martes, 27 de mayo de 2008

OSMANY ORTIZ


OSMANY ORTIZ

Aquí, junto a mi esposa y a mí , tienen la imagen de Osmany Ortiz, uno de mis grandes amigos. Tal vez el último gran amigo que he hecho. Uno de esos que llegan al final de la jornada, cuando ya crees que no volverás a fabricar una amistad tan estrecha como aquéllas formadas durante la niñez o la adolescencia.

Osmany es una de esas personas curiosas de mi ciudad, cuya personalidad no deja indiferente a nadie. Yo lo conocía de vista, y de él sabía que era pintor y hacía unos cuadros muy raros, llenos de planetas y luces estelares.

Recuerdo perfectamente su imagen caminando por las calles de la ciudad cuando aún no nos conocíamos. Su andar era airoso, y se vestía y llevaba el pelo de un modo particular, y por eso atraía las miradas de los demás. También mostraba una sonrisa franca y una especie de aura mística muy especial.

Varias veces me encontré con personas a los que al hablarles de temas místicos, me decían:
“Hay un chico en este pueblo que dice esas mismas cosas que tú dices”. Se llama Osmany. ¿Lo conoces?
Yo respondía que sí. Así que me invitaban a visitar su casa.
-Ve donde él y dile que te interesa la metafísica. El te atenderá sin problemas. Es una persona muy franca y amistosa.

Sin embargo, yo nunca fui por su casa. Me parecía un poco loco eso de aparecerme en casa de un desconocido.

Pero cuando las cosas van a suceder, suceden.

Un buen día salía yo del instituto donde trabajaba, y camino de la entrada me di cuenta que llegaban unas personas que seguramente querrían verme para una reunión de la Juventud Comunista. Como yo había estado de guardia la noche anterior, me moría de sueño y de cansancio y ya no aguantaba un minuto más allí, así que me fui sin dejarme ver.

Al atravesar el umbral de la puerta, me tropecé con Osmany, quien acababa de dejar allí en el colegio a su hermana, la cual, por cierto, era mi alumna. Él andaba en bicicleta y yo me disponía a marcharme andando, conciente de que tendría que recorrer aquellos 4 o 5 km que me separaban de mi casa.

De repente sentí que Osmany me habló.
-¿Vas para la ciudad?
-Sí, le respondí.
-Sube a la parrilla que te llevo.
Subí sin pensármelo dos veces y ahí, empezamos a conversar.
-¿Tú sabes quién soy yo? Me preguntó él.
-Sí, yo te conozco de vista. Tú eres Osmany, el pintor, como no. Eres bastante popular en el pueblo. Además, tenemos amigos comunes.
-Yo también sé quien eres, pues mi hermana me ha hablado mucho de ti.
Me dijo que me podía dejar cerca de mi casa, pues tenía que pasar a recoger unos casettes de música que le iba a prestar un amigo. Me dijo que le gustaba mucho la música new age y todas las músicas étnicas, cosa extraña en un país donde la gente consume sobre todo música salsa y y otras músicas igual de populacheras.
-Sabes, tengo aquí conmigo una cinta de música medieval, le dije.
-¿Sí? ¿Me lo puedes dejar para grabarlo? Si pasamos por mi casa ahora, lo grabo en un momento.

Así lo hicimos. Subimos a su casa. Me brindó un refresco y en aquella acogedora estancia comenzamos a conversar y para nuestra sorpresa, comprobamos que éramos muy parecidos en cuanto a gustos y maneras de concebir el mundo.

Nos sentimos tan bien conversando de metafísica, de historia, de pintura, de literatura, que las horas se nos pasaron volando, y desde entonces, empecé a visitar su casa casi a diario. Y así fue hasta que me marché de la isla.

Curiosamente, Osmany, a quien todos en ese mundo de lo paranormal, consideraban un gran ser, empezó a rendirme culto, a mostrarme pleitesía en público. Decía reconocer en mí a un gran ser, y nunca supe por qué. Él estaba maravillado por mis conocimientos y facultades paranormales, y se sentía feliz de ver que una persona con el reconocimiento social que yo tenía en la ciudad, fuera uno de los suyos. La verdad es que la admiración era recíproca.

Osmany parecía saber de mí, cosas que yo desconocía. Confiaba tanto en mi luz, le hablaba tan bien de mí a todos, que no podía más que sorprenderme, sobre todo viniendo de una persona como él, a quien no vi jamás tomar a nadie por maestro. Todos venían a él como discípulos.

Para colmo, un día pasó algo entre nosotros que no hizo más que fortalecer esa idea que de mí tenía. Estando Osmany en Alemania, encerrado en la casa de un extravagante personaje que lo sacó de la isla para que pintara para él durante tres meses, lo invitaron a probar unas galletas fabricadas con cierta sustancia alucinógena.
Comerlas le produjo un estado alterado de conciencia muy extraño. Estaba eufórico, y según me cuenta, vio cosas muy raras y sintió cosas muy raras. Sus facultades para percibir la realidad se acrecentaron y en medio de una visión mística inexplicable para la conciencia ordinaria, empezó a gritar desesperado como llamando a alguien:
-Chamán, Chamán, Chamán.
En ese mismo instante, algo raro sentí dentro de mí y dije a mi esposa:
-Llamaré por teléfono a Alemania. Quiero saber de Osmany.
Lo llamé y le dije:
-Dime, ¿cómo estás? ¿Qué te ocurre?
Mi amigo sintió una alegría inmensa al escuchar mi voz. Me dijo muchas cosas raras que ahora mismo no vienen al caso, pero desde entonces, Osmany sigue pensando que ese Chamán soy yo, y no creo que nadie le haga cambiar de parecer.

