, por el contrario.

Entre esos evangelios apócrifos hay uno que me llamó poderosamente la atención y es el evangelio de María Magdalena. Todo el mundo acepta que Magdalena fue la discípula amada de Jesús, la que más tiempo pasó a su lado, y aquella a quien Jesús se le presentó primero, luego de su resurrección. Este hecho es muy revelador. Jesús no escogió a su madre para aparecérsele luego de su muerte. ¿Por qué? No lo sé, pero es lógico que pensemos que entre Jesús y María Magdalena había una relación especialísima, que posiblemente fuera más allá de la simple relación Maestro-Discípulo.

A pesar de ello, el evangelio de María Magdalena no pasó la criba de San Ireneo de Lyon, cuando por allá por el siglo II determinó cuáles evangelios serían aceptados por la Iglesia y cuáles no.
Sin embargo, la lectura de este evangelio se me antoja terriblemente reveladora. Para mí su lectura fue un verdadero descubrimiento, y por eso quiero ponerlo a disposición de los lectores. Posteriormente aportaré mis reflexiones al respecto.

EVANGELIO DE MARÍA
(Fragmento copto berolinense)

[Faltan las páginas 1-6].

PALABRAS DE JESÚS

LA MATERIA Y EL MUNDO

7 [...] entonces, ¿será destruida o no la materia? El Salvador dijo: «Todas las naturalezas, todas las producciones y todas las criaturas se hallan implicadas entre sí, y se disolverán otra vez en su propia raíz, pues la naturaleza de la materia se disuelve en lo que pertenece únicamente a su naturaleza. Quién tenga oídos para escuchar, que escuche.

LA MATERIA Y EL PECADO

Pedro le dijo: «Puesto que nos lo has explicado todo, explícanos también esto: ¿cuál es el pecado del mundo?». El Salvador dijo: «No hay pecado, sin embargo vosotros cometéis pecado cuando practicáis las obras de la naturaleza del adulterio denominada «pecado». Por esto el bien vino entre vosotros, hacia lo que es propio de toda naturaleza, para restaurarla en su raíz».
Prosiguió todavía y dijo: «Por esto enfermáis y morís, puesto que 8 [practicáis lo que os extravía. Que quien pueda comprender] comprenda. [La materia engendró] una pasión carente de la semejanza, puesto que procedió de un acto contra natura. Entonces se produce un trastorno en todo el cuerpo. Por esto os dije: Estad en armonía (con la naturaleza), y si no estáis en armonía, sí que estáis en armonía ante las diversas semejanzas de la naturaleza. Quien tenga oídos para escuchar, que escuche».

Últimos preceptos

Después de decir todo esto, el Bienaventurado se despidió de todos ellos diciendo: «La paz sea con vosotros, que mi paz surja entre vosotros. Vigilad para que nadie os extravíe diciendo: «Helo aquí, helo aquí», pues el hijo del hombre está dentro de vosotros; seguidlo. Los que lo busquen lo hallarán. Id y proclamad el evangelio del reino. No 9 impongáis más preceptos que los que yo he establecido para vosotros, y no deis ninguna ley, como el legislador, para que no seáis atenazados por ella».
Dicho esto, partió.

INTERMEDIO

Ellos, sin embargo, estaban entristecidos y lloraban amargamente diciendo: «¿Cómo iremos hacia los gentiles y predicaremos el evangelio del reino del hijo del hombre? Si no han tenido con él ninguna consideración, ¿cómo la tendrán con nosotros?».

