viernes, 29 de octubre de 2010

AMAR AL MAL

AMAR AL MAL

No dejo de gritar a los cuatro vientos que estamos viviendo un momento trascendental de la historia de la humanidad. Lo siento dentro de mí, lo capto con mis mecanismos irracionales de aprehensión de la información. Son mecanismos sutiles, pero muy útiles sobre todo cuando uno pretende vislumbrar un poco el futuro que nos espera.

Quisiera desarrollar en este texto, de manera conjunta, las 2 o 3 ideas fundamentales que se agolpan en mi cabeza últimamente, ideas que como siempre, creo dictadas por mis maestros espirituales los cuales me guían y me adoctrinan desde su sombra luminosa.

La primera está relacionada con la manera en que pensamos en el mal, la manera en que meditamos acerca del mal. Con sólo escuchar la palabra MAL, o MALO, ya nos ponemos a la defensiva.

En cuanto determinamos que algo es malo, nos lanzamos a combatirlo conscientes de que, siendo nosotros los representantes del bien, esa es la tarea de orden. Pues bien, tal vez nos estemos equivocando en este punto.

El mal como concepto absoluto no existe, no tiene por qué existir. De hecho, creo que de ese modo, sólo tiene una existencia en nuestras mentes, pero no en la naturaleza física, a pesar de que muchos de nosotros con nuestras mentes hayamos fabricado un demonio todopoderoso, como si nuestra lógica pensante necesitara de esa dualidad, porque no somos capaces de aceptar la existencia de un solo ser absoluto que es Dios, o que es el Todo, para los que les incomode la palabra Dios.

Existe dualidad, ciertamente, pero la dualidad real no es entre Dios y el Diablo, la dualidad real no es entre el Bien y el Mal. La dualidad real es entre la materia y el espíritu. ¿De estas dos, cuál es el bien y cuál es el mal? En esencia, ninguno de los dos tiene por qué ser bueno o malo.

El mal es todo aquello que obstaculiza el avance, el movimiento de aquello que por ley debe moverse. El mal es la resistencia que experimentamos ante el crecimiento, pero si nos fijamos bien, se desarrolla más, aquel que más resistencias tiene que vencer. Ese que más resistencias tiene que vencer, si las termina venciendo, será siempre el más poderoso. Hablo de esto para ayudarles a comprender que aunque el mal siempre existe, tiene desde luego, su utilidad.

Son pares de categorías dialécticas. Una no puede existir sin la otra, por tanto, sólo podemos hablar del bien, cuando tenemos algo con qué compararlo. Pero podríamos decir en términos absolutos, que todo lo que existe, está rodeado de bien por todas partes. Todo es Dios, nada se escapa de él, y por tanto, el mal que imaginamos, el que hemos visto y el que seríamos capaces de concebir, existe y vive y se desarrolla dentro del cuerpo de Dios.

Pero regreso al principio de mis reflexiones para hacerles ver algo. Como ya decía, una vez que nos identificamos con el bien, nos sentimos impelidos a hacerle mal al mal, sin darnos cuenta de que en ese momento en que le estamos infligiendo mal al mal estamos siendo malos. Ahí es donde está el peligro.

Para fortalecer el bien, para ser verdaderos soldados del bien, para personificar el bien más puro, debemos aprender a amar, a comprender y a perdonar al mal. El universo, y el planeta tierra, la raza humana a estas alturas, necesita de un Bien de tal pureza. Y tenemos que fabricarlo entre todos.

¿Qué debemos hacer? Pues muy sencillo. Siempre que estemos ante el Mal, intentemos contagiarlo con nuestro bien. Siempre que estemos ante una mala persona, contagiémoslo con nuestro bien. Procuremos que deje de ser malo, ayudémoslo a sacar su parte buena, porque todos la tenemos. Algunos sienten miedo, algunos no son tan malos, sólo que se protegen de los demás mostrando una fachada de maldad, que usan como un escudo protector. Otros son malos porque no tienen autoestima, porque nadie los ha querido, y ese mal que han recibido ha prendido en ellos y ha fructificado.

Ayudemos a los demás a descubrir su capacidad de dar amor. ¿Cómo? Pues dándoles amor y no olvidemos nunca que el mal que primero tenemos que erradicar es ese que vive dentro de nosotros.

Como la humanidad va avanzando, nos vamos elevando hasta el punto que el mal se va debilitando, y el bien se va haciendo cada vez más y más poderoso, pero siempre habrá mal como contrapartida del bien que vamos construyendo. De hecho, hoy consideramos malo, cosas que hace 100 años no nos lo parecían precisamente porque por aquel entonces el mal era encarnado en otro tipo de actitudes aún peores.

Por ejemplo, hoy nos parece mal que la gente vaya armada por la calle y se maten los unos al os otros. Sin embargo, hace 200 años eso era visto como algo natural en las calles de las ciudades europeas. La gente se enfrentaba en plena calle, se retaban en duelos a muerte y hoy esas prácticas nos parecen atroces.

En esta misma dirección podemos hablar de las ejecuciones públicas de la Edad Media, o el hecho de que por aquel entonces los hombres nacían predestinados para la guerra, o se veía como natural que una nación invadiera a la otra, o que las mujeres fueran consideradas seres inferiores, etc, etc. Hoy sin embargo, nos empieza a escandalizar la crueldad hacia los animales, cosa que antiguamente pasaba inadvertida. Todos estos ejemplos nos demuestran que la humanidad está transitando hacia el bien y se mejora.

La raza humana conjuntamente con nuestro planeta avanza lentamente hacia un futuro mejor. Juntos conformamos una comunidad única, y poco a poco nos vamos dando cuenta de esa verdad. Hubo un tiempo en que los hombres se peleaban y mataban entre tribus, luego entre reinos, luego entre países, pero las guerras han marcado la historia de nuestro planeta.

Imagínense cómo nos verán desde el espacio todas esas civilizaciones más evolucionadas que nosotros. Nos verán como puros salvajes y gentes peligrosas.

Hay ahí fuera muchas civilizaciones que nos observan y que desean ayudarnos a progresar. Ya lo han hecho. De hecho, la aparición del homo sapiens a partir del hombre de Neandertal, fue un proceso aceleradísimo si tenemos en cuenta que las diferentes faces humanas conocidas, es decir, el paso de Australopithecus a Pitecantropus, etc, se realizó en períodos de tiempos mucho más largos. Estamos hablando de millones de años de evolución, y sin embargo, apenas en 25 000 años, los neandertales pasaron a ser homo sapiens.

Estoy casi convencido de que lo que somos hoy, se lo debemos al cuidado de otros seres, de otras civilizaciones que no sólo cruzaron sus genes con la especie humana, sino que han estado cuidando de que por ejemplo, grandes cuerpos celestes chocaran contra nuestro planeta destruyendo nuevamente a la humanidad. Incluso, no podemos descartar la posibilidad de que la raza humana hubiera sido traída a la tierra desde algún otro lugar.

Si leemos en la Biblia, y no creo que este libro haya sido escrito por gente con el interés de hacer literatura fantástica, sino con el deseo de dejarnos recopilados los acontecimientos más importantes acontecidos a la raza humana hasta aquel entonces, nos encontramos con que en Génesis Capítulo 6, Versículos 1 al 4, dice textualmente:

1 - Cuando los hombres comenzaron a multiplicarse sobre la tierra y les nacieron hijas,
2 - los hijos de Dios vieron que estas eran hermosas, y tomaron como mujeres a todas las que quisieron.
3 - Entonces el Señor dijo: "Mi espíritu no va a permanecer activo para siempre en el hombre, porque este no es más que carne; por eso no vivirá más de ciento veinte años".
4 - En aquellos días –y aún después– cuando los hijos de Dios se unieron con las hijas de los hombres y ellas tuvieron hijos, había en la tierra gigantes: estos fueron los héroes famosos de la antigüedad.

A mi juicio, este capítulo 6 del Génesis nos aporta unas informaciones muy importantes. Parece ser que en tiempos pretéritos, cierta inteligencia extraterrestre creyó factible cruzarse con la raza humana y de este modo, conseguir acelerar nuestro proceso evolutivo.

Tuvo que haber sido algo maravilloso ver llegar a los hijos de los dioses y casarse con mujeres terrestres y tener descendencia con ellas.

No sólo en la Biblia se hace referencia a tales acontecimientos. En las leyendas homéricas, también encontramos como ciertos dioses, e incluso, diosas, se casaron con mortales. Parece que hubo una época en la que esto era más habitual de lo que pensamos.

Lo cierto es que según se cuenta en este mismo capítulo 6 del Génesis, el proyecto se echó a perder porque una de las mujeres terrestres robó algo a su marido y lo puso en manos de un hombre de la tierra. Ese algo, tenía forma de manzana. Y ese algo que tenía forma de manzana, aparece en la Biblia relacionado con el árbol del conocimiento.


Observen cómo se le pudo haber dado a ese árbol muchos otros nombres, sin embargo, se trataba en este caso, del árbol del conocimiento.

Una vez que los mortales comieron de la fruta de ese árbol, o dicho de otro modo, una vez que los hombres accedieron a ese artefacto de alta tecnología se hicieron tan poderosos como los mismos dioses.

Los antiguos sumerios hablan de este artefacto como el sol negro, algo traído por seres procedentes del sol. Al parecer, el sol podría ser utilizado como un portal intergaláctico por el cual seres desde puntos muy dispares del universo podrían acceder a nuestro sistema solar y por tanto, a nuestro planeta.

Esos seres del sol utilizaban este artefacto, que era una especie de agujero negro artificial para dominar la materia pues el mismo era capaz de producir un efecto anti gravitatorio.

Parece ser que los seres humanos tenemos todos un agujero negro natural, que puede ser nuestro corazón etérico, a través del cual, podemos comunicarnos con ese sol negro o agujero negro artificial, y al parecer, ese artefacto es capaz de canalizar nuestros pensamientos y deseos.