Tal vez, a consecuencia de esto mismo, cuando me fui a casar, me dijo que nos pintaría a mi esposa y a mí en un cuadro. Nos hizo posar para él, y cuando el trabajo estuvo concluido, mi esposa me dijo:
-Ese Osmany está loco. Te ha pintado con un aura, con una especie de nimbo. Vamos a decirle que lo arregle. Así que volvimos a su casa con el cuadro y le dijimos que esa aura que me había pintado, tal vez sería mejor quitarla.
Pero Osmany dijo:
-No se la quitaré. Yo he pintado a Tadeo como lo he visto. Esa luz yo se la veo, y no pienso quitarla, y no se hable más.

TADEO

viernes, 23 de mayo de 2008

EL SECRETO OCULTO DE LOS AZTECAS


EL SECRETO OCULTO DE LOS AZTECAS

Dicen que cuando los españoles llegaron a Teotihuacan, la espléndida ciudad azteca por entonces abandonada, se quedaron boquiabiertos ante tanta majestuosidad.
¿Cómo era posible que una ciudad tan magnífica se encontrara allí en tal condición de abandono? Muy poco se sabe al respeto.

Cuando Hernán Cortés y sus hombres, preguntaron a los nativos sobre lo allí sucedido, no consiguieron de ellos, respuestas demasiado claras. Las razones que les referían, apenas resultaban entendibles para la mentalidad occidental.
Ellos explicaban, entre otras cosas, que:

“En un mundo muerto, un dios humilde y enfermo, Natuatzin, encontró en este lugar al dios Tecuciztecaltl, que hacía penitencia. Ambos se arrojaron al fuego sagrado, se convirtieron en la quinta luna y el quinto sol, edificaron las pirámides y crearon al hombre.”
Teotihuacan significa “Ciudad de los Dioses”. Parece ser que allí la vida religiosa estaba en el centro del pensamiento de sus moradores. Me temo que los sacerdotes encargados de preservar su sabiduría ancestral, contaban con todo el poder necesario para hacerlo.
No soy un experto en el tema, así que no me extenderé demasiado en estas cuestiones. Sólo quiero contarles algo que me pasó una vez que me acerqué al universo de la cultura azteca.
Hace ya tres años, en 2005, me acerqué al museo Guggenheim de Bilbao para disfrutar de la mayor exposición azteca que se hubiera organizado nunca en el mundo. Se trataba de 600 piezas procedentes de esta milenaria cultura, las cuales venían, en el 80% de museos mexicanos, y el 20% restante, de museos europeos y estadounidenses.
Paseando por sus salas, me vi inmerso en un mundo muy interesante y atrayente. La exposición estaba compuesta por esculturas, relieves, cerámicas, joyas, instrumentos musicales y diversos objetos labrados en jade y madera. Al acercarme a algunas de aquellas esculturas sentía que una extraña energía salía de ellas. Era tan fuerte, que simplemente me quedaba quieto a su lado, como dejándome poseer, al tiempo que le decía a mi esposa en voz baja: “Estás piedras están cargadas”.
Colocados en un recinto especial se encontraban los 5 grandes ídolos conocidos como guerreros solares. El grupo de visitantes al que pertenecía, penetró en aquel espacio cuadrado y reducido, y los rodeamos con nuestros cuerpos y nuestra curiosidad mientras la guía dijo algo que me estremeció:

“Esto que tienen delante, son los 5 ídolos conocidos como guerreros solares. Así como los están mirando, se lo encontraron los españoles en el interior de la pirámide del sol en Teotihuacan. Debo decirles que son ustedes muy afortunados de poder tener delante estas cinco figuras, tal vez las más importantes de toda la exposición. Ellas se encuentran dispersas por el mundo. Pertenecen a diferentes museos, y ha sido una verdadera suerte que hayan podido coincidir aquí para el disfrute de todos ustedes”.

Sus palabras me hicieron sentir afortunado. No he podido poner mis pies en la pirámide del sol, (pensé), pero muchos de los que han ido hasta allí, no han podido disfrutar de esto que tengo delante gracias a la magia del poder aglutinador de los grandes museos como el Guggenheim de Bilbao.

Pero esto no fue lo único importante que dijo la guía.

“Cada uno de estos ídolos representa a un Dios, el cual, según los aztecas, gobernó el mundo durante una Era, y una Era equivale a un período de tiempo bastante amplio, tal vez equivalente a 2000 años o más”.

No me podía creer lo que estaba escuchando.

“Según los aztecas el supremo creador de todo fue el dios Ometecuhlti que, junto a su esposa Omecihuatl, creó toda la vida sobre la tierra. En otras versiones, esa pareja creadora original, se reduce a una sola divinidad llamada Ometeotl que adquiere una doble vertiente, por un lado la masculina, Ometecuhtli, y, por otro, la femenina, Omecihuatl. Así, este dios, que aparece como un dios del fuego y como el dios supremo del panteón azteca, es una divinidad andrógina. No recibió culto formal ni tampoco contó un centro de culto, pero estaba presente en cada ritual y en todas las elementos de este mundo. Esa pareja cósmica, o ese dios andrógino, dio a luz a los cuatro dioses que más tarde crearían cada uno de los soles y más tarde tuvo otras 1.600 divinidades más. Según la mitología azteca antes de nuestro sol, que es el quinto, existieron otros cuatro.”

No me lo podía creer. Escuchaba toda esta historia y mi cuerpo se llenaba por momentos de una felicidad increíble, ya les explicaré por qué.

“La leyenda mexica señalaba que cada uno de estos dioses creadores representados por estos cinco ídolos, luchaba por la supremacía en el mundo, empleando cada uno su propia fuerza cósmica: tierra, fuego, viento o agua. Mientras esas fuerzas se mantuvieran en equilibrio, el mundo estaba en orden y podía existir la era de un sol; sin embargo, si se producía un desequilibrio cósmico, ese sol, junto con la Tierra y los seres humanos de esa era, perecerían.”

