lunes, 23 de febrero de 2009

CARTA ABIERTA AL SUICIDA ANÓNIMO


CARTA ABIERTA AL SUICIDA ANÓNIMO

Hola Anónimo:

Perdona que haya demorado tanto para contestarte. Es que no había visto tu comentario. Lo he visto hoy y en cuanto he podido me siento a responderte con la ilusión de que mis palabras puedan mantener en duda tu idea de quitarte la vida. Ojalá que no lo hagas.

Iré respondiendo sobre tus palabras para que así me sea más fácil a mí abordar los temas que mencionas, y para que te sea más fácil a ti entender de qué estoy hablando. Las letras irán en diferente color para que no haya dudas entre lo que dices tú y lo que digo yo.

Lo primero decir que soy una de esas personas que tiene claro que se van a suicidar en breve, que aún no lo ha hecho por diversas causas pero que ya está muerta por dentro.
Es cruel...Muy cruel lo que cuentas...

Dices que estás muerta por dentro. Creo entender a qué te refieres. Todos necesitamos encontrarle un sentido a la vida, y desde luego, parece que en tu caso, no es así. Que Dios ponga luces en tu cabeza para que encuentres ese sentido, o al menos que no te haga encontrar el sentido de la vida en la muerte, porque eso es un sin sentido en sí mismo. Si estás en un punto en el que no entiendes nada, por lo menos date cuenta de que has venido a la tierra, y si has venido, ha sido por la voluntad de Dios. Dios te quiere aquí, y seguramente te está dando una oportunidad para adelantar en tu camino de crecimiento.

Mira, puede ser que ya te hayas suicidado en otras vidas. Más abajo te cuestionas la bondad de Dios. Dios sí es justo, porque te manda a la tierra con un nuevo cuerpo para que lo cuides y te salves del pecado del suicidio.
No puedes decir que Dios es malo. Pocos padres son tan bondadosos como él, pues te da un cuerpo y tú lo rompes. Él te da otro, y tú lo rompes también. Te da otro, y tú lo rompes también y así sucesivamente.
¿De veras crees que puedes pararte ante Dios a decirle que él es malo? ¿No crees que deberías cuestionarte tú lo que estás haciendo?
Dios no te está pidiendo mucho. Posiblemente sólo te esté pidiendo que te salgas de esa cadena de suicidios que pesa sobre ti. Claro está, hubo motivos en otras vidas que te llevaron al suicidio, y esas causas se tienen que repetir. No porque Dios sea malo, no porque sea un capricho suyo, sino porque son cosas que tú mismo atraes con tu energía.
Todos recogemos lo que sembramos, y para tener una vida más cómoda, tendremos que dedicarnos en esta vida a sembrar un buen karma para recoger esa cosecha en la vida siguiente. Si siembras suicidio, recogerás suicidio, y no es que Dios se haya encaprichado en darte eso, pues el suicidio sólo tú te lo has acercado, y sólo tú te puedes alejar de él. Dios es tan bueno, que te da la libertad para que conduzcas tu vida a donde quieras, pero tendrás que ser responsable para hacer un buen uso de esa libertad.

Estoy leyendo lo mismo en varios sitios.Básicamente se viene a decir que las almas de los suicidas no descansan en el Más Allá y que sufren infinitos tormentos muy superiores a los que en vida les llevaron al suicidio.