Posiblemente usando dicha tecnología fueron construidos muchos de los templos de la antigüedad como las pirámides egipcias. E incluso, hay algunos que dicen que esta tecnología fue transmitida a los caballeros templarios durante su estancia en Tierra Santa, lo que les permitió luego, regresar a Europa y convertirse en grandes arquitectos y constructores. De hecho existen determinadas catedrales europeas cuya construcción aún en la actualidad sigue siendo un misterio para los arquitectos y constructores modernos.

Dicen que la llegada de los Templarios con sus “sofisticadas” técnicas de construcción, fue la que hizo aparecer el arte gótico en las catedrales, el cual dejaba muy rezagado al arte constructivo románico.

En poco tiempo la orden del Temple amasó una envidiable fortuna y por eso empezaron a ser perseguidos y esta persecución terminó con la ejecución de su máximo líder el 18 de marzo de 1314.

Al parecer, el sol negro del que hablan los sumerios, no era más que un tetraedro de 64 caras construido con un material especial y de un modo especial, un artefacto que se colocaba para su cuidado, en la cámara del Rey de la pirámide de Keops en Egipto, y para su traslado, en el arca de la alianza, y esto se demuestra comprobando que las medidas que tiene el receptáculo que siempre creímos funerario, de la cámara del Rey de la gran pirámide de Keops, tiene exactamente las mismas dimensiones del arca de la alianza, que según La Biblia, Jehová, mandó a construir a Moisés:

“Harán también un arca de madera de acacia, cuya longitud será de dos codos y medio, su anchura de codo y medio, y su altura de codo y medio. Éxodo Capítulo 25:Versículo 19.

Si seguimos rebuscando en esta dirección, y nos preguntamos de qué material estaba realizado el sol negro, tal vez podríamos pensar que los dioses o extraterrestres pudieron haberle ofrecido a los hombres la materia prima para construirlos. Y curiosamente nos encontramos con una misteriosa piedra negra, la cual es adorada en el santuario de La Kaaba, en La Meca, la famosa ciudad de Arabia Saudí.

Según las historias contadas por los islámicos:

“Adán construyó un primer santuario con zafiros y rubíes, pero fue elevado al cielo para evitar las aguas del diluvio.”

(Este santuario de zafiros y rubíes que subió al cielo para evitar el diluvio, pudo haber sido perfectamente una nave extraterrestre.)

“Más tarde, Dios ordenó a Abraham (Ibrahim) que construyera en piedra una nueva Kaaba en el mismo lugar y que convocase a toda la humanidad para visitarla y ubicar así en un mismo espacio el corazón del hombre. Por eso los peregrinos que llegan deben decir: heme aquí, oh Señor.
Después de los tiempos de Abraham (Ibrahim), los hombres se olvidaron (mayoritariamente) de su significado y practicaron allí la idolatría desviándose así del camino indicado por Dios, hasta que llegó el islam predicado por su profeta Mahoma y el lugar volvió a ser la santa casa de Dios.”

“La Piedra Negra es, según la tradición, un aerolito que el ángel Gabriel (Yibril) entregó a Abraham (Ibrahim). Se dice que descendió a la tierra más blanco que la leche, pero los pecados de los hijos de Adán le volvieron negro. Abraham y su hijo Ismael (Ismail) la colocaron en la esquina oriental cuando terminaron de construir la nueva Kaaba. Debe ser besada con unción, pero nunca con adoración, por todos los peregrinos que accedan a ella. Mahoma la besó y dijo: No me olvido que eres una piedra y no puedes hacerme ni bien ni mal. Está rodeada por un anillo de plata. También es conocida como la famosa piedra de Alá.”

Al parecer, los hombres no hicieron un buen uso de este poder. En el mismo capítulo 6 del Gènesis nos dicen:

5 - Cuando el Señor vio qué grande era la maldad del hombre en la tierra y cómo todos los designios que forjaba su mente tendían constantemente al mal,
6 - se arrepintió de haber hecho al hombre sobre la tierra, y sintió pesar en su corazón.
7 - Por eso el Señor dijo: "Voy a eliminar de la superficie del suelo a los hombres que he creado –y junto con ellos a las bestias, los reptiles y los pájaros del cielo– porque me arrepiento de haberlos hecho".

Así que decidió confiar la tarea de salvar la especie humana a un hombre de su agrado, como fue Noé, y hacer desaparecer con un diluvio todo lo creado. Así desapareció la civilización atlante.

Y sin alejarnos del famoso capítulo 6 del Génesis, tenemos lo siguiente:

11 - Pero la tierra estaba pervertida a los ojos de Dios y se había llenado de violencia.
12 - Al ver que la tierra se había pervertido, porque todos los hombres tenían una conducta depravada,
13 - Dios dijo a Noé: "He decidido acabar con todos los mortales, porque la tierra se ha llenado de violencia a causa de ellos. Por eso los voy a destruir junto con la tierra.
14 - Constrúyete un arca de madera resinosa, divídela en compartimentos, y recúbrela con betún por dentro y por fuera.
15 - Deberás hacerla así: el arca tendrá ciento cincuenta metros de largo, treinta de ancho y quince de alto.
16 - También le harás un tragaluz y lo terminarás a medio metro de la parte superior. Pondrás la puerta al costado del arca y harás un primero, un segundo y un tercer piso.
17 - Yo voy a enviar a la tierra las aguas del Diluvio, para destruir completamente a todos los seres que tienen un aliento de vida: todo lo que hay en la tierra perecerá.
18 - Pero contigo estableceré mi alianza: tú entrarás en el arca con tus hijos, tu mujer y las mujeres de tus hijos.
19 - También harás entrar en el arca una pareja de cada especie de seres vivientes, de todo lo que es carne, para que sobrevivan contigo; deberán ser un macho y una hembra. 20 - Irá contigo una pareja de cada especie de pájaros, de ganado y de reptiles, para que puedan sobrevivir.
21 - Además, recoge víveres de toda clase y almacénalos, para que te sirvan de alimento, a ti y a ellos".
22 - Así lo hizo Noé, cumpliendo exactamente todo lo que Dios le había mandado.

Parece que si bien estas historias, los hombres las hemos olvidado, las civilizaciones que desde el exterior nos observan y vigilan, no se han olvidado y desean que esta nueva “cosecha” de hombres y mujeres no se malogre.

Ellos saben perfectamente cuándo la tierra como planeta con sus habitantes, estaremos en condiciones de recibirlos. Lo saben del mismo modo en que el olor de una fruta nos dice si ya está apta para ser degustada.

Del mismo modo, el planeta Tierra emana una especie de olor psíquico. Y los seres de otros mundos están pendientes de ese olor, como si nuestro planeta fuera una fruta.


Un buen día, la Tierra estará madura para el contacto extraterrestre. Y no sólo eso. En la medida en que la Tierra va mejorando su olor psíquico, vamos recibiendo ideas que se traducen en los inventos que revolucionan la ciencia. Y la ciencia parirá descubrimientos que nos obligarán a transformar nuestro modo de pensar.

Ese proceso está en marcha y los cambios se me antojan inminentes. Las grandes tradiciones religiosas y esotéricas ponen como fechas clave para el desarrollo de la humanidad, los años 2012, 2029, 2032, en cualquier caso, todas son fechas demasiado cercanas, son fechas de las que podemos hablar como algo que seguramente viviremos.

¿Qué nos deparará el futuro? Yo creo que eso no está escrito en términos absolutos. Creo que todos los seres humanos en Unidad, estamos fabricando en muchos casos, a ciegas, nuestro futuro. El desarrollo del planeta no se puede detener, el desarrollo humano no se va a detener, así que dependerá de nosotros si esos cambios serán dolorosos y violentos, o felices y pacíficos.

Por eso fundamentalmente escribo estas palabras, para decirle a todo el que me esté leyendo, que él tiene responsabilidades con esta gran obra, que tiene una tarea que hacer, la más importante de su vida, y es poner su mente y su voluntad en función de alimentar la vibración terrestre aportando a la misma un pensamiento de amor al prójimo, de comprensión, de solidaridad, de unidad.

A mi juicio, una de las ideas que más nos hace avanzar, es la idea de la UNIDAD. Mientras el ser humano no comprenda que somos un TODO ÚNICO, que todos somos UNO, no se nos acercarán las grandes inteligencias universales, porque mientras estemos divididos, seremos un peligro para la integridad de ellos. Sólo un mundo en UNIDAD, puede ser un mundo amoroso y pacífico.

Tenemos que comprender que la idea que nos hace creer que somos seres separados, es una ilusión, y que la realidad verdadera es que todos somos UNO al interior del cuerpo de Dios, y que todo lo que nos hace fortalecer nuestra idea del YO, va en contra de nuestra propia naturaleza divina.

Es hora de despertar nuestra naturaleza divina, reconocer nuestro Cristo Interno y avanzar por el camino de la vida como lo que somos, dioses potenciales. Sólo así, podremos hacer de nuestro mundo, un paraíso, y sólo así se nos acercarán esos otros paraísos mayores que nos esperan.

El cambio ocurrirá de todos modos, pero nosotros podemos acortar los tiempos, y sobre todo, podemos evitar el sufrimiento de tantos y tantos seres.

El pensamiento de cada uno de los seres humanos, teje una red la cual influye sobre todos y cada uno de nosotros. Si sumamos cada día a más y más personas con pensamientos elevados y puros, sentimientos de amor al prójimo, de solidaridad, de entendimiento, de perdón, facilitaremos y aceleraremos la velocidad con que tales ideas darán frutos, y a su vez, lo estaremos acelerando absolutamente todo, todo lo bueno que la raza humana se merece y se le tiene destinado desde siempre, al fin y al cabo.

Y para terminar, enlazo esto con mi idea del principio. Si estamos decididos a ser en la tierra la encarnación del bien, no nos permitamos ser malos ni siquiera ante el mal. Porque si lo somos, entonces ya el mal nos habrá vencido. Lo que hay que conseguir es que el malo se vuelva bueno.

lo hábiles que somos los humanos para ignorar a los demás, o lo hábiles que somos para rechazar y atacar a los demás. Tal parece que nos sentimos contentos cuando descubrimos el mal en el otro, porque así todo el deseo de hacer mal que albergamos en nuestro interior, encuentra entonces la justificación para salir.