Entonces Mariam se levantó, los saludó a todos y dijo a sus hermanos: «No lloréis y no os entristezcáis; no vaciléis más, pues su gracia descenderá sobre todos vosotros y os protegerá. Antes bien, alabemos su grandeza, pues nos ha preparado y nos ha hecho hombres». Dicho esto, Mariam convirtió sus corazones al bien y comenzaron a comentar las palabras del [Salvador].
10 Pedro dijo: «Mariam, hermana, nosotros sabemos que el Salvador te apreciaba más que a las demás mujeres. Danos cuenta de las palabras del Salvador que recuerdes, que tú conoces y nosotros no, que nosotros no hemos escuchado». Mariam respondió diciendo: «Lo que está escondido para vosotros os lo anunciare». Entonces comenzó el siguiente relato:

PALABRAS DE MARÍA MAGDALENA

Visión de María
«Yo —dijo— vi al Señor en una visión y le dije: «Señor, hoy te he visto en una visión». Él respondió y me dijo: «Bienaventurada eres, pues no te has turbado al Verme, pues allí donde está el Intelecto, allí está el tesoro». Yo le dije: «Señor, ahora, el que ve la visión ¿la ve en alma o en espíritu?». El Salvador respondió y dijo: «No la ve ni en alma ni en espíritu, sino que es el Intelecto que se halla en medio de ellos el que ve la visión, y él es el que [...]».

[Laguna: faltan las páginas 11-14].

La ascensión del alma
15 [...] a él, y la Concupiscencia dijo: «No te he visto bajar y ahora te veo subir. ¿Por qué mientes, si me perteneces?». El alma respondió diciendo: «Yo te he visto, pero tú no me has visto ni me has reconocido. Por la vestimenta, que era tuya, y no me reconociste». Una vez dicho esto, (el alma) se apartó con gran alegría y seguidamente cayó en manos de la tercera potestad, la llamada Ignorancia. Esta interrogó al alma diciendo: «¿A dónde vas? En maldad estás atenazada; puesto que estás dominada, no juzgues». El alma dijo: «¿Por qué me juzgas tú a mí, si yo no te he juzgado? Yo he sido dominada, pero no he dominado. No he sido reconocida, pero he sabido que el universo está siendo disuelto, tanto en las cosas terrenales 16 como en las cosas celestiales».
Una vez el alma hubo sobrepasado la tercera potestad, continuó ascendiendo y divisó la cuarta potestad, la de siete formas. La primera forma es la tiniebla; la segunda, la concupiscencia; la tercera, la ignorancia; la cuarta, la envidia de muerte; la quinta, el reino de la carne; la sexta, la loca inteligencia de la carne; la séptima, la sabiduría irascible. Estas son las siete potestades de la ira, las cuales preguntan al alma: «¿De dónde vienes, homicida? ¿A dónde vas, dueña del espacio?». El alma respondió diciendo: «Lo que me ata ha sido matado y lo que me atenaza ha sido aniquilado, y mi concupiscencia se ha disipado y mi ignorancia ha perecido. A un mundo he sido precipitada 17 desde un mundo, y a una imagen desde una imagen celestial. La ligadura del olvido dura un instante. En adelante alcanzaré el reposo del tiempo (kairós), del tiempo (chrónos), (el reposo) de la eternidad, en silencio».