Bueno, yo no diré que los suicidas sufren más allí que aquí en la tierra. Lo que yo diré es que el suicidio no te va a salvar de tus problemas. Tendrás los mismos problemas y uno más, que es el haber tirado por la borda la oportunidad que se te dio para romper la cadena que te llevó al suicidio.
¿Entonces para qué suicidarse? Habrás perdido el tiempo, una vida, un cuerpo, un tiempo precioso.
Dios ha querido ser bueno contigo. Te ha dado una nueva oportunidad, y tú le das la espalda porque te quitas la vida, posiblemente otra vez. Dios no es el malo, él hace lo que tiene que hacer, que es darte otra oportunidad.
Pero es que Dios no es una persona, Dios es una ley, una ley que no se puede violar. La fuerza de la gravedad nos atrae a todos los cuerpos hacia la tierra con una fuerza estándar para todos. En el mundo de los humanos no hay nunca tanta justicia, porque siempre hay privilegiados, pero las leyes de la naturaleza, que son las leyes de Dios, son verdaderamente justas.
Dios no puede hacer una excepción contigo. ¿Por qué tendría que hacerlo? Tú has vivido otras vidas, y seguramente nadie es más responsable que tú de los enredos de tu vida.
Incluso, digo más. Para Dios lo importante es tu alma. Tú alma será puesta en la balanza y lo que importará será tu capacidad de amar y perdonar, el amor que has echado fuera de ti, y los sentimientos y pensamientos negativos y positivos que has echado fuera de ti. Lo demás no va a importar. De lo demás no se hablará el día del juicio final.


He leído incluso que hay un plan divino para cada persona y que cada cual tiene una especie de fecha de caducidad.

Hay un plan divino, pero, al menos lo que yo creo, es que dicho plan consiste en hacer regresar todo lo creado, a su punto inicial. Dicho de otro modo, todo lo que ha surgido del espíritu puro, volverá a ser espíritu puro. De hecho, creo que el ser humano es un escalón intermedio en ese camino en el que la materia en su forma más densa, regresa al espíritu.
Ese es el plan. Hay energías que te empujan a espiritualizarte. No es un tema de fecha de caducidad. Todo cambia y es cierto que el ciclo tiene su tiempo, que es a su vez, un tiempo relativo, porque en términos absolutos, este ciclo que convierte al espíritu en materia y la materia en espíritu, es infinito, no se termina nunca.
Llegará un momento en que el planeta o la misma humanidad, se desprenderá de sus hijos que no han alcanzado el grado evolutivo necesario para seguir siendo compatibles con el planeta. Esos seres irán a vivir a planetas más atrasados que la tierra y allí serán recibidos como grandes seres. Tendrán que ocuparse de desarrollar esos mundos.

Si se mata antes de su hora se pasa esos años en la tumba sufriendo hasta que llega la hora en la que debió de morir.

No se pasan esos años en la tumba. Tu alma pasaría al plano astral, pero es cierto que estaríamos hablando de un alma no preparada para estar allí, y por tanto, no sería igual que llegar allí cuando tu ciclo vital ha concluido. Es un tema de masa, de peso, de vibraciones. El alma del suicida carga con pensamientos y emociones muy negativas. Eso pesa mucho, es como un ancla que te tira al fondo del pozo del plano astral. Por tanto, no es que te castiguen a estar en un lugar inmundo, es que el peso de tus propios pensamientos y sentimientos te arrastran a ese lugar. Cuando se muere de muerte natural, se puede estar tan mal como lo puede estar el suicida, pero desde luego, el que se suicida, sí que es casi imposible que pase bien al otro plano.

Luego va a algo parecido al purgatorio donde espíritus malvados le hacen sufrir hasta lo indecible.

Bueno, de esto no sé qué decirte, pero lo que sí te puedo decir es que los suicidas no van al purgatorio, ellos van a un subplano del plano astral que podríamos llamar Infierno.

Por último es "rescatado" y obligado a volver a la vida para retomarlo donde lo había dejado, volviendo a sufrir a ver si esta vez aguanta sin matarse hasta que llegue su hora.Cosas así se cuentan por ejemplo aquí:http://www.akardec.com/?p=522&cpage=1Es una de las cosas más espantosas, crueles y sádicas que he ido nunca.