Si de veras eres bueno, arranca de raíz ese mal en tu interior. Identifícalo, detéctalo y destrúyelo, porque esa es la viga en tu ojo, esa que no ves, Cegado por la paja en el ojo ajeno.

“"No juzguéis, para que no Seáis juzgados. 2 Porque con el juicio con que Juzgáis seréis juzgados, y con la medida con que Medís se os Medirá. 3 "¿Por qué miras la brizna de paja que Está en el ojo de tu hermano, y dejas de ver la viga que Está en tu propio ojo? 4 ¿Cómo Dirás a tu hermano: 'Deja que yo saque la brizna de tu ojo', y he Aquí la viga Está en el tuyo? 5 ¡Hipócrita! Saca primero la viga de tu propio ojo, y entonces Podrás ver para sacar la brizna del ojo de tu hermano. San Mateo Capítulo 7, Versículos 1 al 5.

¿Por qué creen que Jesús de Nazaret en el más importante de sus discursos: El Sermón de la Montaña (San Mateo Capítulos 5,6 y 7) se refirió tanto a este asunto? No fue por casualidad. Fue porque Jesús sabía de la importancia de estas ideas a la hora de ayudar a la humanidad a evolucionar.

Lanzó sus semillas de sabiduría al viento esperando tener la mejor cosecha posible. Muchas de estas semillas cayeron en mala tierra y no dieron frutos, no fueron bien interpretadas, no fueron entendidas, pero hoy, 2000 años después tenemos la oportunidad de plantar en nuestros corazones esas mismas semillas, y ahora que somos más cultos, que hemos visto más, que estamos en mejores condiciones para comprender y meditar, no desaprovechemos la nueva oportunidad que se nos da.

17 "No penséis que he venido para abrogar la Ley o los Profetas. No he venido para abrogar, sino para cumplir. 18 De cierto os digo que hasta que pasen el cielo y la tierra, ni siquiera una jota ni una tilde Pasará de la ley hasta que todo haya sido cumplido.”

19 "Por lo tanto, cualquiera que quebranta el Más pequeño de estos mandamientos y Así enseña a los hombres, Será considerado el Más pequeño en el reino de los cielos. Pero cualquiera que los cumple y los enseña, éste Será considerado grande en el reino de los cielos.”

43 "Habéis Oído que fue dicho: Amarás a tu Prójimo y Aborrecerás a tu enemigo. 44 Pero yo os digo: Amad a vuestros enemigos, y orad por los que os persiguen; 45 de modo que Seáis hijos de vuestro Padre que Está en los cielos, porque él hace salir su sol sobre malos y buenos, y hace llover sobre justos e injustos. 46 Porque si Amáis a los que os aman, ¿qué recompensa tenéis? ¿No hacen lo mismo también los publicanos? 47 Y si Saludáis solamente a vuestros hermanos, ¿qué hacéis de Más? ¿No hacen eso mismo los gentiles? 48 Sed, pues, vosotros perfectos, como vuestro Padre que Está en los cielos es perfecto.”

TADEO

domingo, 19 de septiembre de 2010

¿PODEMOS CAMBIAR EL DESTINO?


¿PODEMOS CAMBIAR EL DESTINO?

Hace unas semanas recibí un mail donde me hacían esta interesante pregunta:
¿Podemos cambiar el destino? Dando por sentado que quien me preguntaba, no lo hacía con la intención de filosofar, sino de aplicar mi respuesta a su propia vida, a sus problemas más perentorios, le respondí de la siguiente manera:

El destino, que es más o menos, lo mismo que los orientales llaman Karma, es una fuerza que actúa sobre nosotros influyendo, y a veces determinando nuestro presente y nuestro futuro.

¿De dónde sale esta fuerza? ¿Cómo se produce? ¿Qué la origina? Sale de nuestras acciones. Toda acción que realizamos provoca una reacción. Esa reacción, o más bien, la suma de reacciones que emana de nuestras acciones es el Karma.

El Karma es más fuerte o más débil según sea más joven o más viejo nuestro espíritu. Si tú eres una persona que ha encarnado en la tierra 50 veces, tendrás un karma más fuerte que una persona que sólo ha venido a la tierra 10 veces. ¿Por qué? Porque el número de reacciones que te vendrán encima será mayor, debido a que a la par, ha sido mayor el número de tus acciones.

Ahora bien, si tus acciones han sido buenas, las reacciones que te vendrán encima, también serán buenas. Si tus acciones son malas, las acciones que te vendrán encima serán malas.

Eso quiere decir que la fuerza del karma no siempre tiene que hacernos daño. Cada persona cuenta con su libre albedrío para enfrentarse a esa fuerza kármica. Lo que sucede a veces, es que la fuerza del karma es tan grande, que nos vence.

Como no conocemos nuestro karma, pocas veces somos conscientes de cuándo el karma nos está venciendo o cuándo simplemente nos estamos dejando llevar por la corriente kármica.

Cuando vamos por la vida avanzando a favor del karma, todo nos parece fácil, sorprendentemente fácil, a veces, hasta milagrosamente fácil, aún cuando el karma nos esté llevando a mal puerto, pues puede suceder que nos veamos de golpe rodeados de malos acontecimientos y no somos capaces de entender cómo ha sido posible llegar a tal situación. Por eso es que existe un refrán que dice que todas las desgracias vienen juntas, y esto muchas veces es cierto.

Comprender esto es muy importante porque a veces sentimos que todo se nos facilita y pensamos: “Dios me está llevando de la mano, y por tanto, todo ha de salirme bien”. Y no es así. Puede que tu propio karma te lleve al mal, si es que tú mismo has fabricado dicho karma negativo.

Es muy importante que todos seamos conscientes de que todo lo que nos ocurre, bueno o malo, es nuestra responsabilidad. No tiene sentido que culpemos a nadie de nada de lo que nos pasa, porque somos los únicos responsables. Y en eso reside precisamente, la justicia divina y el amor de Dios. Dios te deja fabricar tu vida. Si quieres tener un buen karma, fabrícalo. No le pidas a Dios que te dé, aquello que tú no has sido capaz de darte a ti mismo. Ni lo culpes de tus desgracias y carencias.

El buen karma es aquel que te lleva a crecer como espíritu, aquel que te hace madurar como ser humano, aquel que te hace ser capaz de amar al prójimo y perdonar al prójimo, aquel que te hace sentir feliz ayudando a los demás.

No podemos olvidar que nuestras metas no son terrenales, nuestras metas son espirituales, porque somos almas metidas en un cuerpo físico, y lo que trascenderá de nosotros serán los vehículos espirituales, y no nuestro cuerpo físico.

El cuerpo físico envejece constantemente y muere. Cuando hayas muerto, te quedarás con tus pensamientos y tus emociones. Esa energía mental y emocional, conjuntamente con la energía del resto de tus cuerpos espirituales (cuerpos búdico, átmico y monádico) volverá a propiciar el nacimiento de otro cuerpo físico, por tanto, vivir para nuestro cuerpo perecedero no tiene sentido. Lo ideal es vivir para fortalecer y embellecer nuestros cuerpos espirituales.

Esto mismo lo expresaba Jesús cuando nos decía: “No hagáis tesoros en la tierra donde la polilla y el orín corrompen, hacéis tesoros en el cielo”. Hacer tesoros en el cielo es lo mismo que vivir para atesorar buenos pensamientos y buenas emociones. Esos son nuestros verdaderos tesoros, pues nos acompañarán a lo largo de nuestras vidas siguientes, mientras que los bienes materiales se quedarán en la tierra y no nos podrán acompañar en nuestras existencias futuras.

En conclusiones, sí podemos cambiar el destino. No siempre, porque a veces es tan poderoso que nos vence, que nos arrastra, pero a veces nosotros somos más fuertes y terminamos venciéndolo e imponiendo nuestra voluntad. De hecho, es bueno que nos impongamos a nuestro mal karma, porque de esta guerra salimos más fortalecidos. Ahora bien, para enfrentar y vencer nuestro mal karma, hay que empezar por saber qué es realmente bueno y qué es realmente malo para nosotros, y la verdad es que la humanidad ordinaria esto lo confunde constantemente.

Tener dinero y bienes materiales muchas veces el ser humano lo considera bueno, sin embargo, en la mayoría de los casos no lo es. Decía Jesús que primero pasaría un camello por el ojo de una aguja, que un rico en el reino de Dios.

He conocido a algunos que me dicen que el dinero y los vienes materiales no son malos. Y es cierto, ellos no son malos de por sí, pero está claro que cuando el ser humano se encuentra en poder de ellos, corre mucho más peligro de que ellos terminen poseyendo su alma y por tanto, retracen su crecimiento espiritual. Si los bienes materiales retrazan nuestro crecimiento espiritual, entonces están siendo malos para nosotros.
Algunas personas creen que esos que se enriquecen, son los favoritos de Dios, y es todo lo contrario. Dios a sus favoritos, les abre las puertas del conocimiento oculto, y de la espiritualidad, nunca las puertas del Dinero, de la riqueza, y del poder material.

Hay quien se pregunta: ¿Por qué a las personas buenas les pasan cosas malas, y a las personas malas le pasan cosas buenas? Incluso, algunos, dejan de perseverar en el camino del bien, al ver que a otros peores que ellos, les ha tocado la suerte que ellos añoran.

Algunos maestros orientales dicen que ese mal que sufren las personas buenas, se debe a que en vidas pasadas han cometido errores y ahora en esta vida les toca pagarlos. Estoy de acuerdo, pero no dejen de tener en cuenta que muchas veces lo que sucede es que hemos trastocado en nuestra mente la verdadera idea del bien y del mal.