“ El primero de esos cinco soles fue el creado por el dios Tezcatlipoca, que era el dios de la Tierra. Sin embargo, su creación fue algo imperfecta, ya que los seres humanos aparecieron con forma de gigantes y en vez de un sol completo, se formó medio sol. Aquellos gigantes seres humanos, se vieron obligados a sobrevivir solamente con bellotas y piñones. A consecuencia de esta pésima alimentación, los humanos crecieron poco y débiles. En un momento determinado de esa era, los jaguares devoraron al medio sol existente y, ayudados por la oscuridad, fueron destruyendo y asesinando a los seres humanos gigantes.”

“El segundo de esos soles fue creado por el dios Quetzalcoatl, dios del Viento. Bajo este sol, los humanos se alimentaron con semillas de árboles, que todavía eran insuficientes para fortalecer a los hombres, que debían sobrevivir a los fuertes vientos. Los tremendos huracanes en ocasiones arrojaban a los seres humanos lejos. A pesar de ello, algunos humanos lograron sobrevivir al ser capaces de transformarse en monos."

“Tlaloc, que era el dios de la Lluvia en la mitología azteca, creó el tercer sol. Durante la era del tercer sol, los seres humanos hambrientos vivían de cereales. En este mundo, fueron los tremendos volcanes los que provocaron las desgracias. Enromes volcanes hacían erupción y las cenizas caían desde el cielo, consumiendo y enterrando el mundo. Sin embargo algunos hombres sobrevivieron al convertirse en pájaros que podía escapar a aquellas destructivas erupciones.”

“Chalchiuhtlique, la diosa del Agua azteca, fue la encargada de la creación del cuarto sol. Los seres humanos de esta creación intentaron sobrevivir con una semilla conocida con el nombre de acicintli, pero ésta no era comida suficiente para los humanos, que tenían que enfrentarse a enormes inundaciones. El agua emergió del centro de la Tierra provocando una tremenda catástrofe en el mundo. Algunos seres humanos lograron sobrevivir a esta catástrofe convirtiéndose en peces.”

“Todas las creaciones anteriores habían sido destruidas por una catástrofe, y con ella habían desaparecido los soles, las tierras y los seres humanos de cada una de esas eras. Entonces los dioses se dieron cuenta de que la existencia del quinto sol solamente sería posible con el sacrificio de otro dios.”

“Así, los dioses decidieron levantar una enorme pira con ardiente fuego, si bien ninguno de ellos se atrevía a sacrificarse. Finalmente la decisión recayó en dos divinidades creadas por el supremo Ometeotl: los dioses Nanahuatl y Teucciztecatl.”

“ Éste último hizo hasta cuatro intentos para arrojarse al fuego, sin embargo, no tenía el suficiente valor y fue Nanahuatl, lleno de valentía, el primero en sacrificarse. Teucciztecatl consiguió reunir el suficiente coraje y finalmente siguió a Nanahuatl en el sacrificio. Nanahuatl se transformó en un sol resplandeciente, que ninguno de los dioses podía mirar directamente, mientras que su compañero se convirtió en la luna.”
“El resto de los dioses se percató de que Nanahuatl no se alzaría en el firmamento hasta que no recibiese alimento necesario, es decir: los corazones para comer y la sangre para beber, de otros dioses sacrificados. Tras el enfrentamiento entre Nanahuatl y la Estrella Matutina, que se enfadó ante la idea del sacrificio, este último dios que era el más feroz de los 1.600 dioses, fue derrotado.”

“ Entonces todas esas divinidades, las 1.600, decidieron sacrificarse para dar alimento a este quinto sol, tras lo cual Nanahuatl, se alzó desde el este. Esos dioses se sacrificaron, ofreciendo su sangre para dar vida a este quinto Sol, pero Hiutzilopochtli tuvo que luchar con las tinieblas para poder expulsarlas del mundo y esa lucha dio origen a las estrellas.”

“ En otras versiones, se cuenta que esos dioses se fueron arrojando uno tras otro a ese fuego legendario, hasta transformarse en los astros que componen el firmamento.”

“Los aztecas se creían a sí mismos como el pueblo elegido para mantener al sol con vida, sin su ayuda este quinto sol, terminado un ciclo de 52 años, no volvería a salir. Para este pueblo la sangre es un elemento fundamental, que del mismo modo que mantiene vivo al ser humano, también puede dar vida al actual sol, llamado Hiutzilopochtli.”

“ Por otro lado, este pueblo creía que igual que los cuatro soles anteriores, Hiutzilopochtli también podía desaparecer en un cataclismo y consideraban, además, que el mundo tal y como lo conocían, sería destruido en un gran terremoto, al final de un ciclo de la rueda calendárica de 52 años. Para mantenerlo vivo le proporcionaban como alimento un componente que sólo se encontraba en la sangre de las madres muertas en el parto, de los guerreros muertos en combate y de los prisioneros sacrificados.”

Después de escuchar toda esta historia, estaba electrizado por la emoción. Todo lo que nos contaba la guía, era casi idéntico, a lo que había leído yo en los libros de H.P. Blavatsky, especialmente en su obra La Doctrina Secreta. Y esta coincidencia me parecía increíble, pues Blavatsky recibió sus conocimientos de la cultura hindú, tibetana, fundamentalmente, pero no, de la cultura azteca.

Esto quería decir que tanto a un lado como al otro del Atlántico, pueblos desconocidos conservaban un conocimiento milenario y una misma manera de explicarse la historia de la Humanidad, muy diferente, por cierto, a la manera en la que hoy en día, la ciencia y la historia nos explica nuestra evolución planetaria y humana.
En cuanto tuve un chance, me le acerqué a la guía y le comenté sobre esta coincidencia insólita que acababa de advertir. Le dije:
Esta misma historia que nos has relatado, escrita de un modo más racional y cercana al pensamiento científico, es idéntica a la que narra H.P. Blavatsky en su libro La Doctrina Secreta.