Amigo, lo de regresar a la tierra a vivir una vida terrible, triste, te puede parecer terrible. Puede que a alguna mujer le pueda parecer terrible tener que parir los hijos del modo en que tiene que hacerlo, pero bueno, así es la vida. Todo tiene sus peculiaridades.
Sí te digo, ojalá que en la vida siempre tuviéramos la oportunidad de resarcir nuestros errores. Muchos quisiéramos tener una segunda oportunidad, y casi nunca se tiene esa segunda oportunidad. Muchos dicen que el tren sólo pasa una sola vez.
Pues fíjate si Dios es Amor, que él te da nuevas oportunidades para que resuelvas tus problemas, para que puedas enmendar tus errores, pero lo que no puede hacer él, es librarte de tus sufrimientos. Es que de hecho, los sufrimientos no es que existan, sólo existen dentro de ti.
No es que él te haga sufrir. El sufrimiento, como la alegría, es tuyo. Nadie puede hacerte sufrir ni hacerte gozar en una determinada proporción. Eso es algo personal.
Luego te digo que el sufrimiento viene del desconocimiento de la ley de Dios. Cuando se entiende la Ley de Dios, uno deja de sufrir, o al menos, deja de pensar que Dios es injusto. Por el contrario, uno se maravilla de la perfección de la ley.
También te digo que Dios te ayudará a que no te quites la vida. Puede que te haga llegar a un blog donde alguien te dé ciertas explicaciones, pero lo que no va a poder hacer es, quitarte tus pruebas. Hay cosas por las que tienes que pasar porque te tocan, y si te tocan, puedes estar convencido de que algo bueno sacarás de dicha vivencia.
Y otra cosa que debes saber es que Dios no te da nunca la cruz más pesada, te da siempre la cruz que te mereces, y esa cruz es siempre la más ligera de las cruces.


O sea, que el mismo Dios que en vida te castiga, que te proporciona un sufrimiento tan insoportable que te lleva a quitarte la vida, en el Más Allá te vuelve a castigar aún más...

No debes decir que Dios te castiga, porque él no castiga a nadie. Decir que Dios te castiga es como decir que el fuego es malo porque te puede matar. Lo cierto es que puedes morir en un incendio, pero no por eso se puede decir que el fuego es malo. También podrías morir ahogado en el mar, y no por eso el mar es malo.
A veces vemos a Dios como malo, del mismo modo en que podemos pensar que el mar es malo porque ha matado a nuestros padres en un naufragio. No, puede que lo veas así cegado por el dolor, pero es sólo porque el dolor y la ofuscación te ciega, pero en cuanto te pones a pensar, descubres que el mar nos dio la vida y que es maravilloso que exista, pues hasta nos da de comer.

Pero es que ese Dios no tiene misericordia ???Es que no hay paz para nosotros ni aquí ni allí ??? Nunca ???

Amigo, Dios es todo justicia y todo amor. Dios es una gran ley objetiva inviolable y en eso radica su grandeza. La paz de la que hablas es una estado mental del ser. Es un estado que no depende de las cosas externas. Quien no esté preparado para sentir esa paz en el alma, no la sentirá, incluso teniendo la tercera parte de los problemas que tú tienes, y sino, mira a tu alrededor. Habrán personas tan abatidas como tú, que no tendrán ni el 10% de los problemas que tú dices tener. Todo está en la mente. No en lo exterior.


Dice la Biblia aquello de las bienaventuranzas.Los que tengan sed y hambre en este mundo, en el otro se hartarán de beber y comer.Los que en este mundo son esclavizados en el otro serán libres...Etc...