Por ejemplo, muchas veces consideramos la muerte como la mayor de las desgracias. Desde el punto de vista espiritual, sin embargo, se ve de otra manera. Desde el punto de vista espiritual una desgracia es que te ocurra algo que te haga retrazarte en tu camino de ascensión espiritual. Perder el cuerpo físico, no tiene por qué considerarse algo terrible teniendo en cuenta que quien lo pierde, puede volver a la vida en un nuevo cuerpo. Sin embargo, dañar los cuerpos astral o emocional y mental, con malas emociones, malos sentimientos y malos pensamientos, eso sí que deberíamos considerarlo una auténtica desgracia.

Hay quienes explican el fenómeno del karma poniendo como ejemplo el siguiente: “Si robas a alguien, a ti también te robarán. Si alguien te ha robado, es porque tú en otra vida, le has robado a alguien”. Aunque en determinado caso, esto pueda ser cierto, creo que es una manera simplista de verlo, pues no siempre tiene que ser así. Toda acción, buena o mala, trae aparejada una reacción que la equilibra, pero las maneras de conseguir el equilibrio, pueden ser muchas y de muy variado tipo.

Pondré un ejemplo para que se entienda mejor lo que quiero decir: Si en esta vida una persona mata a otra, no quiere decir que el asesino tenga que morir asesinado. Puede que esa energía de asesinato le acerque a la muerte por esa vía, puede ser que le acerque a otros asesinos, y lo que sí es seguro es que en la vida siguiente, asesino y víctima volverán a encontrarse en condiciones similares a aquellas que lo llevaron a cometer el homicidio. En tales circunstancias, el asesino tendrá que pasar la prueba de perdonar la vida a la víctima, y sólo así se librará del mal karma del asesinato cometido.

Otro ejemplo: Si un hombre mata a su esposa porque ella le ha sido infiel con otro hombre, en sus vidas siguientes volverán a encontrarse. Las fuerzas del karma los volverán a acercarlos, esa misma fuerza kármica la empujará a ella a serle infiel (ella puede luchar contra esa energía y no serle infiel) pero en caso de que lo sea o de que no lo sea, él sentirá deseos de matarla porque ese deseo se lo acerca el karma, y entonces él deberá perdonarla. Poner amor y perdón, donde antes había una energía de homicidio.
Otro ejemplo, para finalizar: Si una persona se suicida. En su vida siguiente, volverá a ser empujado por el karma a una situación similar a la que le produjo el suicidio. Entonces tendrá que superar el deseo de suicidio, que se le vendrá encima kármicamente. Si lo vence, habrá superado su mal karma, y si sucumbe, fortalecerá el karma de suicidio y tendrá que venir otra vez a superarlo.

En tales casos existen fuerzas espirituales de muy diversa índole, que se encargan de ayudar a estos seres a superar estos escollos, porque en los planos espirituales todas las almas se consideran hermanos y todos se preocupan por la evolución espiritual de todos.

Otra cosa que debemos tener clara es que el karma o destino, no es la única fuerza que está influyendo aquí y ahora sobre los seres humanos. Los seres humanos, además de estar condicionados por un destino personal, estamos condicionados por un destino de país, por un destino de continente, por un destino de planeta, por un destino de galaxia y por un destino de Universo dentro del gran multiverso que habitamos.

Ahora mismo el ser humano está siendo afectado por energías cósmicas y planetarias que lo están empujando a la espiritualidad. Dicho de otro modo, estamos viviendo una época en la que todos los seres humanos estamos siendo empujados hacia el crecimiento espiritual de un modo más poderoso que hace unos años atrás y eso responde a ciclos que desconocemos pero que nos contienen y por tanto, nos condicionan.

Podemos decir que nuestro destino personal, así como nuestro libre albedrío, se ve condicionado por el destino del planeta, por el destino de la galaxia y por el destino del Universo, y cuando ampliamos el campo de visión hasta este punto, comprendemos cómo se debilita nuestro destino personal y nuestro libre albedrío ante la influencia de estas grandes fuerzas.

TADEO

domingo, 5 de septiembre de 2010

21 DE DICIEMBRE DE 2012

21 DE DICIEMBRE DE 2012

Con sólo poner esta fecha en un buscador de la red, nos encontramos con un número enorme de artículos refiriéndose con expectación y hasta algo de temor a lo que nos espera una vez que el reloj marque la hora crucial. Ya escribí al respecto, pero vuelvo a la carga con el tema, y de paso, actualizo el blog, que buena falta que le hace.

Tengo otros motivos para volver al 21 de diciembre de 2012, y es que durante los últimos meses, he estado viviendo un montón de pequeños fenómenos paranormales, y he sentido a mi alrededor como si realmente algo estaría sucediendo en los planos sutiles. Lo siento, lo percibo. Algo está pasando, aunque no pueda explicar racionalmente qué, y algo me dice, que efectivamente, alguna cosa va a suceder. Algo dentro de mí se ha sentado a esperar, y si les digo la verdad, algo de mí se ha sentado a esperar con alegría.

¿Por qué? Esto les podrá parecer risible, pero desde niño tuve sueños que luego con los años, se convertían en realidad. Y no todo lo que he visto en mis sueños premonitorios ha ocurrido. Hace 20 años me vi paseando en un sueño, por una ciudad que creí futurista o de otro planeta, y terminó siendo la ciudad de las Artes y las Ciencias de Valencia.

Sin embargo, he tenido otros sueños en los que he percibido cosas aún más asombrosas, por la tecnología que he visto al ser humano manejar en ellos. Todas estas cosas me hacen pensar que el futuro será hermoso y alentador.

Otra cosa que me ha pasado, es que ya no pienso en el 21 de diciembre del 2012 como una fecha tan lejana. De hecho, he empezado a reunir dinero para visitar Cuba, mi país natal, en el verano de 2012. Para entonces, por allá por Julio de 2012, me despediré de mis familiares y amigos, con la convicción de que la próxima vez que los vuelva a ver, ya habremos entrado como humanidad, en un nuevo ciclo terrestre, ese que los mayas denominaban con el ciclo presidido por el sexto sol. Un ciclo que durará algo menos de 13 000 años. Según las teorías teosóficas, al finalizar el ciclo del séptimo sol, es decir, dentro de aproximadamente 25 800 años, el ser humano habrá consumido su tiempo y desaparecerá, dando origen a otra raza de seres que habrá trascendido nuestra humanidad.

Otra idea recurrente en mis pensamientos, tiene que ver con la estructura del universo. Parece ser que si bien existe una parte material y visible en él, existe otra parte complementaria que es inmaterial e invisible. Pero ambas realizan constantemente un intercambio de energía, de manera tal que cuando una parte se dilata, la otra se contrae, como un gran corazón.

Partiendo de esta idea, podemos deducir que si bien, el mundo físico se está expandiendo en estos momentos, el mundo del vacío, o el mundo espiritual se tiene que estar contrayendo. Ambos fenómenos tienen una implicación sobre nuestra vida. Ahora bien, el que el universo material se esté expandiendo y por tanto, haciendo que los planetas y demás objetos que lo forman estén agrandando las distancias entre ellos, no nos afecta de manera tan directa. Sin embargo, el hecho de que el vacío o el universo espiritual se esté contrayendo, sí que tiene una influencia muy grande sobre nuestra vida espiritual.

Más que un universo espiritual, existen varios universos espirituales interconectados. Parece ser que algo está ocurriendo en el universo, que está permitiendo, no la interacción de los mundos físicos del universo, pero sí, la interacción de los mundos espirituales del universo.

Y como el universo es fractal, este proceso de acercamiento espiritual lo podemos advertir en menor escala en nuestro planeta. ¿De qué manera? Pues bien, las almas de los seres humanos cada vez están más cerca. El fenómeno de la globalización está permitiendo que las vidas de los seres humanos sea cada vez una vida más unificada y cercana. Gracias a Internet, personas que viven en sitios distantes del planeta, pueden estar conectados espiritualmente, pueden conocerse de manera virtual y pueden interactuar e influir los unos sobre los otros.

Y no sólo ocurre esto entre las personas, también entre los seres humanos y los animales y las plantas, se está dando. ¿No notan el auge de los movimientos ecologistas? ¿No notan como los hombres de hoy en día, se preocupan más por los animales que hace 50 años? Hace 50 años las personas de entonces no se estaban preocupando por la vida de los toros que son sacrificados en la tauromaquia, ni por los animales de circo, o por los delfines de los acuarios. Sin embargo, hoy en día nos parece de lo más normal que todas estas cosas sean discutidas.

Tal vez este acercamiento espiritual producido por la contracción del vacío, sea lo que justifique el despertar espiritual vaticinado para el tercer milenio. Tal vez, el 21 de diciembre de 2012, no sea más que el pistoletazo de salida para esa gran conjunción de fuerzas espirituales galácticas que harán cambiar sin dudas, la manera de pensar de los seres humanos.

Se habla de que habrá grandes catástrofes, pero me resuena que ellas no serán el centro de los cambios, ellas serán más bien los signos visibles de la llegada de la gran revolución del espíritu. Puede que los grandes profetas y videntes, al vislumbrar este período de la historia que se nos viene encima, observaran grandes cataclismos y los mencionaran como signos propios de ese tiempo, pero tal vez, esos procesos desastrosos y calamitosos no sean la causa fundamental del cambio de conciencia. O tal vez todo esté de alguna manera, perfectamente conectado.
No obstante, sospecho que esas calamidades serán sólo eso, la cara visible de algo más profundo, que será la gran revolución espiritual del planeta facilitado por el acercamiento a nuestro planeta, de almas procedentes de mundos más evolucionados que el nuestro, los cuales se han visto imposibilitados de contactarnos antes por estar nuestro planeta transitando por un período de sombras, o dicho de otro modo, por haber estado transitando durante los últimos 10 000 años, por un campo energético incompatible con sus niveles de evolución espiritual y con sus niveles de vibración espiritual.

Ingresar en esa parte del cosmos, llamada en la imagen de arriba, como de Luz, nos ayudará, no sólo porque estaremos en contacto con vibraciones de mayor intensidad y calidad vibracional en el plano espiritual, sino que nos permitirá ponernos en contacto con grandes seres espirituales e incluso, con sus planetas, en el caso de existir como sospecho, planetas de existencia no física, es decir, planetas enteros que ya han trascendido el estadio material.