Y ella, dejándome aún más atónito, si es que esto era ya posible, me dijo:

“No olvides que los sacerdotes aztecas jamás revelaron sus secretos a los españoles. Lo que sabemos al respecto, todo esto que yo he contado, ha salido de las conversaciones que sostuvieron los niños aztecas con los sacerdotes españoles durante las jornadas de catequesis.”

“Aquellos niños conocían una historia impresionante, que le habían enseñado sus padres, y que por costumbre era transmitida de generación en generación.
A lo mejor, los sabios aztecas, contaban a los niños esta historia en forma de cuento infantil, para que ellos se la pudieran aprender mejor, pero tal vez ellos mismos se explicaban todo esto de otro modo, quizás de un modo más cercano a lo que me cuentas tú de lo escrito por H.P.Blavatsky.”

Me fui del museo Guggenheim, convencido de que había recibido una importante revelación.

TADEO

jueves, 15 de mayo de 2008

EN EL REINO DE LA HECHICERA


EN EL REINO DE LA HECHICERA

Cuando era niño, me escondía detrás de las cortinas y las puertas para escuchar las conversaciones de las personas mayores. Esto no debe sorprender a nadie, pues seguramente todos hicimos lo mismo en nuestros respectivos hogares.

Hay un momento en la vida de toda persona, en que ya todas las conversaciones te son permitidas. Cuando llega ese momento, entonces comprendes que has dejado de ser un niño.

Pero volvamos a mis 8 años, y a aquel escondite desde el cual escuchaba cosas que muchas veces no llegaba a comprender, pero que se me quedaban dentro para siempre, y muchas veces preguntaba a unos y a otros para con todas las respuestas obtenidas, y también con los silencios o evasivas, fabricarme la idea más precisa de aquello que había escuchado sin permiso de mis mayores.

No siempre hablaban del mismo tema, pero había uno que no faltaba, y era el tema de la magia negra, de la brujería, de los efectos negativos o positivos que aquellas extrañas fuerzas mágicas provocaban en la gente.

Escuché, entre muchas otras, que mi padre había salvado la vida a esa mujer que aún llevaba en su rostro las marcas de las quemaduras.
-Papi, ¿qué pasó?
-No me acuerdo de nada, respondía él.

Pero yo escuchaba cosas, y sabía cosas. Aquella mujer había intentado quitarse la vida presa del hechizo que le mandó a hacer la amante de su marido. Ella se volvió como loca y se prendió fuego, pero no llegó a morir, porque mi padre acudió a salvarla en estado de transe, poseído, dicen, por un espíritu africano que lo acompaña, y que quiso salvarle la vida a la suicida.

-Cristina le debe la vida a tu padre, me dijo una vez una vecina. Y yo escuchaba y me disponía a guardar dentro de mí toda aquella información valiosa e interesante.

También me acuerdo de aquel día en que mi madre cerró aterrada las puertas y ventanas de mi casa y nos abrazó a todos, y así con sus tres hijos asidos y apretados a su cuerpo gritaba”No salga nadie a la calle. Que nadie se asome a la ventana".

Fuera se escuchaban los gritos desgarradores de una antorcha humana. Un muchacho de apenas 16 años que se había prendido fuego y corría desesperado pidiendo ayuda. Cuando vinieron a ayudarlo, ya era tarde. Carlitos murió, y contaban los mayores que su padre fue a consultar su muerte con un adivino de su pueblo natal, y le dijeron:
-“No regreses a tu casa, pues es a ti a quien quieren matar. Murió tu hijo porque tiene tu mismo nombre, y el espíritu que enviaron para que te matara, se confundió de persona y se llevó a tu hijo”.

Dicen que Carlos regresó a pedir cuentas a la familia de su esposa, y a decirles a ellos, que lo sabía todo. Una semana después apareció ahorcado.

De todas estas cosas supe yo siendo aún un niño. Los mayores lo hablaban y todos opinaban al respecto.

Decían que había una bruja que vivía no muy lejos de allí, que se llamaba Rosa, que era la dueña de ese espíritu que hacía que las personas se prendieran fuego. Era un espíritu que ella se robó del cementerio usando ciertos rituales satánicos que no explicaré aquí, un espíritu que en vida murió quemado también por suicidio.

Dicen que usando sus conocimientos ancestrales venidos de África, ella podía enviar ese espíritu para que acabara con la vida de quien ella quisiera. No pocos la visitaban para comprar los servicios asesinos de aquella entidad espiritual infernal.
-Papi, ¿Quién es Rosa la bruja? Pregunté.
-Esta tarde, cuando pase por aquí, te la mostraré.

Así fue. Ella pasaba por mi puerta a diario, pues compraba el pan y otros alimentos en la tienda que está en la esquina de mi casa.

Contado ya con 15 años, mi padre se encargó de enseñarme muchas de esas cosas que un padre debe enseñar a su hijo. No sólo de novias y de sexo hablábamos él y yo, sino que dábamos paseos por la ciudad y me decía:
-Allí en esa casa de ahí, vive fulana de tal, una bruja peligrosa, y sus armas son estas, allí vive el brujo mengano, y es famoso por esto y por esto.

Eran cosas que uno tenía que saber, sobre todo para no buscarse problemas con ellos, para no ofenderlos, para no entrar en esas casas, para no hacerse novio de las hijas o nietas de esos personajes siniestros.

Hay que decir, en honor a la verdad, que mi padre también me llevó con las brujas buenas, que también las había.
-Aquí te traigo a mi hijo. Échale un vistazo a ver cómo lo ves. Así les decía él, y ellas me miraban y lanzaban sus vaticinios.