Ten mucho cuidado con lo que dicen las escrituras. Mira, en principio lo que dicen las escrituras es que todo lo que es bueno en el plano material, es malo en el plano espiritual. Es lo mismo que dijo Jesús cuando dijo que primero entraría un camello por el ojo de una aguja, que un rico en el reino de Dios.
La riqueza casi siempre produce en los seres humanos sentimientos y pensamientos muy pesados, como la codicia, la avaricia, el desprecio hacia los demás seres, el orgullo, la soberbia. Por eso es que muchos ricos no van al cielo, porque cuando mueren, tienen que lidiar con todos esos pensamientos y sentimientos negativos. Y luego, esos seres son famosos y cargan con los odios y las envidias de los demás, que son cosas que también caen sobre ellos, por eso tener riqueza es una prueba dura de pasar bien en el plano físico.
Y es por eso que tener poco en la tierra, ayuda mucho luego en los planos espirituales, porque pasas a ese plano sin apenas apegos materiales. Por eso las escrituras dicen eso que tú has copiado, que el que tenga sed y hambre en este mundo, en el otro mundo, no es que se hartará de beber y comer, es que en el otro mundo no sufrirá por el apego a la comida y a la bebida. Comer y beber no podrán en ese otro plano, porque comer y beber es propio del cuerpo físico y del plano físico. Tus vehículos espirituales ni comen ni beben, sólo lo hace tu cuerpo físico.

Y ahora resulta que los que sufren más que todos esos, los que sufren tanto dolor que no soportan más la vida en vez de ser recibidos con unos amorosos brazos en el Cielo son enviados a un Purgatorio a sufrir más y a ser almas en pena que vagan en el inframundo penando de dolor...

Todos somos hijos de Dios. Dios quiere por igual a todos sus hijos, nunca a unos más que a otros, aunque sí es cierto que tiene un especial interés por sus hijos más desgraciados, por esos que más sufren.
Hay personas en la tierra que han llegado a tener un grado de crecimiento espiritual tal, que se ocupan de los sufrimientos y problemas del prójimo, mientras que esas personas débiles y sufrientes, sólo se ocupan de ellos mismos de manera egoísta.
No sufre más quien más problemas tiene. Todos tenemos problemas y el grado de sufrimiento es un tema de cada uno. Luego te digo que a unos nos duele más una cosa, y a otros nos duele más otra. A todos nos toca pasar en la tierra por situaciones duras. Son las pruebas de nuestras sucesivas existencias.
Pero tú preocúpate por tener buenos sentimientos y por tener buenos pensamientos. Si lo haces, seguramente tu karma mejorará considerablemente, pero es algo que hay que hacer, porque sólo recoge la cosecha, aquel que se ha puesto a sembrarla antes. Si te pasas la vida quejándote porque la tierra está árida, y no la trabajas, jamás tendrás frutos de dicha tierra.

Que alguien me lo explique...Dice el refrán: Dios aprieta pero no ahoga.Y una mierda !!!Por lo visto Dios aprieta hasta ahogar a algunas personas y después de ahogarlas sigue apretándolas y ahogándolas en el más allá.Qué clase de Dios cruel y sádico es ese ???No son quienes se suicidan los que más ayuda merecen ???Estamos condenados ???Hemos de ser unos miserables destinados a sufrir aquí y ahora, obligados a sufrir más en el Más Allá y si existe la reencarnación volver a sufrir en las siguientes vidas ???Por qué ???Qué puta mierda es esta ???

Dios no te pide más nada que amor para tu prójimo y perdón para quienes te ofenden. Eso lo puedes hacer en cualquier situación. Nunca te dejará Dios imposibilitado de crecer en el plano espiritual. Dios no te ha pedido que te hagas millonario ni famoso.
No te pide triunfos en el plano material. Sólo te pide amor, y perdón para los que te hacen daño. Estoy seguro de que eso lo puedes conseguir aún estés como estés.
Bueno, amigo, creo que ya he respondido a todas tus interrogantes. Ahora atrévete a vivir, a enfrentarte a tu mal karma, y a hollar la tierra que pisan tus pies. Fabrícate una buena vida para tu encarnación siguiente y mejora esta todo lo que puedas desde ahora.
Si te suicidas, (no olvides que pudiste haberlo hecho ya en otras vidas) no le pidas más a Dios de lo que él te puede dar, pues él te da y te ha dado siempre todo lo que tú necesitas para superar tus problemas, te da un nuevo cuerpo y siempre te deja puertas abiertas y herramientas para salir adelante. Sólo tienes que mirar a tu alrededor.
Piensa un poquito. Si estoy en una heladería comprándome un helado, y vienes tú y me dices:
“Señor, sea bueno conmigo que no tengo dinero, cómpreme un helado”. Y yo te compro un helado y tú lo tiras al suelo intencionadamente y luego me pides otro helado ¿Qué debo hacer yo?
Pues según la ley de los hombres, todos dirían.
Amigo, que te den. Si tiraste el helado que te he dado, pues ahora te jodes.
Bueno, Dios es mejor que los hombres, demuestra su divinidad regalándote otro helado, y si lo vuelves a tirar en su cara, él se sonríe y te pone amorosamente un nuevo helado.
No digas que Dios no es justo y bueno. Nadie haría eso por ti más que Dios.