Pensando en estos planetas superiores al nuestro en cuanto a vibración, me he planteado que tal vez esas altas vibraciones espirituales, hayan tenido en esos planetas, aún de existencia física, aunque más evolucionados que el planeta Tierra, una incidencia sobre su superficie sólida, es decir, material.

Tal vez por eso, hace muchos años, ciertos visitantes extraterrestres preocupados y ocupados en la evolución de la raza humana, trajeran a la tierra ese mineral especial y desconocido para nosotros con que construían eso que los sumerios llamaban “El Sol Negro”.

Ese artefacto de alta tecnología, que era una especie de agujero negro artificial, les permitía acrecentar su propio poder mental y de este modo, dominar la naturaleza de un modo que los humanos desconocemos actualmente. Un ejemplo de esto, podría ser caminar sobre las aguas, mover pesados objetos, etc.

Todo parece indicar que uno de estos soles negros estaba guardado en el tabernáculo del templo de Jerusalén, y que era colocado para su traslado, dentro del arca de la alianza. Los antiguos judíos le rendían culto a este artefacto, como si del mismo Dios se tratara, pero las sagradas escrituras, dejan claro que se estaban refiriendo a un objeto. Eso sí, un objeto muy especial, porque para estar ante su presencia, era necesario que tuvieras el corazón limpio, pues aquellas personas de corazón impuro, terminaban muriendo carbonizados, como le pasó a los hijos de Aarón, Nadab y Abiú, quienes sin autorización se presentaron ante “Jehová” y éste desprendió de manera sorpresiva un fuego letal. (Levítico: 10-1-3)

Tal vez los objetos venidos de otros mundos más evolucionados puedan ser nocivos para los terrícolas de corazón impuro, y puede ser que si a partir del 21 de diciembre de 2012, la tierra empiece a transformar su frecuencia vibratoria cambiándola por una más elevada, eso podría provocar de alguna manera, la muerte de las personas incapaces de entrar en sintonía con esa nueva energía. Esto también podría obligar a los humanos, a apuntarse a la gran revolución espiritual del tercer milenio.
Dice Jesús en La Biblia, en San Mateo Capítulo 24, Versículos 40 y 41, entonces estarán dos en el campo, uno será tomado y el otro será dejado. Dos molerán en el molino, una será tomada y la otra dejada.
Siempre me intrigaron estas palabras porque da la sensación de que la salvación vendrá para unos y no para otros, incluso, estando estas dos personas juntas. Eso nos está queriendo decir que la muerte del que no se ha ganado el Reino, no vendrá por una inundación, ni por un terremoto u otro tipo de catástrofe conocida. Parece que será un proceso más sutil de selección, y tiendo a pensar que puede estar relacionado con la llegada del planeta, a una zona del universo, en la cual, al ser humano, so pena de perder su vida, se le exija un nivel vibratorio más elevado y puro.
En cualquier caso, pronto sabremos lo que sucederá. En este texto hablo más con el corazón, más con la intuición que con la razón, y mis sentidos extrasensoriales me están diciendo que efectivamente, algo va a pasar, de hecho algo está pasando ya, pero nos sorprenderemos porque viviremos, antes del 2040, tiempos que el mundo recordará por la espectacularidad e importancia de los sucesos, y lo que sí queda claro, es que esos cambios, harán de la raza un colectivo mucho mejor.
TADEO

miércoles, 26 de mayo de 2010

EL CAMINO DEL ARCO IRIS


EL CAMINO DEL ARCO IRIS


Cada vez nos resulta más familiar la idea de que somos seres energéticos. Hace ya tiempo que los científicos nos vienen hablando sin rubor de que la materia no es más nada que una sensación, y eso se debe a los estudios realizados en el campo de la física atómica.


Se nos ha dicho con claridad, que casi todo lo que hay en un átomo es vacío. Que podríamos imaginarnos la estructura del átomo pensando en un campo de fútbol y un simple balón. Colocando éste, en el centro del campo, el balón equivaldría al núcleo del átomo, y todo el espacio que comprende el estadium sería el vacío que existe dentro de cada uno de nuestros átomos, y ya sabemos que absolutamente todo, incluyéndonos a nosotros mismos, estamos compuestos por átomos.


Dicen los científicos que somos energía, y que el movimiento de esa energía que somos, es precisamente lo que nos hace percibir la sensación de solidez, pero que es sólo eso, una sensación.


Si nos acercamos a la religión hinduista en general, o a una de sus vertientes más conocidas en Occidente: EL YOGA, nos encontramos con una compleja teoría que tiene en su centro el estudio de las energías corporales.


Según ellos, toda persona tiene un cuerpo energético o etérico por el que circulan infinidad de energías las cuales constituyen lo que ellos denominan: EL PRANA. Los chakras vendrían a ser los centros corporales encargados de recibir, acumular, transformar y distribuir esa energía por todo nuestro cuerpo. Nos dicen además, que un cuerpo energéticamente armonizado, es un cuerpo sano, y que los desequilibrios energéticos de nuestro cuerpo, son la base para la aparición de las diferentes enfermedades.


Sin intención de convertir estos apuntes en un tratado acerca de los chakras y las energías, diré que se hablan de 7 grandes chakras en el cuerpo etérico de una persona, los cuales, a su vez, están complementados por cientos de chakras menores. Y como esta teoría de los chakras y de la energía, se le puede atribuir a todos los cuerpos, podríamos hablar entonces de la existencia incluso, de 7 grandes chakras o centros de poder en el universo, de 7 grandes chakras o centros de poder en nuestro planeta, de 7 grandes chakras o centros de poder en cada uno de los continentes, de 7 grandes chakras o centros de poder en cada uno de los países, de 7 grandes chakras o centros de poder energético en nuestro cuerpo y así cierro el círculo, aún consciente de que estamos hablando de un ciclo infinito.


Los 7 chakras fundamentales de nuestro cuerpo son asociados a los 7 colores del espectro visible, desde el rojo hasta el violeta. Partiendo desde el ckakra de energía violeta (más espiritual) hasta el ckacra de energía roja (más material) serían los siguientes:


1-SAJASRARA CHAKRÁ: Es el chakra maestro que controla a los demás y de alguna manera, los contiene a todos. Se simboliza con una flor de loto de mil pétalos y se encuentra localizado fuera del cuerpo, encima de la cabeza.


2-AGÑÁ CHAKRÁ: Es el chakra del tiempo, la percepción y la luz. Simbolizado por una flor de loto de dos pétalos. De color índigo. Se le relaciona en occidente con la glándula pineal.


3-VISHUDDHA CHAKRÁ: Se relaciona con la comunicación y el crecimiento, siendo el crecimiento una forma de expresión. Se simboliza con una flor de loto de 16 pétalos. De color azul. Los occidentales lo relacionan con la tiroides, una glándula que se encuentra en la garganta y produce determinadas hormonas responsables del crecimiento y el desarrollo.


4-ANAJATA CHAKRÁ: Se relaciona con la emoción, la compasión, el amor, el equilibrio y el bienestar. Se simboliza con una flor de loto de doce pétalos y de color verde.


5-MANIPURA CHAKRÁ: Se relaciona con la digestión. Está simbolizado por una flor de loto de 10 pétalos de color amarillo.


6-SUADHISTHANA CHAKRÁ: Se relaciona con la sexualidad y la creatividad. Simbolizado por una flor de loto de 6 pétalos de color naranja. Se localiza en la zona sexual.


7-MULADHARÁ CHAKRÁ: (Sostén de la raíz) Se representa con una flor de loto de 4 pétalos de color rojo y se encuentra situado en la zona del pubis. Está relacionado con el instinto de conservación.


Supuestamente, las personas que tienen el don de la visión del aura, son capaces de percibir en cada uno de los seres humanos, una gama de colores tal que corresponda al estado evolutivo del individuo. Dicho de otro modo, un ser poco evolucionado espiritualmente, tendrá una energía cuyos colores estarán más cerca del rojo, mientras que un ser espiritual, su energía estaría más cercana al color violeta.


Todo parece indicar, que los seres humanos a lo largo de sus sucesivas vidas o reencarnaciones, van purificando su vehículo energético conjuntamente con el resto de sus vehículos. Parece ser que las energías más materiales, son desarrolladas en primer lugar, por la propia necesidad que tiene el ser humano de preservar su vida, de reproducirse y de alimentarse. De ahí que las energías correspondientes a los colores rojo, naranja y amarillo, se encuentren prácticamente de manera espontánea y natural en el aura de las personas.


Sin embargo, la aparición de los colores verde, azul, índigo y violeta, no se da de una manera tan espontánea, sino que aparecen como resultado de la búsqueda espiritual del individuo, teniendo en cuenta que seguramente, nuestra propia vida nos impone como humanidad el camino del crecimiento espiritual. Parece ser que el hecho de que desarrollemos todas estas energías espirituales, no es una cuestión electiva, ni un capricho, sino que forma parte de nuestro ciclo evolutivo como seres.


Dicho de este modo, el camino correcto de crecimiento y desarrollo del ser humano pasa por "despertar" y equilibrar todas nuestras energías. Armonizar por tanto, las energías materiales que ya tenemos desarrolladas dentro de nosotros, con esas otras energías espirituales aún sin madurar. De este modo, llegaremos a ser seres verdaderamente equilibrados, sanos y felices.


Ahora bien, al parecer, a lo largo de la historia de la humanidad no siempre hemos tenido en cuenta esta lógica de pensamiento. Como consecuencia, a mi juicio, de las malas interpretaciones de la palabra de grandes seres espirituales como Jesús, se llegó a demonizar y a atacar violentamente en nombre de lo espiritual, nuestras energías materiales.


De este modo se convirtieron en pecados el deseo sexual, (lujuria) y el deseo de alimentarse (gula), entre otros instintos.


