jueves, 24 de septiembre de 2009

A VECES VEO MUERTOS


A VECES VEO MUERTOS

El cine ha tratado bastante el tema de las personas que ven espíritus. De una de estas películas: “El sexto sentido” he tomado el título para esta entrada. Y es que esta frase es muy representativa, y seguramente nos ha venido a la mente más de una vez, a todos los que hemos nacido con la facultad de ver espíritus.

Hay culturas en las cuales referirse a estos temas es completamente tabú. Si ves algo que se sale de la normalidad, no lo cuentas por si acaso. Prefieres pensar que es tu mente que te ha jugado una mala pasada y no le das más vueltas al asunto, y en caso de que estos fenómenos paranormales te ocurran a menudo, procuras mantenerlo en el más estricto secreto para que no te tomen por loco o no se burlen de ti.

En mi caso, y gracias a que nací en un país como Cuba, donde ver espíritus no es algo tan anormal, nunca tuve que estar ocultando esta facultad. Veía lo que veía y punto. Gracias a Dios, a mis padres, nunca les dio por llevarme al sicólogo, como le ha pasado a algún primo lejano o a algunos amigos.

Ver espíritus es algo que asumo con naturalidad, y como siempre digo, en el plano astral, o plano de los espíritus, uno puede encontrarse con entidades bastante raras, pues no sólo existen espíritus de personas o de animales, sino que podemos encontrar almas de seres sin existencia física, o por lo menos, seres que a día de hoy, no tienen presencia física sobre la faz de la tierra, aunque sí la hayan tenido en algún momento pasado.

También hay entidades espirituales que pertenecen a esos planos, y no han vivido nunca una existencia dentro de un cuerpo físico. También te encuentras los cascarones etéricos de los difuntos, es decir, esa cubierta a modo de cascarón de luz, con que las personas salimos de nuestro cuerpo físico, para luego romperse como un cascarón, pasadas 72 horas después de la muerte.

Nos podemos encontrar también con personas vivas que se encuentran en estado de sueño, podemos encontrar también a esas almas que esperan su momento para nacer, etc.

La realidad es que el plano astral o plano de los sueños es muy complejo y en él las peculiaridades del espacio-tiempo, nos impiden razonar con claridad sobre las experiencias y visiones que de él podemos llegar a tener.

Otra cosa interesante que debemos conocer es que a veces caemos en ciertos estados, en que dejamos la mente en blanco, en que no estamos pensando en nada en específico y no estamos dirigiendo la mirada hacia nada en concreto.


En esos estados muchas veces tenemos visiones, y eso se debe a que hemos inhibido nuestra conciencia racional y con ella nuestros instrumentos de la visión, es decir, los ojos, y gracias a eso, somos capaces de mirar con esos otros ojos que tenemos y que nunca utilizamos, pues siempre utilizamos los ojos físicos. Todo aquel que desee mirar en esos planos, tiene que saber que no lo podrá hacer con los ojos físicos, así que es mejor que no intentemos utilizarlo.

Eso es lo que le pasa a mucha gente, que cree ver algo, y enseguida intenta mirar con los ojos físicos, y claro, la visión se rompe y no ven nada. Mi consejo es que siempre que queramos ver en el plano astral, procuremos mantener el mismo estado mental y la misma postura física en que hemos conseguido la visión.

Otra cosa que hace que la visión que hemos tenido se nos desvanezca, es que muchas veces vemos a los espíritus a nuestras espaldas. Cuando miramos en esos planos, no es necesario darnos la vuelta para ver detrás de nosotros. Girarnos para ponernos de frente, es otra cosa que no ayuda a mantener la visión en ese plano, así que mi consejo es que no se den la vuelta y se concentren sólo en conservar el estado en el que han logrado la visión.

Me despido con una anécdota referente a este tema de las visiones espectrales.
Una mañana me levanté temprano como de costumbre y estaba afeitándome frente al espejo de mi baño cuando de pronto, vi parado en la puerta a un espíritu.

No me asusté, porque lo conocía. Era uno de los muchos ancianos que frecuentan mi centro de trabajo, un centro de jubilados. Me dijo hola y yo le devolví el saludo. Me dijo alguna otra cosa más sin importancia, como hacía cada vez que nos encontrábamos allá en el trabajo y la visión se rompió.

Por lo general, los espíritus no se dejan ver por gusto. Les gusta acercarse a las personas que pueden verlo, y si es una persona que además de verlos, los trata con naturalidad, pues mejor aún, así que no puedo quejarme de que se me dejen ver tantos y tan a menudo.

Me quedé pensando en que aquel señor había fallecido. Una hora después me llamaron del trabajo para un asunto que no podría recordar. Antes de colgar el teléfono le pregunté a mi compañera de trabajo si no se había enterado del fallecimiento de alguno de nuestros asociados. Ella respondió que no, que no se había enterado de nada.

Dos días más tarde, al llegar al trabajo, me enteré de todo. Mi compañera me dijo: Sí, Tadeo, aquella misma mañana en que hablamos murió un señor de los habituales del centro, y lo peor es que murió asesinado por su propio hijo. Dicen que lo encontraron tirado en el suelo a la entrada del baño de su casa.

TADEO

miércoles, 2 de septiembre de 2009

MIEDO A LA LIBERTAD


MIEDO A LA LIBERTAD

Los maestros de sabiduría temen a la libertad. Para ser más exactos, ellos sienten miedo de la manera en que los seres humanos que pululamos hoy por el planeta, es decir, nosotros, entendemos el concepto libertad y la manera en la que le rendimos culto.

Para los maestros de sabiduría, libertad, entendida como lo entendemos los humanos, es sinónimo de caos. Es decir, las mentes que buscan desesperadamente la libertad, son para ellos, mentes caóticas.

Según explican, una mente sabia y equilibrada es aquella que en vez de buscar la libertad, entendiendo esta, como buscar escapar del poder y el efecto de las leyes de la naturaleza, que es lo mismo que decir, las leyes de Dios, procura estudiarlas y conocerlas para luego, utilizarlas en su provecho.

Cuando la mente se ejercita en el estudio y la investigación empiezan a aparecer las respuestas, y aquel que puede darle respuesta a las interrogantes que la vida le va presentando, entonces empieza a experimentar un raro estado de tranquilidad, de paz, y por tanto, también de libertad. Eh, aquí la libertad que desean para nosotros los maestros de sabiduría, y no esa otra que surge de la negación de las leyes que rigen nuestra vida y el funcionamiento de los universos conocidos y desconocidos.

Ya decía José Martí, uno de los maestros de la nación cubana: “Ser cultos es la única manera de ser libres”.

Los maestros de sabiduría orientales dicen lo mismo, aunque quizás de un modo que nos conmociona un poquito más. Ellos dicen:
“La humanidad, más que libertad, necesita maestros”.

Y si les hablas de esa otra libertad más mundana, esa a la que más hacemos referencia los humanos, esa libertad de andar por casa, esa que implica tener tiempo para hacer lo que nos dé la gana, ellos nos dicen:
“¿Para qué quieres libertad, si luego no sabes hacer nada bueno con ella?

TADEO