TADEO

jueves, 19 de febrero de 2009

LA ENERGÍA DEL AMOR


LA ENERGÍA DEL AMOR

Dicen algunos entendidos, que los seres humanos no somos conscientes de la fuerza que tiene esa energía que llamamos AMOR. Dicen que si seríamos conscientes del poder real del amor, le dedicaríamos más tiempo a sacar de nosotros esta energía usando para ello, fundamentalmente nuestros cuerpos mental y emocional.

Algún día la ciencia descubrirá un mecanismo para medir esta energía, la aprenderán a utilizar en bien de la humanidad, tal vez hasta la aprendan a almacenar y por ese camino, vaya usted a saber hasta donde llegaremos.

Un día seremos conscientes de que eso que tantas veces hemos escuchado de que el AMOR es la fuerza que mueve la tierra, es una gran verdad. A lo mejor ese día la ciencia decide no llamarle amor, sino ponerle un nombre más “serio” y más propio del ámbito científico, pero no será otra cosa que el amor de toda la vida.

Lo mejor es que todos podemos amar y todos amamos a nuestra manera. Los árboles aman, los animales lo hacen también, y los seres humanos también lo hacemos.

Si estoy escribiendo estas palabras, es porque hoy he vuelto a encontrarme en la red a alguien que aconsejaba no amar para conseguir escapar del dolor.

Hay personas que han descubierto que existe una relación directa entre el amor y el dolor. Cuando el amor nos invade y es armonioso y correspondido, nos hace sentir felices y luminosos. La energía que sale de nosotros es hermosa y fuerte.

Sin embargo, cuando el amor se rompe, nos hunde en un pozo negro que nos hace ser muy infelices. Tan doloroso e incómodo puede llegar a ser esta ruptura, que podríamos considerarlo como una verdadera catástrofe emocional.

Algunas personas han salido de estos pozos tan heridos, que se han prometido no volver a caer en la trampa del amor. De ese modo, han dejado de producir esta energía.

No sé si hacerlo nos salva de veras del dolor. Yo lo dudo. Pero en todo caso sí sé que no amar, nos convierte en seres fundidos, acabados, inoperantes, inservibles, porque el universo necesita de dicha energía para funcionar de manera positiva y sana.

He conocido a personas que ante el concepto metafísico que reza:

TODO ESTÁ EN TODO
han hecho la siguiente reflexión:

Sí Todo está en Todo, si todo es lo mismo, si yo soy todo, y todo soy yo, entonces yo me ocuparé por darme amor a mí mismo, de ayudarme a mí mismo, de preocuparme por mí mismo, y de ese modo, estaré haciendo por los demás, de ese modo estaré haciendo por todos.

A mi modo de ver, esta interpretación deja a la vista, la falta de sensibilidad espiritual de estas personas, la falta de crecimiento de sus almas.

La manera correcta de interpretar dicho concepto es el siguiente:

Si Todo está en Todo, si yo soy todo y todo soy yo, entonces yo me ocuparé de amarlo todo, me ocuparé de ayudar a los demás, y de ese modo, me estaré amando a mí mismo, y me estaré ayudando a mí mismo.

Aquella persona que es capaz de entender esto, aquella persona que es capaz de debilitar de este modo su personalidad, estará dando un paso muy importante en el camino del crecimiento espiritual.