Mirando el arco iris, observando su belleza, belleza que está dada por su perfección, por su equilibrio, llegamos a la conclusión de que lo que tiene que hacer el ser humano para ser un ser energéticamente bello, para ser un ser equilibrado y sano, no es matar sus energías materiales, sino desarrollar sus energías espirituales.


Hoy por hoy nos encontramos a personas que durante sucesivas encarnaciones se han dedicado a matar sus deseos sexuales, atrofiando la energía del sexto chakra, y se han creído grandes seres espirituales, sin darse cuenta que ese camino es perjudicial.


El propio Gautama el Buda, lo comprendió cuando decidió no hacer vida ascética. En la India de su tiempo, encontraba que las personas que buscaban el camino del crecimiento espiritual, se dedicaban a mortificar su cuerpo, a prohibirse todos los placeres mundanos con el fin de que aflorara su naturaleza espiritual con el simple ejercicio de matar su naturaleza inferior y mundana.


Tampoco Jesús de Nazaret tomó el camino del ascetismo. Eso quiere decir, y al parecer, la lógica lo respalda, que el camino ideal para desarrollarnos como seres, no pasa por atrofiar ninguna de nuestras energías, más bien, deberíamos tomar consciencia de quiénes somos, y a dónde vamos, para de este modo no hacernos daño a lo largo del camino.


Todo parece indicar que llevamos siglos haciéndonos daño a nosotros mismos en aras de la purificación, en aras de la elevación espiritual y nos hemos olvidado de amarnos a nosotros mismos tal cual somos, seres imperfectos en evolución. Y no nos hemos dado cuenta de que todo lo que somos, es obra de Dios, por tanto, no tenemos que arrancar de nosotros nuestras energías e impulsos materiales, tan sólo debemos equilibrar nuestro cuerpo con las energías espirituales que debemos ir desarrollando y despertando poco a poco.
Pero la idea que quiero transmitir es que debemos ir sumando dentro de nosotros, y en ningún caso, restando, separando, discriminando, demonizando. Todo lo que hay en nosotros es divino, y el arco iris no será más hermoso, porque le quitemos determinados colores.


Del mismo modo en que el arco iris, para ser la maravilla que es, necesita de sus 7 colores. El ser humano, para manifestar la maravilla que es, necesita ser un compendio armonioso de todas sus energías, las materiales y las espirituales.


Está claro que nos encontramos como humanidad en un punto de nuestra evolución en que debemos centrar nuestros esfuerzos en desarrollar nuestra espiritualidad, pero nunca busquemos convertirnos en seres espirituales, matando nuestras formas energéticas materiales, porque si lo hacemos, nunca llegaremos a ninguna parte. No seríamos seres en equilibrio y en armonía, y por tanto, no podríamos iguales a Dios, pues Dios no es otra cosa que EQUILIBRIO, ARMONÍA, BELLEZA Y AMOR.


TADEO

martes, 9 de marzo de 2010

CATACLISMOS


CATACLISMOS

Estamos en tiempos de cataclismos. La tierra tiembla por diversos puntos como si se quisiera sacudir de todos sus males. Como hace el perro cuando algo le pica. Sólo que con cada una de estas sacudidas la población decrece, y a la par, crece la pobreza casi siempre de los más pobres, y el dolor de todos los que empezamos a mirar el mundo como nuestra pequeña aldea.

¿Por qué pasarán estas desgracias? Muchos se preguntan intentando encontrar explicaciones más allá de la ciencia. Parece que el discurso de los sapiens más sapiens no nos convence del todo, o por lo menos, no termina de saciar la sed de ese lado de nosotros que es cualquier cosa menos racional. Algo dentro de nosotros desea volar, remontar el horizonte, atravesar el tiempo como una flecha para entonces poder darle de beber a todos los por qué.

También he visto mudos a los sacerdotes católicos. No entienden por qué en Haití y no, por ejemplo, en el Primer Mundo. ¿Acaso no dijo Jesús que el Reino de los Cielos sería para los pobres? ¿Entonces cómo es posible que sean los más pobres los que mueren por miles en condiciones tan desesperantes como las de un seísmo?

Otros hablan del fin del mundo, de ese final que vaticinaron los mayas hace siglos, poniendo como fecha el 22 de diciembre de 2012. Casi todos concuerdan en que no será el fin, sino un nuevo comienzo. Pero ¿tendrán todos estos cataclismos algo que ver?

Tal parece como si cada año fuéramos a más en este tipo de castigo natural sobre los hombres. El 2010 no ha hecho más que empezar y los muertos entre unas catástrofes y otras, suman ya miles y miles, y todo parece indicar que nos quedan por vivir otras pequeñas apocalipsis en los 9 meses restantes y en los años venideros.

¿Qué va a pasar? ¿Qué sacaremos de positivo de todo esto? Todos necesitamos creer que esto que nos pasa tiene algún sentido, que no estamos desamparados a la buena de Dios, sino que el Creador nos está enseñando con tanta desgracia, algo que necesitamos aprender.

Según determinadas escuelas filosóficas orientales, existe una especie de ley del dolor. Una ley inevitable que nos castiga sólo aparentemente, pero que en el fondo, templa nuestras almas, las hace más fuertes y más luminosas. En boca de ellos, el dolor nos redime, nos purifica, nos hace más solidarios y más amorosos. Nos acerca incluso, a un nivel de vibración espiritual más adecuado con el lugar que Dios nos destinó dentro del contexto natural.

Parece ser que las almas deben cumplir con un ciclo de crecimiento espiritual, de maduración, tal que en el momento de cerrarse el ciclo, nos encontremos con determinado nivel de conocimientos.

Parece ser, que como bien vaticinaron los mayas, el ciclo está pronto a cerrarse y la humanidad ha estado un poco remolona a la hora de asimilar sus lecciones correspondientes. Ahora, ya casi corriendo, toca darse prisa, y eso es lo que al parecer está haciendo la Madre Tierra con nosotros los seres que la habitamos. Como una mujer parturienta, prepara condiciones para su próximo parto y no hay parto sin dolor.

Tal vez lo que nos queda es seguir adelante con los ojos de la fe, confiados en que nuestros maestros saben lo que hacen, y quieren lo mejor para la humanidad. Tal vez la salvación esté en crecer, en caminar por nuestros propios pies hacia la luz del espíritu, hacia la luz del Amor.

TADEO

domingo, 31 de enero de 2010

LA MAGIA DE LAS PALABRAS


LA MAGIA DE LAS PALABRAS

Un día me dijeron que las palabras eran la envoltura material del pensamiento y esta definición me hizo meditar. Tenían razón. Las palabras materializan nuestro pensamiento, y al materializarlo lo hacen más resistente, más duradero, más trascendente.

Las palabras hablan de nosotros. Cuando escuchamos a una persona hablar, podemos hacernos una idea bastante precisa de quién es. Aunque la ropa, los zapatos, los complementos, el peinado, el perfume, la casa, el coche, hablen de nosotros, no hay como escuchar a una persona para saber realmente quién es.

Es cierto que una persona puede mentir, pero casi siempre mienten más todos esos objetos ya mencionados, y sin embargo, nos dejamos arrastrar más por lo externo e intrascendente. Por alguna razón, en este mundo entregado a lo visual, nos fiamos más de lo que vemos, aunque a veces, lo más importante no pueda verse. Ya decía un hombre sabio que lo esencial es invisible a los ojos, y que no se ve bien si no es con el corazón.

En la medida en que he ido avanzando en mis estudios metafísicos, he descubierto que las palabras son muy respetadas por todos los seres sabios de todas las culturas, de todas las naciones, de todos los universos materiales e inmateriales.

Parece ser que ellas tienen un poder desconocido para la mayoría de los mortales. Ejemplos que lo demuestran y maneras de explicarlo hay muchos, pero tomaré el que aparece en la Biblia, ese libro tan mágico y tan lleno de sabiduría.

Dicen los maestros de Sabiduría que en la Biblia, al comienzo del Evangelio de San Juan, se nos revela una gran enseñanza. Juan nos dice: “En el principio era el Verbo, el Verbo estaba con Dios y el Verbo era Dios”. Parece ser que no es casualidad que el Verbo, es decir, la palabra, ya estaría tan presente desde el mismo comienzo de los tiempos.

Observemos como Dios crea con la Palabra. Dijo Dios, “hágase la Luz, y la luz se hizo”.

Las piedras no hablan, tampoco, las plantas. Tenemos que ir a los animales superiores para encontrar una especie de lenguaje primitivo que anuncia el lenguaje articulado propio de la especie humana.

De esto podemos deducir que la palabra seguirá existiendo en las formas de vida superiores a las cuales daremos paso los humanos. La palabra que somos capaces de producir con nuestra voz, se corresponde al cuerpo físico, pero parece que existen voces análogas relacionadas con nuestros cuerpos suprafísicos, voces astrales, voces mentales y voces propias de los vehículos más sutiles aún. Pero la palabra no desaparecerá. Pervivirá hasta que todo vuelva a ser un punto, y en ese instante, que será un nuevo principio, podremos repetir lo que ya nos dijo en su día Juan: “En el principio, el Verbo estaba con Dios y el Verbo era Dios.

Observemos que aunque Dios es todo lo que existe, los animales superiores y más concretamente, la especie humana, detenta el poder de transformar conscientemente la realidad. Eso quiere decir que los seres humanos nos parecemos más a la esencia de Dios, porque pensamos, porque tenemos conciencia y esa conciencia la manifestamos a través de las ideas, de los conceptos, de las palabras.

Visto de este modo, ¿no creen que tendría sentido pensar que todo aquello que nos adormece el pensamiento es negativo para el ser humano porque inhibe justamente lo más precioso que tenemos?

Los seres humanos nos encontramos a mitad de camino entre los animales y Dios. Todos no tenemos el mismo nivel de crecimiento espiritual, pero parece ser que la manera en la que proyectamos nuestros pensamientos y sentimientos en palabras, habla, nunca mejor dicho, de nuestra evolución como seres.

