sábado, 18 de abril de 2009

EN BUSCA DEL ALMA GEMELA


EN BUSCA DEL ALMA GEMELA

Hace unos meses le dediqué una entrada al apasionante tema de las almas gemelas. Hoy vuelvo a la carga con ideas nuevas que se contradicen un poco con las que expresé en su día. ¿Cómo es posible? Pues yo soy el primer sorprendido.

Lo cierto es que la vida me ha ido llevando a fabricar en mi cabeza una nueva manera de entender este tema, y me da una alegría inmensa cuando siento que mi pensamiento evoluciona. Nadie se asombrará entonces que trate de enmendar mis palabras anteriores con este nuevo texto.

En mi escrito anterior, decía que el alma gemela era un ser con quien teníamos una afinidad increíble, que era como nuestra mitad, un ser casi idéntico a nosotros en todo, y que por tanto, sentíamos hacia él una atracción increíble.

También decía que nuestro sistema espiritual, los espíritus guías que nos protegen, nos alejaban del alma gemela y nos acercaban a otros seres en relaciones sentimentales y de otro tipo, con el fin de que aprendiéramos lecciones como el perdón, y otras, imposibles de aprender al lado de nuestras almas gemelas.

Bueno, como bien les decía, a partir de reflexiones que he hecho, motivadas por conversaciones que he tenido con personas interesadas en este tema, he llegado a formarme una visión un tanto divergente de todo lo que anteriormente llegué a plantearles. Trataré de hacerme entender.

Comencemos por el principio. La gran explosión, el Big Bang que convirtió la antimateria en materia a través de complejas transformaciones energéticas. En ese ciclo que se dio durante eones, es decir, durante un tiempo inmensamente grande y siempre en forma de espiral con avances y retrocesos relativos, llegamos a la aparición de las formas materiales más densas.

Yo no sé si en ese proceso en el que la antimateria se convirtió en materia, apareció la vida, y si existieron seres humanos. Lo desconozco. Un buen amigo dice que pudiera ser, pero la verdad es que no he encontrado nunca ningún texto que lo asegure.

Ahora bien, en el ciclo inverso, es decir en el ciclo de retroceso desde las formas materiales más densas hasta retornar todo al punto de partida, es decir, al punto en que todo desaparece para volver a ser antimateria, apareció la vida.

Las formas de vida, como todos sabemos, se han ido sublimando hasta llegar a la aparición del ser humano, y del mismo modo en que los animales han superado en perfección a las plantas y los seres humanos hemos superado en perfección a los animales, la raza humana será también superada por una raza de seres con una conciencia más cercana a la conciencia de Dios, o simplemente con una conciencia más cercana a esa realidad desconocida que es la antimateria.

Dicho todo esto, comienzo a hablar de las almas gemelas. Parece ser que en el principio, éramos unidades colectivas que se fueron separando y separando, y parece ser que en un momento de ese ciclo, éramos una unidad que explotó y nos dividimos en dos. Dos partes, no necesariamente idénticas, pero dos partes de un todo. Cada una de esas partes salió disparada en dirección opuesta y se polarizó de manera diferente. Y cada una de esas partes dio origen a un ser humano.

Ese ser humano, con una polaridad determinada, llamémosle por ejemplo, polaridad positiva, siente atracción por esas otras personas de polaridad positiva. Esa persona puede encontrarse a lo largo de su vida a una persona muy parecida a él, en cuanto a su pensamiento y en cuanto a su alma, y sentir atracción. Cuando se está ante una persona de la misma polaridad, y de un alma muy afín, se establece enseguida un vínculo, una unión, un estado muy agradable para el ser. Nos produce este encuentro un estado de placer espiritual muy grande.

Ahora bien, ¿estamos en tales casos, en presencia de nuestra alma gemela? Todo parece indicar que no.

Si a ese otro ser que se formó de nuestro mismo principio espiritual y que nos complementaría a la perfección decidimos llamarle ALMA GEMELA, entonces esa otra alma afín de polaridad idéntica a la nuestra, no lo es, no podría serlo.
Sin embargo, creo que debido al nivel de evolución actual de la conciencia del ser humano, buscamos más que nuestra verdadera ALMA GEMELA, ese ser de polaridad similar a la nuestra que nos resulta atractivo por lo idéntico, sin darnos cuenta que ese ser que fue uno con nosotros, no puede ser idéntico, porque de hecho, ese ser complementario, tiene que mostrar por lógica, una polaridad diametralmente opuesta a la nuestra.