Todos somos células del cuerpo de Dios, o lo que es lo mismo, células del cuerpo del Todo. Por tanto, debemos entender que la manera correcta de existir es defenderlo todo, como una célula de cualquier cuerpo, defendería al resto de las células hermanas.

Ahora bien, como tenemos libre albedrío, podemos convertirnos en una célula cancerígena si dejamos de amar. Si lo que sale de nosotros con respecto a lo que nos rodea y a los que nos rodean, es un sentimiento y un pensamiento negativo, entonces seremos nosotros una de las células cancerígenas del cuerpo de Dios.

Por lo pronto, me siento a esperar que los científicos descubran un buen día una energía increíble y maravillosa que garantiza y explica el qué somos y de dónde venimos. Tal vez ese día veamos en la tele a un señor muy serio y con una bata blanquísima diciéndonos aquello de:

AMAOS LOS UNOS A LOS OTROS

TADEO

jueves, 12 de febrero de 2009

ACERCA DEL YO SUPERIOR


ACERCA DEL YO SUPERIOR

He estado leyendo hoy sobre el interesante tema del YO SUPERIOR. Según plantean los maestros de sabiduría, los seres humanos, cuando decimos YO, identificamos lo que somos apenas con una parte minúscula de todo lo que somos en verdad.

La mayoría de las personas comunes, consideran que ellos son simplemente el cuerpo físico. Hay algunas personas de pensamiento un poco más profundo, que consideran que ellos son, además de su cuerpo físico, también sus emociones y sus pensamientos.

Para un maestro de sabiduría, nuestras emociones y nuestros pensamientos no son más que una manifestación de nuestros cuerpos astral o emocional, y mental.

Sin embargo, ellos consideran que hay otro YO, más esencial en todos nosotros. Al parecer, desde la mirada de los grandes seres, nosotros somos algo que ni nosotros mismos conocemos.

La unión de los cuerpos físico, astral o emocional y mental, es lo que ellos consideran el YO INFERIOR, o PERSONALIDAD. Luego quedaría nuestro YO SUPERIOR o EGO.

El YO SUPERIOR o EGO, estaría conformado por los cuerpos Búdico, Átmico y Monádico.

Según dicen, en algún momento de nuestra vida (antes de nacer en el mundo físico) nuestro EGO hizo descender un pequeño fragmento de nosotros mismos hasta los planos inferiores. Este fragmento se convirtió en el núcleo de nuestra personalidad, la cual se revistió de mente, vehículo emocional y por último, de cuerpo físico. Sólo entonces, llegados a este punto, sobrevino el nacimiento tal cual lo entendemos.

De este modo, nuestra personalidad queda en condiciones de responder a las vibraciones groseras o pesadas de los planos menos evolucionados, como el plano mental, astral y físico. La PERSONALIDAD se olvida del EGO, se olvida de quien es. Es nuestra alma perdida y ciega que comienza su ciclo de peregrinación hasta fortalecerse y de nuevo alinearse con su YO SUPERIOR después de muchas encarnaciones.

Éste es un proceso inevitable, porque con el tiempo nuestro EGO o YO SUPERIOR se fortalece y llega un momento en que se impone a nuestra PERSONALIDAD. Empieza a tirar de ella y nos acerca al sendero de las realizaciones espirituales. Nos va despojando poco a poco, de encarnación en encarnación de nuestros apegos terrenales y mundanos.

Algunos hablan del YO SUPERIOR como ese maestro espiritual que todos tenemos dentro. Las meditaciones tienen como objetivo alinearse con ese ser, con esa especie de ángel que vive dentro de nosotros y que somos nosotros mismos. De él viene la sabiduría, y es como si él nos amara y nos perdonara nuestros errores, esos que cometemos a diario por estar viviendo en un campo de vibración tan baja y grosera que nos impide ver el camino.