Dicen que el desarrollo siempre se va dando a saltos, o como si recorriera una espiral ascendente en la que existen momentos de retrocesos necesarios para seguir avanzando. Según los maestros de sabiduría, siempre se avanza. Sólo advertimos retrocesos relativos.

Hoy por hoy, la humanidad vive sumida en la esclavitud de lo visual. La aparición de la fotografía, del cine, de la televisión, de las cámaras de vídeo al alcance de muchos, hace que la imagen gane un espacio que antes ocupaba nuestra capacidad de imaginar.

La pregunta sería: ¿estamos reduciendo de esta manera, nuestra capacidad pensante? Quiero creer que no, al menos no en términos absolutos. Creo que si comparamos el mundo de hoy con respecto al mundo de hace 200 años, nos encontramos con que hoy son muchas más las personas y por tanto, las mentes, que conciben ideas más complejas y evolucionadas, aún cuando estemos perdiendo la habilidad de comunicarnos a través de la palabra hablada y escrita.

Podría ser que la palabra articulada se fuera apagando, en la misma medida en que el ser humano se va haciendo más espiritual. Tal vez tengan razón esos visionarios que piensan que un día nos convertiremos en seres telépatas, es decir, en seres capaces de comunicarnos utilizando nuestra mente.

Yo siempre he pensado que para llegar a esto, primero pasaremos por un estadio en el que nos apoyaremos en mecanismos electrónicos. Es decir, nos valdremos de algún dispositivo que conecte nuestra mente a algo así como Internet y del mismo modo en que podemos chatear hoy en la red, el día de mañana podremos hablar con la persona que tenemos delante sin necesidad de poner en palabras nuestros pensamientos.

Mientras ese futuro llega, los maestros de sabiduría nos advierten del poder de las palabras y de nuestros pensamientos. Parece ser que las palabras, una vez lanzadas, tienen un poder tal, que actúa sobre la materia sutil del universo haciendo que éste conspire para que esas palabras, esas ideas, esos deseos, se conviertan en realidad. Es como si podríamos sembrar nuestros pensamientos y deseos en el viento. Y aunque no siempre ocurre, las palabras son como semillas que pueden dar fruto.

Dicho de otro modo, seamos conscientes del carácter creador de nuestras palabras. No las usemos sin propiedad, no las usemos sin tener total conciencia del poder que tienen.

Practiquemos la magia de las palabras. Lancemos al viento nuestros deseos. Sembremos nuestros deseos en el aire y tengamos por seguro que estaremos creando del mismo modo en que Dios, desde su mente, fue capaz de crear la Luz.

La Luz existe, y existe toda la maravilla que conocemos, porque Dios en su día lo concibió en su mente. El Universo, como ya nos lo reveló el gran Hermes Trimegistus, es mental.

Si nos vamos a la antigua Grecia, nos encontramos que el gran filósofo Pitágoras, imponía a los jóvenes aspirantes a entrar en su escuela, la dura condición de estar 2 años sin hablar. Los obligaba al silencio y al recogimiento porque decía que una persona que no supiera nada, era preferible que estaría en silencio porque sus palabras necias podrían fabricar un karma negativo que a la larga, la misma persona iba a tener que superar.

Dicen los maestros de Sabiduría: “La lengua es un miembro pequeño que se jacta de grandes cosas. Antes de hablar deberíamos pensar si lo que vamos a decir es VERDADERO, BONDADOSO y ÚTIL. Si deja de cumplir con alguna de estas 3 condiciones, será mejor que nos quedemos callados".

Una vez conscientes del poder de las palabras, usemos las nuestras, conjuntamente con nuestros pensamientos, en función de hacer de éste, un mundo mejor. Atrevámonos a imaginar el mejor de los mundos posibles, y tengan por seguro, que esa imagen en nuestras mentes, será una semilla que en su día dará frutos.

El que siembra, nunca puede predecir la calidad de los frutos, ni siquiera puede producir cuál de sus granos se logrará y cual no, pero la fe mueve montañas. Mientras más personas y durante más tiempo sostengamos en nuestras mentes la idea de un mundo mejor, ese mundo mejor estará mucho más cerca de hacerse realidad. Jesús no mentía cuando decía: “Pedid y se os dará”.

Y como aún tenemos cuerpo físico, no despreciemos el poder sanador de nuestras palabras. Dicen los maestros de sabiduría que las buenas palabras dichas en voz alta, tienen un efecto muy beneficioso sobre nuestro organismo. Siempre hemos escuchado hablar a los religiosos del poder de la oración. Seguramente será por esto.

Hablemos y escribamos entonces, con propiedad y cuidado. Conscientes de que con cada una de nuestras palabras estamos moviendo energías que actúan sobre la esencia misma del universo. El futuro está en nuestros pensamientos, lo que sería lo mismo que decir que el futuro está en nuestras palabras.

Toda la literatura, lo mismo en prosa que en verso, como la música, como el cine, están llenos de letras e imágenes que al leerlas, escucharlas o visualizarlas, nos comunican ideas y estados de ánimo que no siempre son buenos.

Muchas veces, cuando nos sentimos tristes, nos da por escuchar canciones tristes, y muchas veces una película o un poema, nos deja un estado anímico peor que el que ya teníamos. Esto es preocupante. Las personas lanzamos al ambiente determinado tipo de energía que influye sobre la naturaleza y sobre el resto de los seres humanos. Por eso, lo ideal es que vibremos mental y emocionalmente, siempre de la mejor de las maneras.

Cuando nos permitimos vibrar mal, no sólo nos estamos haciendo daño a nosotros mismos, sino que le estamos haciendo daño a toda la humanidad. De ahí que determinadas obras de arte, como pintura, música, literatura, cine, entre otras, cuando recogen y eternizan estados de ánimos negativos, ideas negativas, sentimientos negativos, no hacen más que conservar y por tanto, ayudar a propagar el mal.

Pensemos, por ejemplo, en el cine de terror, ese que hace de los seres humanos un surtidor de malas vibraciones. Un día no muy lejano, no nos permitiremos lanzar al ambiente emociones y pensamientos negativos por simple diversión. Un día nos producirá esto tanto dolor, como cuando vemos a alguien ametrallar a una manada de elefantes.

Limpiar de basura emocional y mental los planos astral y mental es una necesidad y es una tarea en la que todos debemos participar. No existe otra manera de avanzar hacia el futuro luminoso que todos deseamos, si no nos ponemos en acción, si no nos ponemos a trabajar desde ahora mismo.

Y lo que tenemos que hacer es reconocer el poder de nuestros pensamientos, de nuestras emociones y de nuestras palabras y trabajar en corregir nuestros hábitos negativos. Hacerlo nos pondrá a todos en el camino correcto. Recuerden, atrévanse a imaginar el mejor de los mundos posibles y de esa manera estarán sembrando la mejor de las semillas y algún día se sentirán felices de haber contribuido con esta magna obra.

TADEO

lunes, 11 de enero de 2010

HABLANDO COMO LOS LOCOS



HABLANDO COMO LOS LOCOS

El tiempo pasa volando y ya casi van a hacer dos meses que no escribo nada en este blog. Y no es que no pasen ideas por mi cabeza dignas de este espacio, es más bien que me vienen encima ideas las cuales soy incapaz de convertir en un post.

Pueden ser ideas profundas e interesantes, pero al mismo tiempo, complejas de explicar, y muchas veces no tengo el tiempo suficiente como para sentarme a escribir sobre ellas como quisiera.

Muchas veces las lecturas metafísicas que hago, me sugieren reflexiones interesantes, pero no siempre estoy en condiciones de ponerme a escribirlas, y procuro siempre, hablar desde mis palabras y no ponerme a transcribir determinados textos por interesantes que sean.

Prefiero ayudar a clarificar las ideas de los grandes maestros, en caso de que se pueda. Muchas veces me pasa que soy incapaz de decir las cosas de una manera más clara y sencilla de lo que ellos lo han dicho, y en fin, unas veces por una cosa y otras veces, por otra, mi página se queda en blanco.

Hoy mismo me han venido muchas ideas y ganas de escribir una entrada para este blog, pero llevo horas diciendo: ¿Sobre qué escribo? ¿Cómo convierto todas estas reflexiones y análisis en un post medianamente coherente? Luego de 3 horas, la página seguía en blanco, así que me he lanzado a la desesperada a decirles al menos estas palabras. Perdonen el desorden mental.

Entre las ideas que ocupan mi mente en el día de hoy, están las referentes a la importancia de aprender a reconocer nuestros diferentes cuerpos.

Para los que no estén familiarizados con las teorías metafísicas propias de las filosofías orientales, cuando hablo de nuestros diferentes cuerpos, me estoy refiriendo a nuestras 2 triadas de cuerpos. Es decir, nuestros tres cuerpos o vehículos de naturaleza física, que son a saber: El CUERPO FÍSICO, EL CUERPO ASTRAL O EMOCIONAL, y EL CUERPO MENTAL, y luego, la otra triada de cuerpos de naturaleza espiritual que son a saber: EL CUERPO BÚDICO, EL CUERPO ÁTMICO y EL CUERPO MONÁDICO. Existe un séptimo cuerpo que termina englobándolos a todos, que es EL CUERPO ÁDICO, o cuerpo de la Divinidad.

Dicho de otro modo, todo lo que existe, procede de un devenir constante e infinito en el que la substancia pasa por diferentes estadios, siempre séptuples, y que cada cosa, una vez definida, tiene un momento de nacimiento, un momento de conservación y un momento de destrucción. Es decir, todo nace y muere, sólo permanece el fenómeno en su conjunto, y a algunos les gusta llamar a este fenómeno, cuyo atributo más visible es el movimiento, Dios.

Como el ciclo del que hablamos, no tiene ni principio ni final, sino que tal parece que es un círculo, o en todo caso una espiral, para poder estudiar el fenómeno, es necesario que lo detengamos, tomando algún momento como punto de partida. En tal caso, si tomamos como punto de partida el momento en el que todo se ha reducido a un punto y nada existe, nada más que Dios o la Antimateria, podríamos llamarle a esto, el Plano Ádico.