Un buen día estaba en mi casa una muchacha que acababa de conocer. Estuvimos conversando un buen rato y cuando cayó la noche me dijo que la acompañara a su casa. Me dijo que se había mudado cerca de allí. La acompañé hasta la puerta de su casa, y estando allí me percaté de que estaba muy próximo a la puerta de la casa de una de esas temibles brujas.
-¿Tú conoces ya a quiénes tienes por vecinos?, le pregunté a mi amiga.
-No, ¿Por qué lo dices?
-Escucha bien. En esa casa de ahí, vive una de las brujas más famosas y letales de este pueblo, así que no entres nunca a esa casa y cuídate de buscar problemas con ellos.
Eso le estaba diciendo cuando ocurrió algo inesperado. De la casa de la bruja ya citada, salió una anciana y caminó hasta donde estábamos nosotros. Se quedó mirándome asombrada y me dijo:
-Muchacho, ven conmigo que quiero que mi hermana te conozca.

No podía creerme lo que me estaba pasando. Yo conocía perfectamente a aquella anciana. Era la hermana de la temible bruja, y para colmo, quería llevarme frente a ella.

Me temblaban las piernas, pero decidí enfrentar mis miedos. Despedí a mi amiga con un beso y me encaminé al reino de la hechicera dispuesto a aceptar mi destino.
-Hermana, mira a este chico y dime a quién se te parece.
La bruja, desde su butaca me miró y dijo:
-Increíble, si es idéntico a mi sobrino Robertico.
-¿Cómo te llamas?
-Tadeo, respondí.
-¿De quién eres hijo?
-De felicita Zerquera y de Tápanes, el profesor.
-Ah, sí, como no. Los conocemos. Eres de la familia Zerquera. Vaya, vaya, qué bien.
-Sabes, tú tienes un gran potencial espiritual. ¿Nunca te lo habían dicho?
-Sí, creo que algo me han contado, respondí cortante.
-Mira, si quieres yo puedo ser tu madrina. Te puedo ayudar a desarrollar esos poderes latentes que tienes.
-No, gracias. Se lo agradezco, pero es que yo nunca estoy en el pueblo. La carrera universitaria me roba mucho tiempo, ya sabe. No podría aunque quisiera.
Ella sonrió, y para intentar convencerme con su poder me preguntó:
-¿No es cierto que de pequeño tú convulsionabas?
-Si, es cierto. Me llevaron al médico, pero no me encontraron nada.
-Ah, es que eso no te pasaba por estar enfermo. Es el santo que se te acercaba. Tú eres hijo de Yemayá, y a los hijos de Yemayá, les sucede eso, cuando el santo se les acerca a entregarles su gracia.

La bruja se puso de pie y se me acercó para acompañarme a la puerta. Puso su mano sobre mi hombro y me dijo:
-¿Ves aquella casita que está allí enfrente? Allí es donde yo “trabajo” las cosas de la religión. Si algún día tienes algún problema, pasa por allí y me encontrarás. Cuenta conmigo para lo que quieras.

Entonces yo, sacando fuerzas no sé de dónde, le dije con autoridad:
-Sí, usted consulta allí, pero sus santos están aquí en esta casa donde estamos ahora, pues los estoy percibiendo. ¿Usted es hija de Obbatalá, verdad?
-Sí, así es, contestó ella mirándome con ojos de asombro.
-Ahora debo marcharme. Que tenga una buena noche, dije yo y desaparecí.

TADEO

sábado, 10 de mayo de 2008

AUTOENTREVISTA


AUTOENTREVISTA

Dando por sentado que los escasos y casi siempre anónimos lectores de este blog, podrían estar interesados en leer alguna vez una entrevista realizada a mi persona, para así poder conocer algo más sobre mi vida y milagro, y en vista de que pasan los años y nadie se interesa por mí, he decidido jugar a entrevistarme, y de este modo celebrar la visita 3000 a este blog.

Tengo que reconocer que algunas de las preguntas que yo mismo me he hecho me han tomado por sorpresa. Aquí les dejo el resultado de esta entrevista unipersonal y loca donde las haya.

He citado a la hora del desayuno a uno de los tantos millones de blogueros activos que hay en el mundo, así que lo presentaremos como una de las tantas almas atormentadas que pululan por el ciberespacio. Él, TADEO, atentamente, y previo pago del desayuno, se ha dignado a contestar con la mayor sinceridad, nuestra batería de preguntas.

-¿Qué desea para desayunar?
-¿Va a pagar usted?
-Si.
-Pues de todos modos pediré lo mismo de siempre.
-¿Y qué es lo mismo de siempre?
-Un vaso grande de leche, con un chorrito de café. Si le parece poco, puede mandar a prepararme un par de hamburguesas dobles para llevarme y comerlas luego cuando me entre el hambre.

-¿Cómo se ve el mundo desde los ojos de un cubano que vive en España?
-El mundo lo veo exactamente igual que cuando estaba en Cuba. He ido a graduarme la vista y me han dicho que en los últimos 8 años no he perdido nada de visión.

-¿Cuál es su lema en la vida?
-La vida no es un camino de crecimiento material, tampoco es un camino de crecimiento intelectual. La vida es, por sobre todas las cosas, un camino de crecimiento espiritual.
-Uff, eso suena muy filosófico.
-Bueno, si quieres tengo otro lema que aprendí en mi barrio, allá en Cuba.
-Si va a llover que llueva, lo que no quiero es chin chin.

-¿Cuál es la cualidad que más valora?
-La capacidad de amar y perdonar al prójimo.

-¿Qué es lo primero que le mira a una mujer?
-Nunca doy por sentado que alguien que parece una mujer, lo sea realmente. Así que lo primero que hago con la mirada, es percatarme de que es realmente una mujer. Cuando ya me he convencido de que lo es, entonces lo primero que le miro son los ojos.

-¿Y qué es lo primero que una mujer le mira a usted?
-Eso pregúnteselo a ellas. Pero para ayudarte un poco, te diré que si vengo de frente, el trasero no será.

-Cuélguese una medalla.
-No tengo medallas para colgarme, pero si me das una me la cuelgo. No pasa nada, no soy alérgico ni al oro, ni a la plata ni al bronce.