Por eso cuando los budistas u otros seres espirituales, dicen el famoso mantran: ON MANI PADME HUM (Yo soy la joya en el loto) están poniéndose en contacto con su verdadero YO, que no es otro que su YO SUPERIOR.
Este ejercicio implica una sabiduría muy profunda, y es que por muy perdidos que estemos nosotros aquí abajo en el mundo terrenal, sólo anda perdida una pequeña parte de nuestro verdadero YO, porque la gran parte del ser que somos, sigue intacta y esperando que termine el ciclo de aprendizaje para volver a recoger esa semilla que le pertenece y que en su día echó a rodar por la tierra.

Es importante que intentemos al menos mentalmente apoderarnos de esta idea, pues así podremos tomar conciencia de algo muy importante, y es que nuestro verdadero YO, trasciende el cuerpo físico, trasciende nuestras emociones e incluso, trasciende nuestra mente, aún cuando apenas somos conscientes en este estadio, de la existencia de nuestra mente inferior, y aún nos queda por descubrir nuestra mente superior.

Si quieres saber quién eres en verdad (CONÓCETE A TI MISMO) usa tu mente para preguntarte hasta qué punto manda en ti tu cuerpo físico y tu cuerpo emocional. Usa tu mente y analízate a ti mismo. ¿Cuán apegado estás a los placeres mundanos?
No tienes que responderle esto a nadie. Tú solo, en silencio obsérvate, analízate. Pregúntate cómo reaccionas ante la comida, ante el dinero, ante la bebida, ante el sexo, ante las comodidades materiales. Luego pregúntate cómo son tus emociones. Si salen más de ti las emociones positivas como el amor, la compasión, la ecuanimidad, la humildad, la solidaridad, y qué hace tu mente con ellas, ¿las deja fluir, o les corta el paso? Medita sobre cómo y de qué manera salen de ti las emociones negativas como el odio, los celos, las envidias, los prejuicios, el deseo de riqueza, la avaricia, los rencores, el deseo de venganza. Pregúntate a ti mismo qué hace tu mente con estos sentimientos: ¿Los maniata o los deja fluir?

En la misma medida en que tu mente sea capaz de dominar las emociones negativas, y en la misma medida en que tu mente reconozca que tú eres más que tu cuerpo físico, y que no tiene sentido dedicar tu vida, única y exclusivamente, a darle placeres a ese cuerpo, que es el más perecedero de todos tus cuerpos, pues sólo te dura una encarnación, podrás saber si eres un ser más o menos evolucionado.

Tenemos tiempo de crecer. Lo más importante, el punto en que se abre la puerta del crecimiento espiritual, es cuando uno entiende que debe dedicarle su vida a esto. Mientras no lleguemos a tener comprensión de esta necesidad, pues el ser sigue ciego y perdido en el mundo de la ilusión, y lo peor es que en este mundo ilusorio en el que vivimos todos, no es posible encontrar la verdadera felicidad, esa gran felicidad que añora el alma.

Lo peor es que muchas veces queremos engañarnos a nosotros mismos y engañar a los demás. Muchas personas viven preocupados, más por parecer felices, que por ser felices. Otros dicen: “Yo soy muy bueno, pero cuando me hacen algo, me pongo como una fiera”. A esos les digo yo: “No, tú no eres bueno, tú eres una fiera, porque si serías bueno y un ser evolucionado, no sentirías dentro de ti esa emoción negativa. Y ya que la sientes, al menos trabaja para que seas capaz de controlarla. Ejercitar el autocontrol y la eliminación de estas emociones negativas, es lo que nos hace avanzar en el camino del crecimiento espiritual.

Al respecto dicen los maestros:

El discípulo deberá matar la forma lunar.

Esto quiere decir, que debe matar su cuerpo astral, y esto significa que nuestro cuerpo astral no debe tener existencia más que como expresión del YO SUPERIOR, nunca como expresión de la PERSONALIDAD. Es decir, el cuerpo astral, en lugar de tener sus propias pasiones y emociones, debe reflejar sólo las que el EGO disponga.

TADEO