Luego, a lo largo del proceso evolutivo del Espíritu puro a la Materia pura, pudo haber aparecido la vida, un tipo de vida tal vez similar a la nuestra, pero eso es algo que no lo sé.

Todo parece indicar, por lo que he leído, que el ser humano, tal como lo conocemos, ha surgido en el proceso de retroceso de la Materia pura al Espíritu Puro. Estamos hablando de ciclos que tienen una duración en el tiempo de miles de millones de años. Siempre me gusta recordar que los tibetanos dicen que el tiempo en años que dura el proceso de creación, conservación y destrucción de todo lo que existe es de: 311 040 000 000 000 de años.

También sería bueno recordar que al parecer, se han dado diferentes oleadas de vida, y que por tanto, en el esquema darwiniano existen ciertas anomalías tales como que supuestos animales inferiores, muestran características propias de animales superiores. Ahora mismo la ciencia no termina de explicarse cómo un pulpo puede mostrar más inteligencia que muchos animales terrestres.

Para no alejarme demasiado del tema que me interesa tratar, que es el referente al ser humano y sus diferentes cuerpos y la importancia de reconocerlos, solamente diré que todos los seres vivos, incluso, las piedras, tienen estos 7 cuerpos ya mencionados.
Tanto los minerales, como las plantas, como los animales como el ser humano, muestran formas de vida. Son formas de vida diferentes, pero la vida se encuentra por todas partes en el mundo físico y en cada uno de los mundos.

Sabemos que la evolución de los minerales dio origen a las plantas, y estos a su vez, dieron origen a los animales y estos al ser humano. También deberíamos saber que de igual modo, el ser humano dará origen a otra especie de seres de naturaleza no humana, más evolucionados que nosotros.

Del mismo modo en que la evolución de nuestra conciencia, nos ha proporcionado peculiaridades corporales y sociales, la raza humana dará paso a seres de conciencia superior a la nuestra, y seguramente, esa conciencia superior, también determinará en ellos, cambios físicos.

Hablaba ahora mismo de la conciencia. La conciencia no es otra cosa que nuestro vehículo mental, es decir, el tercero de nuestros vehículos físicos. Pues bien, si nos comparamos con los animales, notamos las evidentes diferencias morfológicas y de todo tipo en nuestros cuerpos, notamos también las diferencias en cuanto a nuestras emociones y notamos las diferencias en cuanto a nuestros pensamientos.

Nos sentimos muy evolucionados con respecto a los animales, pero pasada esta euforia sería bueno que la humanidad pusiera los pies sobre la tierra y comprendiera que ante nuestros ojos se abre un vasto horizonte evolutivo que nos toca transitar, en este caso, con un poco más de conciencia que los animales referente a tal tránsito.

Aquí sale a relucir la famosa frase CONÓCETE A TI MISMO. La humanidad precisa conocerse mejor, porque de ese conocimiento dependerá su evolución y sobre todo su bienestar.

Los seres humanos no somos felices. Por doquier encontramos infelicidad, y esta infelicidad está relacionada directamente con el desconocimiento de nuestros cuerpos, con el desconocimiento de quiénes somos en realidad.

Si queremos ser felices, es necesario que aprendamos e interioricemos dos ideas básicas:
1-Somos mucho más que nuestro cuerpo físico. Somos mucho más que nuestro cuerpo emocional, y somos mucho más que nuestro cuerpo mental.
2-Aunque nos veamos a nosotros mismos como seres individuales, esa sensación de individualidad no es más nada que una ilusión, porque en realidad todos somos UNO.

Ahondaré un poco sobre estas dos ideas básicas.

Respecto a la primera, diré que la humanidad va transitando lentamente hacia un estadio en que la conciencia, va ganando la partida a las emociones. La humanidad se cree muy racional, porque siempre toma como punto de comparación a los animales. Pero si nos analizamos con seriedad, nos encontramos con que muchas veces predominan nuestras emociones por encima de nuestros pensamientos.

Conocerse a sí mismo, implica entre otras cosas, saber cuán emocionales somos, cuanto peso tiene en nosotros lo emocional, y si somos capaces desde nuestra mente, de controlar nuestros impulsos.

Se trata de una mirada sincera hacia nuestro interior. Se trata de saber quiénes somos, y luego, desde la comprensión de la necesidad de salir del “mar revuelto”, que es el universo emocional, porque en él no hay felicidad posible, tomar las riendas de nuestras emociones desde nuestra mente.

No se trata de matar nuestras emociones, porque eso es imposible. Se trata de conocer la verdadera naturaleza de nuestras emociones. Es importante saber que en el universo emocional, existen emociones positivas y negativas, y que estas buscan equilibrarse, de manera tal que a una emoción positiva de determinado grado o magnitud, seguirá una emoción negativa capaz de equilibrarla. Por tanto, las personas que buscan para sí vivir emociones intensas, luego necesariamente se verán azotadas por emociones negativas que les proporcionarán estados de crisis o de bajones emocionales.

Muchas veces sufrimos porque no entendemos por qué caemos en esos pozos emocionales, y no sabemos que nosotros mismos los hemos provocado, tratando de huir de ellos proporcionándonos emociones positivas fuertes.

Por mucho que nos parezca lo más de lo más, disfrutar de esas emociones intensas, debemos ser conscientes de que ellas son las que producen luego, una reacción análoga de sentido contrario. Creo que el simple hecho de comprenderlo, ya nos eliminará sufrimiento, porque no hay nada peor que no saber por qué nos pasan estas cosas, por qué nos sentimos así de mal.

Con el tiempo decidiremos cómo afrontar los vaivenes inevitables del universo astral o emocional. Los maestros espirituales, aconsejan buscar el equilibrio, es decir, la paz interior. Esto se consigue desde la mente, usando la conciencia como riendas con que controlar al “caballo” de las emociones y aplacando la sed por las emociones fuertes.

Ahora bien, en todo esto está presente nuestro crecimiento espiritual. No todas las personas tenemos el mismo grado evolutivo. Podríamos decir: “Dime cómo sientes, y te diré quién eres”. Dime cuán capaz o incapaz de dominar tus emociones eres, y te diré tu grado de crecimiento espiritual.

Desde luego, esa necesidad de emociones fuertes, ese pensar que sin eso la vida no tiene sentido, esas ideas tan propias de la adolescencia, ideas que algunos no llegan a superar nunca aún con los años, denotan falta de madurez de su espíritu.


Estas personas que piensan y actúan de esta manera, están atrapados de la droga que es la adrenalina que producen todas estas emociones fuertes, pero luego, no podrán evitar tener fuertes bajones, fuertes crisis, depresiones, etc. El que lo niegue, miente. Y está claro que muchas personas preferimos aparentar que somos felices a serlo de verdad.

Atrevámonos a mirarnos a nosotros mismos, analicemos nuestros apegos a las emociones fuertes y así sabremos en qué momento de nuestro crecimiento espiritual estamos. Domemos el potro de nuestras emociones si somos capaces de hacerlo.


Controlemos nuestros impulsos. No nos demos el lujo de actuar sin pensar. Que cada uno de nuestros actos esté respaldado por una reflexión que nos haya dicho que lo que hacemos, tiene utilidad, y hagamos lo mismo con nuestras palabras. No dejemos que salgan de nuestra boca palabras no meditadas.

No olvidemos, además, que incluso las emociones positivas, como la emoción producida por el amor, es una emoción que es necesario domar, porque si no lo hacemos, ese sentimiento de amor puede llevarnos al sufrimiento cuando el objeto de nuestro amor no lo tengamos al alcance de la mano.

Respecto a esto dicen los maestros, que estos amores emocionales pueden llevarnos a pensar cosas tales como: “Estoy sufriendo porque amo a una persona que no me ama”. Los maestros advierten que al pensar así nos engañamos. Dicen que realmente no sufrimos porque amamos, sufrimos porque no podemos tener a la persona amada. Ellos dicen que el verdadero amor nunca produce sufrimiento.

El cuerpo emocional deberíamos imaginárnoslo como unos lentes oscuros que nos hacen ver el mundo con determinadas tonalidades irreales. Cuando nos quitamos de los ojos tales lentes, comprendemos que el mundo tiene otros colores más brillantes y hermosos. Pero ¿cómo vamos a creerlo ahora, si nunca nos hemos liberado de nuestras emociones? Incluso, algunos sentirán tal apego a ellas, que estas palabras le resultarán incómodas e inaceptables. Es lógico, ya he dicho que la humanidad aún es más emocional que mental.

Un ser humano feliz es aquel que ha sido capaz de domar su cuerpo emocional y camina por la vida guiado por la luz de su cuerpo mental.

Respecto al segundo aspecto, referido a la necesidad de ir despojándonos lentamente de la ilusión del YO. Sería bueno que diga, y de paso, lo enlazo con lo anterior, que cuando un monje budista recita el famoso mantran: OM MANI PADME HUM, (yo soy la joya en el loto) cuando dice: YO SOY, se está refiriendo a lo que queda de él después de despojarse de su cuerpo físico, después de despojarse de su cuerpo emocional y después de despojarse de su cuerpo mental.

Es muy importante que empecemos a tomar consciencia de que nuestro verdadero YO, está relacionado con nuestros vehículos espirituales, y estos vehículos espirituales no los podemos ver, ni tocar, ni entender con nuestras emociones ni con nuestra conciencia racional, porque esos son ropajes externos. Pero lo que somos, y la realidad esencial, esa que nos acerca a la conciencia de Dios, es más interior.

Luego digo, cuando entramos en contacto con nuestro YO verdadero y esencial, a través de la meditación, por ejemplo, quedamos en mejores condiciones para entender que somos UNO con todo lo que existe, y nos empieza a resultar más cercana la idea del NOSOTROS, que la idea del YO, o del TÚ, como la entendemos habitualmente.

Pero realmente, vamos camino a la conciencia de la Unidad. Sólo esta conciencia podrá traer paz y amor al mundo. Sólo esta conciencia podrá hacer que consigamos todas esas grandes metas que deseamos.

TADEO