Las relaciones que se establecen entre personas parecidas y de igual polaridad, yo las denomino, RELACIONES DE COMPENSACIÓN, porque producen una especie de compensación en el alma del ser humano que las disfruta.

Las relaciones que se establecen entre personas parecidas, pero de polaridad distinta, yo las denomino, RELACIONES DE ESFUERZO, porque aunque existe una energía poderosa que acerca a estas dos personas, que es la misma energía que acerca al universo a su fin, es decir, al punto de unión de todo en la antimateria, las mentes de estas personas sienten contrariedad porque ven en el otro, más que similitudes, diferencias.

Creo que todos nosotros, observando nuestras propias experiencias sentimentales, podríamos clasificarlas en relaciones de Compensación o relaciones de Esfuerzo.


LAS RELACIONES DE COMPENSACIÓN: Son aquellas que se establecen entre personas afines y de igual polaridad. Estas personas sienten que se entienden desde la mente y desde el corazón. Aquí la atracción se produce por afinidad.
LAS RELACIONES DE ESFUERZO: Son aquellas que se establecen entre personas afines de polaridad contraria. Estas personas sienten una fuerza inexplicable para la razón que los empuja el uno al otro. Aquí la atracción se produce por la existencia de polos opuestos.

Entre los seres humanos que habitan el planeta ahora mismo, encontramos por doquier tanto relaciones de esfuerzo como relaciones de compensación. Incluso, puede que muchos de nosotros hayamos probado los dos tipos de relaciones. Sin dudas, ambas tienen sus ventajas y sus desventajas.

Cuando estamos viviendo en medio de una relación de compensación todo transita en medio de una paz increíble, y el nivel de comprensión entre ambos es idóneo. Esto puede resultar muy placentero, pero al mismo tiempo, uno tiene la sensación de que la otra persona es más un hermano espiritual, que el complemento verdadero, aunque en muchos aspectos de la vida, esa persona resulte una compañía ideal.

Cuando estamos viviendo en medio de una relación de esfuerzo, todo transita en medio de un ambiente más tenso y da la sensación de que se establece una especie de lucha por el poder que muchas veces termina con la repartición de las áreas de influencia, es decir, se llega a pactar con la otra persona, por el bien de la relación en sí misma. Ahora bien, aunque desde la mente este tipo de relación pueda parecer más cansada, la verdad es que la misma diferencia produce una fuerza de atracción que entre dos enamorados se convierte en fuego, en intensidad, en pasión.

Aunque a lo largo de nuestras encarnaciones sucesivas, podemos tener muchísimas relaciones de esfuerzo y compensación, intuyo que siempre en cada nueva venida a la tierra, tendremos con esa alma gemela de polaridad contraria a la nuestra un encuentro, y de ese encuentro debe surgir una relación de esfuerzo.

Cada relación de esfuerzo que tengamos a lo largo de nuestra vida, nos preparará para asumir la relación de esfuerzo final, que es aquella que nos unirá definitivamente a nuestra ALMA GEMELA.

En la medida en que nos acerquemos al fin de los tiempos, tanto el entorno social en el que nos desarrollaremos, como nosotros mismos, (me refiero a nuestro nivel de desarrollo espiritual), iremos quedando en mejores condiciones de tener con esta media naranja de polaridad contraria, una relación cada vez más armoniosa para al final, encontrar en ella la conexión perfecta, el vínculo de amor superior a cualquier otro vínculo de amor.

Ahora bien, en el momento evolutivo espiritual en que nos encontramos hoy, lo más probable es que nuestra alma gemela tenga con nosotros, relaciones que distarán mucho de ese vínculo que tendremos con ella en el futuro. Incluso, no es descabellado pensar que una persona podría llegar incluso, a acabar con la vida de su alma gemela. Quizás esto nos ayude a comprender eso que tantas veces hemos escuchado decir, y es que del amor al odio sólo hay un paso.
TADEO