-¿Qué rasgo de su apariencia cambiaría si pudiese?
-Para las entrevistas de trabajo y para pasar por las aduanas preferiría ser blanco. Para ir a las playas nudistas me quedo como estoy. Ah, y bueno, ya puestos, me haría los dientes. ¿Tendrás 6000 euros que me regales para eso?

-¿Cuál es el defecto propio que más deplora?
-El orgullo, la falta de humildad, pero procuro corregirme.

-¿Y tu mayor virtud?
-La capacidad de amar y perdonar al prójimo. Antes cuando me preguntaban esto, decía que la sinceridad.

-Si podría cambiar algo de este mundo, ¿qué cambiaría?
-Distribuiría más equitativamente la riqueza.

-¿En qué consiste la felicidad?
-La felicidad es un estado mental y emocional del ser. No tiene nada que ver con condicionantes externos, o tiene que ver, pero sólo cuando esos condicionantes externos activan en uno el mecanismo de la felicidad. Pero se puede activar sin estimulantes externos. Se puede llegar a la felicidad sin cambiar nada de lo exterior, y conseguirlo de este modo, es lo más fácil, y por tanto, más sabio.

-¿A qué le tiene miedo?
-A sacarme sangre, a las agujas, y al dolor físico en general.

-¿Qué le aburre?
-Yo no sé lo que es el aburrimiento. Nunca me he dicho: “No tengo nada que hacer” . Siempre estoy haciendo algo, mi mente no descansa.

-Dígame algo a lo que jamás renunciaría.
-Al amor, y que quede claro que no me refiero al sexo. Hablo de ese amor que nos lleva a abandonarlo todo, hasta a nuestra propia vida.

-¿Qué hecho histórico le hubiese gustado vivir?
-Pocos. Casi todos han sido dolorosos y sangrientos.

-Su comida y su bebida preferida.
-Aquélla que ha llegado a mí por sorpresa cuando más hambre y sed tenía.

-Un disco y una canción.
-La canción CALLEJÓN SIN LUZ, de Carlos Varela, de su disco SIETE, pero igual te pude haber dicho muchas otras. Puedo estar escuchando durante horas la canción HOTEL CALIFORNIA de The Eagles, u OH, MELANCOLÍA de Silvio Rodríguez, y así un montón de ellas.

-Una película.
-Me gusta mucho el cine. Podría mencionar muchas películas, pero le tengo un amor especial a la película EL ABUELO, de José Luis Garci, basada en la obra homónima de Benito Pérez Galdós.
Recuerdo que la vi por primera vez en la Habana, en pleno festival de cine. Salíamos corriendo de un cine y entrábamos al otro, en medio de un maratón cinematográfico increíble. Entré a ver EL ABUELO, y me quedé dormido, como a la media hora desperté y todavía tuve tiempo para emocionarme, disfrutar de su genialidad y hasta tuve tiempo para echarme a llorar con ella.


-Un libro.
-Muchos han marcado mi vida, pero para no decirte un libro de metafísica, que son los que más disfruto, te diré EL SIGLO DE LAS LUCES, de Alejo Carpentier.

-El libro que nunca has conseguido terminar.
-¿Por qué no me preguntas mejor, por el libro que he conseguido terminar? De todos modos, si te empeñas, te confieso que no he terminado ni el Quijote ni la Biblia.

-¿Cuál es su personaje de ficción preferido?
-No sigo mucho a los personajes de ficción. Pero por decirte uno, me atrae Neo, el del filme MATRIX.

-¿En la vida real tiene héroes?
-Todos los que han hecho algo por hacer de este mundo un sitio mejor, son mis héroes.

-¿De no ser lo que es, qué le hubiera gustado ser?
-Me gusta ser lo que soy, aunque no sé bien qué soy. Pero por decirte algo, me habría gustado ser músico profesional, tocar todos los instrumentos. Envidio mucho a los músicos.

-¿Dónde le gustaría dejar huella?
-De momento, sé donde no me gustaría. En la cocina de mi casa, cuando mi mujer acaba de limpiar el suelo.

-¿A quién le inflingiría dolor de tener la posibilidad?
-Al dolor.

-Un personaje célebre que hubiera querido ser.
-Hubiera preferido ser un personaje célibe.

-Su pasatiempo preferido.
-Ver pasar el tiempo. Y bueno, escribir poesía. También, y desde hoy, entrevistarme.

-¿Cuál es su domingo ideal?
-Pues aquel en que me despierto tarde con día espléndido de verano, mi suegra me hace paella de primero y pollo de segundo para almorzar, escribo dos buenos poemas durante la tarde, Rafa Nadal gana su partido, el Barcelona gana también, tengo dinero para llamar a Cuba y hablar con mi familia, luego, una contienda amatoria espléndida en el lecho nupcial, y que mi hija no nos despierte por la madrugada.

-¿Cuáles fueron las mejores vacaciones de su vida?
-Aquéllas en las que estando en el vientre de mi madre, toda la familia se fue 15 días a la playa de Guanabo, en la Habana. Por lo que me contaron, aquello estaba fabuloso. Y yo me sentía genial escuchando a través de la tripa de mi madre el ruido del mar.
Bueno, para no esquivar así la pregunta, diré que recuerdo con mucho amor, las vacaciones de mi adolescencia, cuando tenía 15,16,17, y también las vacaciones que me paso en Cuba cuando regreso a mi país. El reencuentro con tu gente es maravilloso. Ah, también fue de campeonato, el verano en que nos conocimos mi mujer y yo.

-¿Qué le sorprende de sí mismo?
-Acostumbro a sorprenderme más de los demás. Pero para no dejar esta pregunta sin respuesta, debo decir que me sorprende mi capacidad para sorprender a los demás.