EPÍLOGO

María Magdalena reveladora de Jesús

Después de decir todo esto, Mariam permaneció en silencio, dado que el Salvador había hablado con ella hasta aquí. Entonces, Andrés habló y dijo a los hermanos: «Decid lo que os parece acerca de lo que ha dicho. Yo, por mi parte, no creo que el Salvador haya dicho estas cosas. Estas doctrinas son bien extrañas». Pedro respondió hablando de los mismos temas y les interrogó acerca del Salvador: «¿Ha hablado con una mujer sin que lo sepamos, y no manifiestamente, de modo que todos debamos volvernos y escucharla? ¿Es que la ha preferido a nosotros. 18 Entonces Mariam se echó a llorar y dijo a Pedro: «Pedro, hermano mío, ¿qué piensas? ¿Supones acaso que yo he reflexionado estas cosas por mí misma o que miento respecto al Salvador?
Entonces Leví habló y dijo a Pedro: «Pedro, siempre fuiste impulsivo. Ahora te veo ejercitándote contra una mujer como si fuera un adversario. Sin embargo, si el Salvador la hizo digna, ¿quién eres tú para rechazarla? Bien cierto es que el Salvador la conoce perfectamente; por esto la amó más que a nosotros. Más bien, pues, avergoncémonos y revistámonos del hombre perfecto, partamos tal como nos lo ordenó y prediquemos el evangelio, sin establecer otro precepto ni otra ley fuera de lo que dijo el Salvador».
Luego que 19 [Leví hubo dicho estas palabras], se pusieron en camino para anunciar y predicar.
El evangelio según Mariam.
Fuente: Textos Gnósticos - Biblioteca Nag Hammadi II, por Antonio Piñero. Editorial Trotta
http://www.trotta.es/
Nota: la numeración del fragmento copto corresponde a las páginas del manuscrito
MIS REFLEXIONES FINALES
Nada más abrir el evangelio, nos encontramos con que faltan las 6 primeras páginas. No lo sé, pero no creo que estas páginas hayan desaparecido por arte de magia. No tengo pruebas, pero sospecho que a la Iglesia Católica pudo haberle interesado hacerlas desaparecer. No sabemos lo que decían, pero tal vez de ellas, emanara una visión diferente y novedosa del pensamiento de Jesús.
Luego en lo que se ha salvado, encontramos ideas sumamente interesantes sobre la naturaleza de la materia, y sobre la naturaleza del pecado. Es interesante como Jesús dice que no hay pecado, aunque se puede considerar pecado el adulterio por ser un acto contrario a la lógica natural. Estas ideas, se asemejan bastante a la concepción del pecado del pensamiento budista o hinduista, más que al pensamiento cristiano. Nótese que Jesús dice que en sentido absoluto, no hay pecado, que sólo hay pecado en un sentido relativo. Por tanto, absolutizar la idea del pecado, como lo hizo la Iglesia Católica, al parecer, no concuerda con la manera en que Jesús entendía este tema.

Otra idea muy interesante dicha por Jesús se refiere a la idea de que “el hijo del hombre está dentro de vosotros, y no fuera”. Aquí tenemos otra idea muy común de las religiones orientales: la idea del Cristo Interno, la búsqueda del camino interior, y no el culto a una deidad externa a nosotros mismos.

Luego el párrafo en que Pedro pide a Magdalena que le refiera las cosas que Jesús le decía en privado, es muy revelador. Deja claro que la relación entre Jesús y María Magdalena era muy especial.
De las palabras proferidas por Jesús, volvemos a encontrar otra idea interesantísima: “Donde está el intelecto, allí está el tesoro”. Aquí se le da valor a la razón, en menosprecio de la fe. Recordar que la Iglesia Católica siempre ha hablado de creer por fe, y no por entender la esencia de aquello en lo que se cree, sobre todo en aquellos aspectos más complejos de entender.

Acto seguido, vuelven a desaparecer 4 páginas del evangelio. Aunque no sabemos lo que decían, deberíamos interpretar estos vacíos. Es de suponer que en estos vacíos, Jesús decía cosas probablemente diametralmente opuestas a ciertas concepciones de la religión imperante.

Una vez terminada la exposición de María Magdalena, Andrés dice algo muy revelador, dice que le resulta extraño todo lo que ella acaba de contar. De aquí podemos deducir que esas enseñanzas de Jesús no concuerdan con las que han llegado a nosotros, no son las enseñanzas que tantas veces hemos leído en los 4 evangelios canónicos.

Ante las lágrimas de María Magdalena, y los ataques de discípulos tan torpes como el propio Pedro, Leví tiene que salir en su defensa diciendo que si Jesús la había tomado a ella como su discípula amada, ellos no eran dignos de poner en duda la decisión del maestro. El propio Leví dice textualmente: “el Salvador la conoce perfectamente; por esto la amó más que a nosotros.”
Concluyendo, creo que tendríamos motivos de sobra para cuestionarnos la visión que de Jesús hemos recibido de nuestro predecesores. Creo que el estudio de los evangelios apócrifos y gnósticos, puede ser un buen ejercicio para llegar a nuestras propias conclusiones al respecto. En mi caso, no lo he dudado ni un momento, y no me arrepiento de ello.



TADEO