-¿Cuál cree que es la virtud más sobrevalorada socialmente?
-Creo que hoy por hoy casi todas las grandes virtudes están subvaloradas. Nos dedicamos a sobrevalorar otras cosas.

-¿Qué talento le gustaría tener?
-Ya dije que el de la música. Pero en general admiro a todo aquél que sepa hacer algo que yo no sepa. Es decir, admiro a casi todos.

-¿Para qué se considera un AS?
-Bueno, yo más que un AS, me considero un caballo de copas.

-¿Y para qué, un negado?
-Para la mili (Servicio militar)

-¿Cuál es su posesión más valiosa?
-Mi mujer, mi hija, mis padres, hermanas, mi familia toda, mis amigos, mis enemigos, que no sé quienes son.

-¿Tiene algún apodo?
En la niñez un amigo de la familia me llamaba “Teta”, porque dicen que fue lo primero que dije, primero que mamá o papá. En la adolescencia algunos amigos me llamaban “Sóngoro”, porque en una prueba para entrar a cantar en una orquesta, elegí la canción Sóngoro Cosongo de mamey. También me llamaron "El príncipe", porque un amigo del instituto, cogió la manía de ayudarme a vestir al salir de la ducha. Algunos me han llamado también, “negro de m....”

-¿Cuáles son los defectos ajenos que les resulta más fácil disculpar?
-Pues esos que yo también tengo.

-¿Qué le hace reír?
-Las cosquillas. No me toque, que tengo muchas.

-¿Qué le hace llorar?
-Un ataque de risa.

-¿Qué es para usted un buen insulto?
Todos los insultos son malos.


-¿Cuál es su mayor extravagancia?
Posiblemente, autoentrevistarme. Bueno, una vez en la universidad le dije a una profesora que yo no respondía a sus preguntas en clase, porque mi novia no quería verme hablando con otras mujeres.

-Un vicio que no piensa dejar.
Yo he dejado todos los vicios, menos las mujeres, que no tuve que dejarlas. Ellas siempre me dejaron a mí.

-¿Hay algo que aún no haya hecho y que verdaderamente le gustaría hacer?
-Muchas cosas hay que no he hecho, pero no te las digo porque casi todas van en contra de la moral cristiana y de la santa institución del matrimonio.
Hablando en serio, no me gusta atormentarme con lo que no he hecho. Me propongo hacer algo, y le dedico toda mi energía a llevarlo a cabo. Luego, una vez que lo he conseguido, me preocupo por alcanzar una nueva meta, que la elijo en el momento en que he dejado atrás la meta antes propuesta.
Ahora mismo estoy armando un libro de sonetos que va a tener 306 sonetos.

-Una tarea de hogar que verdaderamente disfrute.
-Llevar a mi hija al colegio. ¿Te sirve esta? Bueno, también me gusta que la lavadora lave.

-¿Por qué le echan la bronca en casa?
Por muchas cosas, por dejar las luces encendidas, la casa regada, por pasarme horas y horas en el ordenador...

-¿Cómo se relaja?
-Durmiendo 8 horas, haciendo yoga, haciendo el amor...

-Nunca sale a la calle sin...
-Sin ropa, pero bueno, todavía estoy a tiempo.

-Dígame una locura que hizo por amor.
-Dejar mi primera carrera universitaria (Ingeniería Industrial). Bueno, la dejé por amor, y porque ya no soportaba el cálculo matemático, la resistencia de materiales, el dibujo técnico, el álgebra, la computación...

-¿Cómo le gustaría morir?
-Aburrido de la vida. Y como vivir me aburre tan poco...

-¿En qué ocasiones miente?
-Pocas veces miento, casi nunca. A veces tengo que hacerlo cuando un buen amigo me ha pedido que le guarde un secreto. No me gusta mentirme a mí mismo, y tampoco a los demás.

-¿Quién te gustaría que leyera esta entrevista?
-Todo aquel que pase por el blog y sepa leer, y bueno, también esas personas deseosas de apadrinar a un pobre diablo sin recursos.


-Finalmente,¿nos cuenta alguna anécdota que nos ayude a conocerle mejor?
-Cuando llegué a España por primera vez, mi mujer me preguntó: “¿A dónde quieres que te lleve, qué deseas hacer?” Mi respuesta fue: “Llévame a conocer a alguien”.

TADEO

sábado, 3 de mayo de 2008

EL ESPÍRITU DE MI ABUELA


EL ESPÍRITU DE MI ABUELA

Mi familia tiene la costumbre de realizar dos grandes sesiones espiritistas al año. Una, al finalizar el año, sobre los días 22 o 24 de diciembre, para que los muertos nos hagan sus ya tradicionales recomendaciones para recibir el año que se avecina, y otra, seis meses después para que la familia viva, intercambie impresiones con la familia difunta.

Dichas sesiones espiritistas siempre son emocionantes e inesperadas, pues nunca puedes saber a ciencia cierta qué espíritus se presentarán, qué revelaciones nos dejarán, cómo van a interpretar los muertos el camino seguido por los vivos durante ese período de tiempo. Por tanto, todas y cada una de ellas, resultan memorables.

Sin embargo, hoy quiero hacer referencia a una de ellas en que ocurrió algo muy especial. El espíritu de mi abuelo se presentó como siempre, jaranero, dicharachero, pero nos dijo algo con lo que no contábamos. Nos dijo:
“Hoy no llamen a mi esposa Fifi, porque no va a poder venir. Ella ha tenido que ir a México de urgencia a salvar una vida”. A todos nos extrañó aquel mensaje, pero nadie se atrevió a pedir más detalles.

Unos meses después, me encontraba en la residencia estudiantil de la Universidad de la Habana, cuando de pronto, se sintieron gritos en la carretera que pasaba justo detrás de los edificios ocupados por los estudiantes universitarios.

Nosotros estábamos viendo la tele, y al percatarnos de la algarabía, salimos corriendo para ver qué pasaba. Resultó ser que dos vecinos del barrio, se habían liado a golpes y nadie quería perderse la pelea. Como el escenario de aquella batalla callejera se desplazaba, la gente iba abandonando los pasos de escalera más distantes a la pelea, para sumarse a aquéllos más próximos, y por consiguiente, con mejor ángulo de visión.

En medio de ese caos de personas que dentro de la residencia estudiantil iban y venían, me tropecé yo con Gabriel. Nos quedamos así frente a frente un instante sin poder movernos porque tantas personas nos pasaban por al lado, que ambos nos obstaculizábamos el camino mutuamente. Tan raro resultó aquel encuentro fortuito, que yo, para romper el hielo, decidí hablarle:

-¿Tú eres uno de esos chicos mexicanos que viene al evento de simulación de las Naciones Unidas?
-Sí, respondió él.
-Ah, pues mira, yo soy el chico cubano que va a hacer las funciones de Secretario de la Asamblea General, le comenté.
Entonces, él con ojos de sorpresa y de admiración, me tomó de la mano y me dijo:
-Ven, conmigo, que te quiero presentar al resto de los amigos mexicanos.

Por esos días la beca estaba dando albergue a 23 estudiantes mexicanos de uno de los institutos más importantes de aquel país. Eran chicos casi todos de la ciudad de Cuernavaca, Morelos.
El evento en cuestión consistía en una simulación de los diferentes grupos de trabajo de las Naciones Unidas. Para participar por la parte cubana, habían sido convocados a los mejores estudiantes de la Universidad de la Habana, de las carreras de humanidades, los cuales fungirían como delegados de los diferentes países que integran dicha prestigiosa organización.

Sin comerlo ni beberlo, me vi involucrado en aquel evento, y no sólo involucrado, sino que metido hasta las cejas, pues me habían dado el cargo de Secretario de la Asamblea General, y, por tanto, los mexicanos me querían conocer.

Así que de la mano de Gabriel (he decidido ocultar el verdadero nombre de este chico por razones que luego comprenderán) me vi ante todos aquellos jóvenes mexicanos muy simpáticos y agradables. Hablamos un poco de nosotros, y luego me retiré de allí muy sorprendido.

Desde entonces Gabriel no se me despegaba. Hicimos una amistad increíble y disfrutamos mucho de nuestra mutua compañía y de nuestra florida conversación. Hablábamos de mil cosas. Yo aprendía de México, la tierra de mi abuela, desde sus ojos, y él aprendía de Cuba desde mis palabras.

Hasta aquí, todo muy bien. Pero, de repente, las palabras de Gabriel dejaron de transitar por los causes lógicos y esperados. Empezó a contarme una curiosa historia que nada tenía que ver con los temas que habíamos tratado hasta ese momento. Una amiga suya había salvado milagrosamente la vida. Luego, los médicos no daban crédito de su milagrosa recuperación.

Antes de decidirme a colgar en el blog esta historia, le pedí autorización a la amiga de Gabriel, para contarla, y ella se negó en redondo, así que no me extenderé en este particular ni daré ninguna pista que permita localizarla o saber quién es.

Gabriel, después de contarme aquella rocambolesca historia, me pidió que le escribiera una carta a su amiga. Yo no entendía nada.
¿Cómo desembocó nuestra conversación sobre el muralismo mexicano, y las opciones políticas del PRI, (Partido Revolucionario Institucional) en esta historia de amigas que salvaron la vida milagrosamente? Y tan curioso o más, ¿Por qué este chico que apenas me conocía, me pidió que le escribiera a su amiga?

Esta última pregunta se la hice a Gabriel y me dijo que pensaba que una persona como yo, tendría cosas buenas que decirle a una amiga como la suya.

Sin entender demasiado lo que estaba ocurriendo, me senté a escribir una carta para esta chica desconocida sin saber muy bien por donde empezar. No había escrito mucho, cuando empecé a sentirme mal. No era capaz de escribir lo que yo quería. Mi mente iba por un sitio, y mi mano por otro. Empecé a sospechar que estaba bajo la influencia de un espíritu que me hacía escribir aquello que estaba escribiendo y que no salía de mi conciencia.

Fui donde mis caracoles y usándolos como oráculo, pregunté qué estaba pasando, y así comprobé que efectivamente se trataba de un espíritu, y más concretamente, el espíritu de mi abuela.

Enseguida lo comprendí todo. Mi abuela quería comunicarse con aquella muchacha que no era otra que la persona a quien ella misma había salvado la vida cuando el destino la puso ante una muerte casi inminente. (Ya expliqué que ella misma me ha prohibido contar más)

Aquella carta que escribí, la leía al día siguiente todo extrañado porque no tenía nada que ver con un texto salido de mi cabeza. Tanto fue así, que decidí, ya en posesión de mi ego, escribir una nueva carta para aquella chica, pero esta vez dispuesto a hablarle desde mi personalidad.

Así lo hice. Metí en el sobre mi carta, y también la carta mensaje de mi abuela que yo mismo, como un médium escribiente, había recibido. Aquel mensaje se lo envié a mi madre, pues ella atesora un cuaderno de mensajes recibidos de esa misma manera, dictados por espíritus, y que le sirven como manual de crecimiento espiritual.

Hay una frase de aquel mensaje que yo recibí de mi abuela, que no olvidaré nunca, porque a mi madre le gustó mucho y siempre la está repitiendo:

AMA, Y ENSEÑA A AMAR
PERDONA, Y ENSEÑA A PERDONAR
QUE LOS QUE AMAN Y PERDONAN
VERÁN A DIOS.

Mi amistad con Gabriel se ha diluido. Hace mucho tiempo que no sé nada de él. Sin embargo, esta chica, sana y salva hoy gracias a la intervención del espíritu de mi abuela, chatea todos los días conmigo y somos excelentes amigos.
TADEO